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Juan Manuel López-Zafra

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Aprende de todos, especialmente de aquellos que no piensan como tú.                                               Daniel Lacalle En 1999, Chancellor editaba

Aprende de todos, especialmente de aquellos que no piensan como tú.

                                              Daniel Lacalle

En 1999, Chancellor editaba Sálvese quien pueda. Una historia de la especulación financiera, posiblemente el mejor libro escrito hasta la fecha sobre la cuestión. En él, el autor nos recuerda que el desarrollo de los mercados organizados ha caminado en paralelo a la evolución de los especuladores, los enemigos del sistema. Ya en 1946, el presidente Truman les declaraba la guerra al afirmar que “el precio del grano (…) no debería estar sometido a la codicia de los especuladores”; quince años más tarde, en el debate de los presupuestos en la Cámara de los Comunes, una joven diputada se mostraba a favor de “actuar contra los que especulan con acciones, (…) las personas que hacen una profesión de comprar y vender acciones, no para retenerlas por su capacidad de producción de ingresos, sino para vivir de las ganancias que obtienen con las transacciones”; en 1979, dieciocho años después de aquella declaración, esa diputada se convertiría en la primera -y, hasta la fecha, única- mujer en dirigir un gobierno de su Graciosa Majestad; sus actos demostraron lo errado de sus palabras de entonces.

Valga esta introducción para situar el libro de Lacalle en su contexto. Ese no es otro que el de una crisis económica brutal, quizá la más importante, dura y prolongada que los países occidentales han padecido desde los años treinta del pasado siglo, y que, como entonces, los economistas, colectivamente, hemos sido incapaces de anticipar, diagnosticar y corregir de forma adecuada. Una crisis en la que se ha acusado y condenado a un culpable común: el defecto de regulación, el exceso de libertad en la que los mercados se han desarrollado.

Unos mercados que, recordémoslo, están formados por fondos de pensiones, empresas de todos los sectores, agricultores, y por supuesto unos Estados que emiten deuda de forma obscena. Unos mercados  en los que, por tanto, todos, de un modo u otro, estamos presentes. Todos nosotros, querámoslo o no, somos los mercados. El libro da pruebas más que sobradas no sólo para reabrir el caso, sino para rehabilitar definitivamente al acusado.

A fecha de hoy no existen referencias divulgativas en español sobre los hedge funds y los fondos de inversión alternativa. La obra que nos ocupa viene a llenar ese vacío. A lo largo de sus páginas, el autor nos muestra un recorrido de más de diez años desde tres perspectivas distintas: la personal, la laboral y la de la economía internacional.

Con trillizos recién nacidos, una carrera consolidada en Repsol, en su ciudad, con un buen sueldo, la que en definitiva para muchos sería una vida perfecta, Lacalle da un salto sin red al mercado británico para vivir en un apartamento sobre un Starbucks, lejos de casa, en un entorno enormemente competitivo, buscando un desarrollo profesional y asumiendo un riesgo al que muy pocos estaríamos dispuestos. De ahí, finalmente, a Ecofin, uno de los principales hedges del mundo en el área de las utilities, y en el que el autor ha seguido recibiendo el reconocimiento de la industria: no en vano, ha sido votado durante cinco años consecutivos en el top 3 de los principales gestores del Extel Survey, el ranking de Thomson Reuters, en las categorías Generalista, Petroleras y Eléctricas.

Lacalle se pregunta si los especuladores no serán aquellos que mienten sobre datos que no se cumplirán, aquellos que pretenden resolver el problema de la deuda emitiendo más por no enfrentarse a los agentes socialesLacalle nos recuerda la importancia del apoyo de su familia, especialmente de Patricia, su mujer, que renuncia a su carrera profesional para acompañarle en la aventura. No faltan en el libro referencias que, para quienes le conocemos o seguimos, son clásicas y que para él, junto con la familia, son pasión (el término es suyo): el cine, la música, los libros.

La evolución laboral va íntimamente ligada a la anterior. Describe con precisión su aprendizaje y nos descubre sus estrategias de trading, la búsqueda del valor real de la empresa (obsesión que le llevó a advertir de la infravaloración de Endesa en la famosa OPA, como recuerda Müller aquí, y que el autor, quizá por exceso de celo, omite en el libro), las visitas, las lecturas, los análisis de cientos de empresas, sus diez reglas de oro para invertir, las frases de alarma que aprendió en el curso de Business Intelligence Advisors, la consultora estratégica formada por exagentes de la CIA.

El análisis de los derivados y la defensa de las posiciones cortas ocupan también, cómo no, una buena parte de esta evolución. Una parte importante del libro se dedica a divulgar con sencillez tanto los instrumentos como las estrategias, lo que será bien recibido sin duda por los profesionales del sector.

Argentina como antecedente

La tercera pata de la historia la conforma la descripción de la situación económica actual. La crisis de deuda, desde su gestación hasta su estadio actual, tiene sin embargo un antecedente en la vida de Lacalle situado en la crisis de Argentina del año 2000, que el autor vivió en primera persona. A muchos seguidores de Lacalle les sorprenderá la defensa apasionada que realiza de los modelos de valoración, de las matemáticas, de la importancia del análisis técnico en las decisiones de inversión; no en vano, el autor se posiciona claramente como seguidor de la escuela austriaca, conocida por su rechazo de la estadística y las matemáticas como técnicas de inferencia.

A pesar de ello, y desde una posición claramente práctica, el autor reconoce el comportamiento gregario de muchos inversores y la consiguiente importancia de las matemáticas en la detección de los patrones de comportamiento de los valores y en la necesaria anticipación del movimiento. Observa, asimismo, la importancia de la City en la economía británica (el 7% de los ingresos fiscales del Reino Unido en 2011), lo que permite al lector poco avezado en estas cuestiones entender la actual posición de Cameron en relación con la limitación del bonus que defiende la Unión Europea.

Ese es el valor añadido de la City, una ciudad dentro de Londres, con más de 250.000 expulsados en tres años, donde la carta de despido puede ser una nota en la pantalla del ordenador. Un sistema claramente darwinista donde se pone a prueba la capacidad de generar dinero de forma absoluta, no relativa, de cada gestor, en cada momento, con unas remuneraciones en las que el fijo no alcanza en muchos casos ni el 30% del salario. Se muestra muy crítico con las escuelas monetarista y neokeynesiana, a las que acusa de ser las verdaderas causantes de la crisis de deuda con las sucesivas reducciones de los tipos de interés y la consiguiente invitación al gasto y al endeudamiento.

Insiste Lacalle en una serie de ideas importantes: cómo la crisis debe abordarse como oportunidad de cambio de los errores del pasado y cómo el consenso sólo puede llevarnos a la mediocridadDescribe las fases de la crisis de deuda de forma sencilla, mediante cuatro estados: shock, anger, denial, acceptance. Y, ante el ataque frontal que muchos (Gobiernos incluidos) realizan a los mercados, se pregunta de forma retórica si no serán los especuladores aquellos que mienten sobre datos que no se cumplirán, aquellos que exigen compromiso a largo plazo mientras toman decisiones a corto o aquellos otros que pretenden resolver el problema de la deuda emitiendo más por no enfrentarse a los agentes sociales.

Considera que no es de recibo pensar que un inversor que se juega su dinero va contra España y que quienes han quebrado una comunidad autónoma trabajan, en cambio, a favor. De su pasión por España y su esfuerzo por aportar ideas al debate aparecen muchas muestras a lo largo del libro; algunas son ya conocidas por sus lectores semanales; no en vano, hace pocas fechas desvelaba en su Lleno de Energía sus "Diez propuestas para atraer capital y promover el crecimiento en España", un resumen del documento que el partido en el Gobierno le solicitó y, como suele ser habitual, despreció.

La crisis como una oportunidad

Insiste Lacalle en una serie de ideas importantes a lo largo de todo el libro. Cómo la crisis debe abordarse no con resignación, sino como oportunidad de cambio de los errores del pasado; cómo el consenso (esa entelequia que muchos economistas aún no han entendido que no existe en ciencia) sólo puede llevarnos a la mediocridad; cómo todo proceso de análisis económico, precisamente por su subjetividad, debe ser honesto intelectualmente -la honestidad, ese primer capítulo del libro de la sabiduría que dijo Jefferson-. Cómo el mercado es el sistema más democrático, claro, preciso y darwiniano que existe para asignar recursos. Y cómo la formación individual es el mejor activo que cada persona puede aportar al mercado laboral. Cómo la virtud se encuentra en pensar no ya fuera de la caja, sino contra ella. Against the box.

Las crisis económicas dejan rastros imperecederos en las sociedades; la literatura los refleja, de un modo u otro. The Predators' Ball, de Connie Bruck, la historia de Michael Milken y el desarrollo del mercado de bonos basura, y El póquer del mentiroso, de Michael Lewis, son quizá las mejores piezas específicas del desarrollo y posterior derrumbe en los ochenta de un método de trabajo y de muchos gigantes con él. La actual crisis de deuda deja otros dos títulos de Lewis, Boomerang y, sin duda, The Big Short (aquí traducido como La gran apuesta), una obra imprescindible que nadie interesado en la génesis de la crisis de las subprime puede dejar de leer.

No me cabe duda, tras la lectura de Nosotros, los mercados, que estamos ante la quinta referencia. Un libro que sirve a todos, economistas en general, financieros en particular y, de forma especial, al gran público, el destinatario real de esta gran obra. Escrita con un lenguaje claro y sencillo, no exenta sin embargo de profundidad, todo aquel que se acerque a ella saldrá recompensado. Háganlo de forma crítica; pero sean conscientes de que si su perspectiva de la crisis cambia tras la lectura, su forma de entender el mundo económico se habrá modificado para siempre. 

Aprende de todos, especialmente de aquellos que no piensan como tú.