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Réquiem por Banco Madrid, extremaunción para el Banco de España
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José Antonio Navas

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José Antonio Navas

Réquiem por Banco Madrid, extremaunción para el Banco de España

La ‘lamentable’ liquidación del Banco Madrid ha dejado al descubierto las tensiones entre el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el gobernador del Banco de España, Luis Linde

Foto: Luis de Guindos, ministro de Economía, y Luis María Linde, gobernador del Banco de España.
Luis de Guindos, ministro de Economía, y Luis María Linde, gobernador del Banco de España.

Al Banco de España van a terminar por crecerle los enanos. Cuando todavía no se han apagado las llamas de la confrontación interna generada por los informes periciales de Bankia, el último episodio andorrano de Banco Madrid empieza a adquirir tintes de sainete que bien pudieran confundirse con el género mayor de la astracanada al ritmo en que se van precipitando los acontecimientos. El penúltimo es el que enfrenta a los administradores concursales elegidos por el juzgado mercantil número 1 de Madrid con la CNMV, una bronca de las que hacen época y cuya resonancia institucional está zumbando en los oídos del subgobernador Fernando Restoy, el gran hacedor de todo lo que ocurre de un tiempo a esta parte en el mítico caserón de la Plaza de Cibeles.

El magistrado Carlos Nieto Delgado, que se ocupa de la forzada suspensión de pagos, no ha tenido mejor ocurrencia que ceder la responsabilidad judicial sobre el Banco Madrid a la firma Legal y Económico SLP, que regenta Pedro Bautista Martín Molina. Un profesional de rompe y rasga que da sopas con honda a todos los bancos y grandes empresas multinacionales de auditoría a la hora de ganarse el favor de los jueces en la adjudicación de mandatos concursales. Lástima que las más de 175 suspensiones de pagos en las que se emplea y afana el experto economista no hayan servido para espantar la vigilancia de la UDEF, encargada precisamente de alertar contra todo lo que huela a fraude y blanqueo de capitales.

Uno de los administradores judiciales propuestos por el Fondo de Garantía de Depósitos es investigado desde hace tiempo por los policías de la UDEF

La designación en Banco Madrid de un administrador investigado por la unidad de la Policía Judicial no deja de ser un sarcasmo ciertamente revelador de la confusión que de un tiempo a esta parte existe en el Banco de España. De otra forma no se entiende que la propuesta para el nombramiento del responsable judicial de la filial española de BPA, para el que ya se ha consignado de entrada una retribución de cinco millones de euros, viniera firmada a instancias del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) que preside Restoy. Una vez más, todos los golpes van a la misma herida, lo que no deja de ser un síntoma claro de la crisis patológica que afecta a la genuina y tradicionalmente mejor ponderada institución del sistema financiero en España.

El subgobernador no ha querido o no ha sabido interpretar su papel como principal acreedor de la entidad intervenida por el Banco de España y ha respaldado sin más la petición del juez en la selección de los legados concursales. A partir de ahí los problemas se suceden para la CNMV, cuyas decisiones están siendo cuestionadas por los dos administradores, el citado Martín Molina y Francisco Vera Vázquez. Ambos han tenido un primer rifirrafe con el organismo regulador acerca del acuerdo adoptado por el comité ejecutivo de la Comisión de Valores que decidió a finales de marzo transferir a Renta 4 y Cecabank las labores de gestión y depósito de los fondos de inversión de Banco Madrid.

El conflicto en ciernes tiene mayor calado por cuanto que los beneficiarios del juzgado consideran que la entidad presidida por Elvira Rodríguez se ha precipitado cual fuguillas, impidiendo la venta a terceros de la sociedad gestora, lo que en un escenario más optimista habría permitido la obtención de mayores ingresos para incorporar a la masa de la deuda. La amonestación, primera tarjeta amarilla, que acaba de recibir el organismo supervisor demuestra la contundencia con que se manejan los apoderados del concurso, decididos a no admitir ni media fisura en sus relaciones con las distintas instituciones oficiales. La CNMV va a tener que reforzar su autoridad o, de lo contrario, estará abocada a servir como simple correa de transmisión del exceso de celo con que se manejan los administradores del concurso.

Compra frustrada de la gestora de Cajamar

La acumulación de frustraciones desencadenada a raíz del ‘affaire’ andorrano ha sido tácitamente reconocida esta semana por el propio Restoy en el Congreso de los Diputados. El subconsciente debió traicionarle cuando a lo largo de su comparecencia oficial calificó la liquidación del Banco Madrid con el adjetivo de “lamentable”, sin reparar en que antes de adoptar tal decisión se las tuvo tiesas con el subsecretario de Economía, Miguel Temboury, que apostaba mucho más firmemente por una intervención ordenada a manos del FROB. Demasiados doctores en el mismo sanedrín pero todos lavándose luego las manos para no asumir la responsabilidad política que también se deriva tras la caída inesperada y vertiginosa de una entidad bancaria que no tenía mayores problemas de viabilidad.

Como no podía ser de otra manera, el subgobernador da por sentado que la mayor parte de los clientes recuperarán su dinero, entre otras razones porque casi todos ellos tenían invertidos menos de esos 100.000 euros que están garantizados por el FGD. Lo que no dijo Restoy es que la emergencia se activó de manera improvisada como demuestra que pocos días antes el supervisor había dado su visto bueno para que el Banco Madrid se quedara con la gestora de fondos de Cajamar, siguiendo la misma directriz que años atrás permitió la compra de las sociedades de inversión colectiva de Liberbank y BMN. El Banco de España se encontraba en flagrante fuera de juego y eso es algo que irrita especialmente al ministro Luis de Guindos, obligado a actuar con su tocayo Luis Linde con una desconfianza parecida a la que padecía el célebre personaje del ‘Dire’ cuando corría detrás del Botones Sacarino en los comics de Ibáñez.

El subsecretario de Economía, Miguel Temboury, era partidario de que el FROB tomara cartas en el asunto y evitara la liquidación de Banco Madrid

Las relaciones entre el ministro y el gobernador han atravesado tiempos mucho mejores y en el entorno del primero no son pocos los que empiezan a estar arrepentidos del tratamiento exquisito que finalmente se ha otorgado al Banco de España en la nueva ley del FROB, ahora en tramitación parlamentaria. La normativa establece una distinción entre la supervisión preventiva y la ejecutiva, de manera que se pueda garantizar un equilibrio de poderes entre las dos entidades encargadas de vigilar el sistema financiero. A la postre, la antigua autoridad monetaria podrá mantener impolutas sus viejas atribuciones de inspección y control bancario, tal y como pedía Luis Linde en su afán por salvar los muebles tras el desgaste sufrido con la crisis bancaria.

Por todo y por eso resulta sorprendente, y realmente lamentable como dice el subgobernador, que una entidad sin aparentes problemas de solvencia se haya precipitado al hoyo de la quiebra sin que nadie se haya atrevido siquiera a invocar las socorridas razones de interés público. Quizá los 30.000 clientes de Banco Madrid y sus 270 trabajadores tengan argumentos de peso para pensar justo lo contrario. Cada cual cuenta la feria como le va en ella, pero lo que está claro es que para este viaje no hacen falta tantas alforjas como se han empleado en rescatar también al Banco de España.

Al Banco de España van a terminar por crecerle los enanos. Cuando todavía no se han apagado las llamas de la confrontación interna generada por los informes periciales de Bankia, el último episodio andorrano de Banco Madrid empieza a adquirir tintes de sainete que bien pudieran confundirse con el género mayor de la astracanada al ritmo en que se van precipitando los acontecimientos. El penúltimo es el que enfrenta a los administradores concursales elegidos por el juzgado mercantil número 1 de Madrid con la CNMV, una bronca de las que hacen época y cuya resonancia institucional está zumbando en los oídos del subgobernador Fernando Restoy, el gran hacedor de todo lo que ocurre de un tiempo a esta parte en el mítico caserón de la Plaza de Cibeles.

Banco de España CNMV Luis María Linde Luis de Guindos Elvira Rodríguez UDEF