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Santiago Esteban

Basado en la Evidencia

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Muchos creen que uno de los principales males actuales de España estriba en su sistema educativo. No sólo por el hecho de que cada Gobierno de

Muchos creen que uno de los principales males actuales de España estriba en su sistema educativo. No sólo por el hecho de que cada Gobierno de turno modifique el modelo cada cuatro años, sino también porque el sistema se ocupa más por el adoctrinamiento ideológico que en los conocimientos técnicos. La recientemente aprobada Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, que al ministro Wert no le gusta que lleve su nombre, es un esfuerzo por invertir los términos actuales. Veremos hasta dónde llega.

Hace unos meses, una amiga gallega me contaba que en el instituto nunca profundizaron en la Guerra Civil española ni vio en el colegio qué había sucedido en el Madrid de 1936 a 1939. Un ejemplo sencillo del reino de taifas que es España. Una muestra de que el problema viene de lejos. Un obstáculo más para recuperarnos como país.

Las siete leyes que hemos tenido en materia de educación no han ayudado a la mejora de la formación de los españoles. Cambiarlas es el gran desafío. Hay ideas para ello. Están saliendo a la luz diversos proyectos e iniciativas que pretenden una España alejada del primer puesto del fracaso escolar. Tenemos profesores no sometidos a ningún ‘aparato’ político que ayudan a formarse a sus alumnos para que lleguen preparados a la vida profesional cada día más dura y competitiva que les espera. El esfuerzo por la búsqueda de la calidad en este terreno es vital para el futuro de este país.

Talento hay, pero el modelo no es capaz de identificarlo. Se desperdicia e incluso se desprecia a los brillantes. Se les margina y no se obtiene de ellos todo su potencia

Tenemos iniciativas privadas y públicas que buscan una educación de los jóvenes nueva, más real, adaptada al mundo y a las exigencias del trabajo de hoy. Un ejemplo es YPD (Young Potential Development), cuya metodología se basa en cuatro pilares básicos: energía, creatividad, liderazgo y comunicación. La Junta de Castilla-La Mancha ya ha puesto en marcha programas con esta organización que están dando resultados.

Precisamente el campo de la comunicación es uno de los que mejor puede ejemplificar que el modelo educativo es, cuanto menos, mejorable. Mi impresión sobre la carrera de Periodismo hace 10 años era de cierta desconfianza. Intuía que la formación en ciertos aspectos fundamentales, se alejaba de las exigencias del mercado laboral. Finalmente he comprobado que estaba en lo cierto. Técnicas útiles para todos los estudios como la oratoria, la presentación de propuestas o proyectos, técnicas de persuasión o control de la comunicación verbal, tan necesarias para todas las especialidades, nunca han estado en los planes de estudio. De qué sirve lo que sabes si eres incapaz de transmitirlo. Aprender los métodos de establecer contactos o de gestionar, conocer técnicas de negociación, de análisis o aprender a usar todas las posibilidades de las nuevas tecnologías son aspectos ausentes en la educación de los españoles.

Recientemente oí a Eduardo Punset decir que “el gran error es que ha cambiado el mundo y la educación sigue siendo básicamente la misma”. En la misma línea, sir Ken Robinson, educador y ensayista inglés, lleva años luchando por cambiar el paradigma educativo que rige nuestra sociedad desde hace décadas. A su juicio “tenemos la creencia de que existen dos clases de personas: las académicas y las no académicas. No obstante, existe “mucha gente brillante que cree que no lo es porque ha sido evaluada según este concepto”.

Es muy posible que en el sistema educativo español se estén dando estos dos errores, entre otros. Talento hay, pero el modelo no es capaz de identificarlo. Se desperdicia e incluso se desprecia a los brillantes. Se los margina y no se obtiene de ellos todo su potencial. O llegamos a un compromiso de todos los implicados para dejar de ser una fábrica de ni-nis que lastren nuestro futuro o seguiremos cultivando la mediocridad. Y el futuro que todos esperamos no lo construirán los mediocres.

*Santiago Esteban, Comunicación Corporativa y Financiera de Burson-Marsteller

Muchos creen que uno de los principales males actuales de España estriba en su sistema educativo. No sólo por el hecho de que cada Gobierno de turno modifique el modelo cada cuatro años, sino también porque el sistema se ocupa más por el adoctrinamiento ideológico que en los conocimientos técnicos. La recientemente aprobada Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, que al ministro Wert no le gusta que lleve su nombre, es un esfuerzo por invertir los términos actuales. Veremos hasta dónde llega.

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