Es noticia
Nuevos negocios en la era digital
  1. Economía
  2. Economía Digital
Jesús Banegas

Economía Digital

Por

Nuevos negocios en la era digital

Emprender nuevos negocios en la era digital, caracterizada por un mercado ecuménico amparado por la red de redes -Internet- abierto a una competencia dinámica en tiempo

Emprender nuevos negocios en la era digital, caracterizada por un mercado ecuménico amparado por la red de redes -Internet- abierto a una competencia dinámica en tiempo real  nunca acontecida hasta ahora, que solo estamos comenzando a experimentar y que  no dejará de aumentar, obliga a plantearse nuevas estrategias.

Veamos, por ejemplo, el caso de una nueva –o existente- empresa que se plantea desarrollar una nueva tecnología para la que prevé mercado más que suficiente; el que garantiza una tasa de retorno mínima a la inversión previa en I+D- en su propio país. En el pasado el proyecto podía resultar rentable con solo el mercado local, de suerte que muchas empresas han podido vivir –más bien modestamente- de estas realidades, renunciando de este modo a la maximización del éxito a escala mundial.

Estos pretéritos modelos empresariales tienen dificultades cada vez mayores para sobrevivir y es muy difícil que nuevos proyectos de esta limitada naturaleza puedan tenerse de pié de cara al futuro. Veremos porqué.

Por muy innovadora y avanzada que sea una nueva tecnología y suficiente el mercado local  para hacer rentable su desarrollo y explotación a corto plazo, si el proyecto no nace con vocación de liderazgo tecnológico y comercial a nivel mundial las posibilidades de que fracase son muy altas.

En cuanto el nuevo mercado asociado a la novedad tecnológica comience a aflorar atraerá, desde cualquier lugar de la tierra, a competidores que con sólidas bases financieras y una ambiciosa vocación comercial disputarán, con buenas posibilidades de éxito, el “corralito nacional”; sus prestaciones tecnológicas serán competitivas y sus precios aún más, al estar basados en una demanda de escala mundial.

La única manera de abordar con éxito un nuevo proyecto de innovación tecnológica exige, además de acertar con la nueva tecnología: mantener el liderazgo innovador -lo que puede costar tanto o más que la propia invención original- y afrontar a la máxima velocidad posible  los mercados internacionales para lograr una escala competitiva que sea difícilmente replicable por los competidores.

Además de tener las ideas claras acerca de cómo competir en la era digital, resulta evidente que hace falta mucho dinero para alcanzar el éxito. En los más viejos tratados militares y recurrentemente a lo largo de la historia, suele repetirse una tópica frase:  “Para ganar una guerra sólo hacen falta tres cosas: dinero, dinero y dinero”.

Tiene gracia, que para tener éxito tecnológico en la era digital, hagan falta las mismas “armas” que para ganar una guerra en cualquier tiempo pasado, quizás presente y también futuro. Si el “business case” de un nuevo proyecto tecnológico se plantea en términos de una inversión que cubra los costes del desarrollo de la tecnología, más otros costes adicionales asociados con el marketing y los gastos generales de la gestión del negocio, la financiación del proyecto necesitará multiplicar por tres el presupuesto inicial; para así sufragar los costes del mantenimiento del liderazgo tecnológico –equivalentes, por experiencia, a los del desarrollo- y abordar la conquista del mercado mundial.

Si observamos la realidad española al respecto, vemos que dentro de su modesta dimensión solo sobreviven las empresas tecnológicas que son líderes en su especialidad y que además están internacionalizadas. Si innovar y competir internacionalmente representaban en el pasado factores que determinaban la excelencia empresarial, en la era digital sirven apenas para sobrevivir.

Por todo lo dicho, para desarrollar con buenas posibilidades de éxito nuevos negocios tecnológicos hace falta una “industria de capital riesgo” que financie a largo plazo las nuevas aventuras empresariales. En EEUU e Israel, la política económica encontró fórmulas – perfectamente replicables en España – de incentivación que han atraído y siguen atrayendo capitales para financiar negocios tecnológicos, con resultados muy positivos para los inversores y en última instancia para la economía en general.

Ahora que el presidente del Gobierno acaba de poner de moda el “cambio de modelo” de la economía española, habrá que preguntarse si las reflexiones anteriores formarán parte del “background” de su nueva política económica.

Si así fuera, para que la economía española se integre con éxito en la era digital, es perentorio un giro copernicano de la política económica desde la subvención gratuita de actividades y sectores anquilosados e inservibles, hacia las nuevas tecnologías, la innovación y las exportaciones de alto valor añadido; lo que está por ver que vaya a suceder.

Emprender nuevos negocios en la era digital, caracterizada por un mercado ecuménico amparado por la red de redes -Internet- abierto a una competencia dinámica en tiempo real  nunca acontecida hasta ahora, que solo estamos comenzando a experimentar y que  no dejará de aumentar, obliga a plantearse nuevas estrategias.