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Qué puede hacer si le roban el teléfono y escriben en Twitter con su nombre
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Qué puede hacer si le roban el teléfono y escriben en Twitter con su nombre

Nuestros perfiles sociales viajan en nuestros teléfonos. Perderlos supone perder también el control inmediato de nuestras redes y exponernos a una crisis de reputación

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Soy profesora de un instituto de secundaria. La semana pasada me dejé olvidado mi 'smartphone' en clase, y unos alumnos aprovecharon para cogerlo, entrar en mi Twitter, el cual tengo asociado al teléfono, y publicar varios tuits insultando en mi nombre a un chico de clase que suele ser objeto de sus burlas. En cuanto me di cuenta, procedí a borrarlos y a explicar al chico y al director lo que había sucedido, pero algunos padres se hicieron eco de los mismos y ahora me están insultando ellos a mí a través de esta red social, pues no entienden que realmente no fui yo quien publicó esos mensajes. A los alumnos ya se les ha castigado, pero mi reputación está muy dañada. ¿Puedo hacer algo al respecto?

Las redes sociales han facilitado enormemente la comunicación entre personas y sirven de altavoz a mensajes de todo tipo, ayudándonos a mantener nuestras relaciones interpersonales, crear grupos afines o compartir determinados aspectos de nuestra vida con amigos y conocidos.

Además, el uso generalizado del 'smartphone', que siempre llevamos encima y al cual tenemos asociadas nuestras cuentas de correo y de muchas aplicaciones como Instagram, Twitter, Snapchat o Facebook, nos permite realizar publicaciones rápidas, de manera instantánea. Subir fotografías de lugares que visitamos, valorar el restaurante en el que acabamos de comer o comentar las últimas noticias es ahora más fácil que nunca. Sin embargo, esta conducta no está exenta de ciertos riesgos.

En caso de perder el teléfono o dejarlo olvidado en algún sitio, es fácil que terceros puedan acceder al mismo, y no solo hacerse con nuestra información privada, sino utilizar aplicaciones en nuestro nombre generándonos una gran crisis de reputación.

La prevención es fundamental. Los teléfonos de última generación pueden configurarse para el bloqueo instantáneo de tal modo que solo pueda accederse a ellos utilizando una contraseña o la huella dactilar. También existen programas que permiten controlar su teléfono desde otro dispositivo y que pueden ser muy útiles en caso de pérdida o extravío.

Si el daño ya se hubiese producido, como sucede en el caso que nos ocupa, lo primero será acceder desde otro ordenador e intentar recuperar el control cambiando las contraseñas, siempre y cuando los ladrones no lo hubieran hecho por nosotros. En ese caso, deberemos contar con el asesoramiento de un abogado experto que nos pueda ayudar a gestionarlo todo, desde la denuncia por robo en la comisaría a solicitar la recuperación de contraseñas o eliminación de perfiles en las redes sociales que tuviéramos vinculadas a nuestro teléfono móvil.

Si aún estamos a tiempo, es muy importante informar de lo que ha sucedido a través de la propia red social. Podría ser útil publicar un tuit explicando la situación y pidiendo disculpas por lo sucedido, aunque no seamos responsables de las publicaciones que se han realizado en nuestro nombre. Hay que tener en cuenta que si a raíz de esta situación recibimos insultos que superen los límites de la libertad de expresión, podría estarse produciendo una vulneración de nuestro derecho al honor, recogido en el art. 18 de la Constitución y desarrollado por la Ley Orgánica 1/1982, pudiendo dirigirnos al autor de los mismos y solicitar su retirada.

Cabe destacar que acceder sin permiso al teléfono móvil de otra persona y 'cotillear' su contenido puede ser constitutivo de un delito de descubrimiento y revelación de secretos, tipificado en el art. 197 de nuestro Código Penal; por tanto, si los alumnos fueran mayores de 14 años, podrían incluso ser responsables penalmente por las acciones realizadas, aplicándose el régimen dispuesto en la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores.

Si los autores fueran menores de 14 años, serán inimputables penalmente, pero no en vía civil, teniendo que responder los padres de los daños y perjuicios causados por sus hijos, según lo dispuesto en el art. 1903 del Código Civil.

Hecho el daño a la reputación e identificados los culpables, además de presentar cuantas reclamaciones sean necesarias, no debemos descartar ser asesorados por expertos en reputación 'online' que puedan ayudarnos, mediante técnicas de 'marketing online', a mejorar nuestra imagen, ocultando comentarios negativos y favoreciendo los positivos que pudieran contrarrestarlos.

En cualquier caso, ya que hablamos de menores y teléfonos móviles, y que en la consulta se ha mencionado a un menor que es objeto de burlas, es decir, que protagoniza escenas de acoso sobre las que, seguro, el colegio habrá detectado y actuado, es bueno hacer referencia al uso que padres o tutores podemos hacer de la tecnología, como por ejemplo las aplicaciones que pueden ser utilizadas para controlar o proteger a nuestros hijos frente a múltiples peligros con que se pueden encontrar: acoso, 'ciberbullying', robos, amenazas…

Los menores tienen, cada vez más pronto, acceso a un teléfono móvil. Por eso, nuestra labor de protección debe iniciarse cuanto antes. Aquí le dejamos una 'app' gratuita, que nos permitirá una posible geolocalización en caso de peligro, así como disponer de una alerta para que nuestro hijo pueda avisarnos si se siente amenazado. Pulse en este enlace y conozca Legálitas Hijos, una aplicación que podrá descargarse sin coste por su parte. No obstante, si tiene alguna duda al respecto, contacte con Legálitas, estaremos encantados de ayudarle.

Soy profesora de un instituto de secundaria. La semana pasada me dejé olvidado mi 'smartphone' en clase, y unos alumnos aprovecharon para cogerlo, entrar en mi Twitter, el cual tengo asociado al teléfono, y publicar varios tuits insultando en mi nombre a un chico de clase que suele ser objeto de sus burlas. En cuanto me di cuenta, procedí a borrarlos y a explicar al chico y al director lo que había sucedido, pero algunos padres se hicieron eco de los mismos y ahora me están insultando ellos a mí a través de esta red social, pues no entienden que realmente no fui yo quien publicó esos mensajes. A los alumnos ya se les ha castigado, pero mi reputación está muy dañada. ¿Puedo hacer algo al respecto?

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