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Un constructor no deja de perder clientes desde que un blog le tachó de ladrón
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Un constructor no deja de perder clientes desde que un blog le tachó de ladrón

Su empresa quebró y varios medios lo publicaron. Dejó sin pagar a proveedores y surgieron comentarios de clientes quejándose de la calidad de los materiales que utilizaba. ¿Y ahora qué?

Foto: Imagen de archivo de varios edificios de viviendas en construcción. (EFE)
Imagen de archivo de varios edificios de viviendas en construcción. (EFE)

Todo el mundo dice que la crisis ha sido muy dura para todos, pero en lo que a mí se refiere, tengo la sensación de que no termina. Me dedico a la construcción. Durante la época boyante del sector en España, primero trabajando para otros y después por mi cuenta, he construido muchísima vivienda unifamiliar en España. Cuando la crisis explotó, tenía entre manos el mayor proyecto de mi carrera, lo que me dejó al borde del colapso. Entramos en concurso de acreedores, no pudimos hacer frente a los pagos y muchas familias no llegaron a ver construidas sus casas. Pese a que monté una SL distinta, hoy, cualquiera que ponga mi nombre en Google, se encuentra con un montón de noticias sobre lo acontecido.

Como es sabido, la red ofrece infinitas alternativas que pueden convertirse en muy negativas dependiendo de las ocasiones, llegando incluso a hacer imposible la reinserción de un profesional en el tráfico mercantil.

Los ordenamientos jurídicos modernos prevén, con carácter general, la existencia de sociedades de responsabilidad limitada que permiten a sus socios la realización de una actividad económica determinada, no siendo responsable personal con sus propios bienes, de las eventuales deudas que la sociedad pueda llegar a contraer. Esto hace que, en un determinado momento, si nos encontrásemos con que nuestra empresa (SL) entra en concurso de acreedores o se disuelve por cualquier motivo, sus socios y administradores tendrán derecho a empezar una nueva aventura empresarial sin que tengan que responder de las deudas de la anterior sociedad.

Este es el funcionamiento básico de una sociedad de responsabilidad limitada. Sin embargo, el nacimiento de internet, y la memoria que este otorga, hacen que emprender una actividad profesional cuando se ha fracasado previamente sea una enorme dificultad.

Afortunadamente, los abogados de Legálitas podemos afirmar que sí hay solución para aquellos casos en los que la información que se publica deje de tener relevancia jurídica, sea obsoleta, inexacta o excesiva, pueda lesionar su derecho al honor o de su empresa y por supuesto su reputación 'online' (tenga ya una cierta antigüedad). En esos casos, la persona afectada podrá ampararse en el derecho al olvido y ayudarse de un abogado para solicitar de Google (o del buscador que sea) que desindexe un determinado contenido (que ya no es pertinente en razón del tiempo transcurrido) y que olvide esa publicación ante la petición de cualquier usuario de internet en el buscador referida a su persona.

Son cada vez más los casos (se cuentan por miles) en los que el buscador ha tenido que eliminar un determinado enlace (en casos como el que nos ocupa) ante la petición del usuario afectado, que ampara su petición y su derecho a que sus datos no sean utilizados si no media su consentimiento, y por haber pasado ciertos años desde que el acto desencadenante de la situación aconteció.

No obstante, si tiene alguna duda o quiere eliminar algo de lo que se dice de usted o su negocio en internet, llámenos sin compromiso al teléfono 91 509 63 05 para que nuestros expertos en reputación 'online' puedan ayudarle y estudiar su caso. O si lo prefiere, entre aquí y descubra más información.

Todo el mundo dice que la crisis ha sido muy dura para todos, pero en lo que a mí se refiere, tengo la sensación de que no termina. Me dedico a la construcción. Durante la época boyante del sector en España, primero trabajando para otros y después por mi cuenta, he construido muchísima vivienda unifamiliar en España. Cuando la crisis explotó, tenía entre manos el mayor proyecto de mi carrera, lo que me dejó al borde del colapso. Entramos en concurso de acreedores, no pudimos hacer frente a los pagos y muchas familias no llegaron a ver construidas sus casas. Pese a que monté una SL distinta, hoy, cualquiera que ponga mi nombre en Google, se encuentra con un montón de noticias sobre lo acontecido.

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