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Gasto, déficit y deuda fuera de control
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Roberto Centeno

El Disparate Económico

Por
Roberto Centeno

Gasto, déficit y deuda fuera de control

“No hay que gastar más de lo que se tiene, es de sentido común”, afirmaría solemnemente Mariano Rajoy a finales de 2011. El grado de mendacidad

“No hay que gastar más de lo que se tiene, es de sentido común”, afirmó solemnemente Mariano Rajoy a finales de 2011. El grado de mendacidad del presidente merecería entrar en el Guinness de los Récords: no ha dicho una sola verdad desde que gobierna. Desde entonces hasta ahora, la deuda pública ha crecido al mayor ritmo de la historia económica de España, para mantener el modelo de Estado más corrupto y clientelar de Occidente y un sistema financiero insolvente, cuyo rescate es ya el más costoso para los contribuyentes de toda la OCDE. Pero si la cifra de deuda total (pasivos en circulación) es ya inasumible -1,23 billones a fin del primer trimestre de 2013- lo peor es su crecimiento vertiginoso -290.000 millones en quince meses- con una estimación a finales del presente año de 1,4 billones de euros, el 134% del PIB oficial.

Ni un solo euro de este gigantesco endeudamiento ha ido a parar a la economía productiva. Todo lo contrario: desde que llegó al poder, la financiación a familias y pymes, que son responsables del 90% del empleo, se ha reducido en cerca de 150.000 millones, un 14% del PIB. Sin financiación, con el gasto, el déficit y la deuda fuera de control y el recorte de renta disponible tras un nuevo aluvión de impuestos (de casi 30.000 millones en 2014) y reducción de prestaciones, desde las pensiones al paro, donde en un solo mes estos miserables que nos gobiernan acaban de dejar fuera de la cobertura a 120.000 personas, arrojadas sin contemplaciones a la miseria y el hambre, pasando por todo lo demás, es como Rajoy afirma que salimos de la recesión. Un nuevo milagro de los panes y los peces.

Montoro le pega un tiro a las exportaciones

Pero no sólo es que estemos gobernados por mentirosos, despilfarradores y corruptos; es que quienes mandan son auténticos dementes. La última de Montoro es para no creérsela. Las exportaciones, el único sector que tira -poco, pero tira- de la economía, es su nuevo gran objetivo en la cruzada emprendida por su indigno jefe para “sacar dinero como sea y a quien sea”. Todo menos recortar gasto político improductivo y acabar con la corrupción… aunque se hunda España, que es lo que va a suceder. Montoro le pega un tiro a la economía en general, y a las exportaciones en particular, con una nueva normativa fiscal que prohíbe los ajuste de cartera, lo que convierte en no deducibles las pérdidas.

Es decir, si un exportador vende en cinco países, gana en dos y pierde en tres, paga impuestos por lo que gana en dos y lo que pierde en tres no es deducible. Y si se trata de alguien que empieza a vender fuera, como al principio lo lógico es tener pérdidas, estas no podrán ser nunca compensadas. El tema es tan alucinante que no entiendo cómo los exportadores y trabajadores de estas empresas no salen en masa a la calle a pedir las cabezas de Montoro y su jefe.

¿La situación económica española es mejor o es peor que en julio de 2012? La deuda pública total (pasivos en circulación) ha subido un 31%; se han destruido 634.000 empleos adicionales; la afiliación a la Seguridad Social corregida de estacionalidad ha caído en 632.000 personas, haciendo imposible la continuidad de las pensiones. Los salarios han caído un 10% de media, y la riqueza de las familias en un 30%. En resumen: estamos mucho peor

Porque, además de un torpedo en la línea de flotación de la exportación, este increíble dislate obliga a las empresas a salir de España para poder sobrevivir, ya que si se instalan en otro país los ajustes de cartera se hacen sin problema. Con un sector industrial moribundo, esto representa el golpe de gracia… la deslocalización sufrirá un impulso gigantesco.

Finalmente, y por si esto no fuera suficiente, este Gobierno limita la deducción por gastos financieros al 30 % del ebitda, lo que resulta mortal de necesidad para las empresas fuertemente apalancadas, que son la mayoría. Y en la práctica diaria, como bien saben las empresas y personas que han pasado inspecciones, se están levantando miles de actas a sabiendas de que son injustificadas. En el caso de las grandes empresas, se investigan los últimos cinco años en lugar de sólo uno. Se cree que con este procedimiento Hacienda se ha llevado indebidamente unos 3.000 millones de los 11.500 recaudados (2012) en la lucha contra el fraude. Al final tendrán que ser devueltos, pero después de años de pleitos y daños económicos irreparables.

Mentiras intrínsecamente perversas: los mitos de Rajoy

Y en medio de estos disparates, que aceleran la ruina de la nación y destrozan cualquier atisbo de racionalidad y de seguridad jurídica, Rajoy anunció que “estoy aquí para sacar adelante la economía, no para distraerme con la política”. Una burla sangrante a los españoles, ya que la crisis económica de España es totalmente política, porque son políticas la totalidad de las causas de nuestra ruina. Y aún iría más lejos con la descripción de sus “grandes logros económicos”, los mitos de Rajoy, porque ni solucionan la crisis, ni el presidente y sus secuaces han tenido ni tienen arte ni parte en los mismos.

Pero lo peor, la razón de que todas estas mentiras resulten intrínsecamente perversas, es que tal sarta de embustes aireados por todos los medios hacen creer a muchos que la crisis ha tocado fondo y que pronto se verá la luz, cuando una mayoría de ciudadanos lo que verá en breve no es mejora ni recuperación alguna, sólo cómo disminuyen sus medios de vida y el valor de sus activos, con más impuestos, con nuevos recortes en prestaciones y con subidas generalizadas de los servicios esenciales, como electricidad, gas o gastos bancarios. Eso es lo que nos espera en los próximos meses: una agudización del empobrecimiento, no la recuperación.

El primero de los grandes mitos citados, obtenido además mientras se fumaba un puro, porque Rajoy es más vago que un contador de nubes, ha sido la reducción de la prima de riesgo y su derivada primera, los tipos de interés. ¡Realmente alucinante! A estas alturas de la película resulta que la prima de riesgo no fue debida a la intervención directa de Draghi al anunciar droga ilimitada para los drogadictos, lo que ha llevado a los inversores, particularmente en los bancos españoles, a creer que el BCE nunca nos dejará caer.

¿Alguien en su sano juicio puede sostener, sin que se le caiga la cara de vergüenza, que la caída de la prima de riesgo es mérito de este hatajo de irresponsables que nos gobiernan? Y la pregunta es, ¿la situación económica española es mejor o peor que en julio de 2012? Hagamos matemáticas: la deuda pública total (pasivos en circulación) ha subido un 31%, una salvajada; se han destruido 634.000 empleos adicionales, la afiliación a la Seguridad Social corregida de estacionalidad ha caído en 632.000 personas, haciendo imposible la continuidad de las pensiones. Los salarios han caído un 10% de media, y la riqueza de las familias en un 30%. En resumen: no es que estemos peor, es que estamos mucho peor.

El argumento estrella de Rajoy de que la prima de riesgo va bien no significa en absoluto que la economía vaya bien: es sólo que el BCE ignora deliberadamente que Rajoy está incumpliendo todos los objetivos de contención de gasto

El segundo ya es un mantra habitual: las exportaciones. Y lo primero es cuantificar lo que supone el aumento de las mismas para la economía, cifra que no es su valor total, como erróneamente supone la mayoría, sino del valor añadido (VA). ¿Y qué pasa con el VA de nuestras exportaciones? Pues que es muy reducido. España exporta gran cantidad de commodities como productos petrolíferos o químicos, cuyo VA oscila entre el 10 y el 20% del valor de facturación. En bienes de equipo o automóviles, el VA es del 40%, el más bajo de Europa, pero sobre todo el incremento de las ventas al exterior ha sido consecuencia exclusiva del hundimiento de la demanda, no de una acción del Gobierno.

Pero vayamos a las cifras. En 2011, las exportaciones de bienes alcanzaron la cifra de 214.486 millones de euros, un 15,4% más que en el año anterior. En 2012, primer año mariano, ascenderían a 222.644, un 3,8% más, un crecimiento la cuarta parte del año anterior. En 2013, primer semestre, las exportaciones ascendieron a 124.326 millones, un 5,3% más que el mismo periodo del año anterior. Es decir, un frenazo espectacular en el ritmo de crecimiento. Pero, además, la cifra del primer semestre de 2013 representa sólo el 23% del PIB, muy inferior aún a la media de la Eurozona, que es del 34%.

Extrapolando las cifras del primer semestre, en el segundo año mariano, el VA de las exportaciones habrá crecido en unos 11.000 millones, que es más o menos lo mismo que Rajoy le entregará a Artur Mas en 2013 para que siga financiando sus embajadas, sus medios, sus campañas para fomentar el odio a España y la independencia. Finalmente, el turismo, en un año excelente en lo que Rajoy y sus secuaces no han tenido arte ni parte, sino todo lo contrario: han hecho todo lo posible para arruinar al sector machacándolo a impuestos. La razón es, de nuevo, externa: los problemas en el Norte de África. En resumen, nada, absolutamente nada de lo proclamado por el Gobierno se debe a acción alguna del mismo.

¿Por qué es imposible la recuperación?

Para empezar, que la prima de riesgo vaya bien, su argumento estrella, no significa en absoluto que la economía vaya bien: es sólo que el BCE ignora deliberadamente que Rajoy está incumpliendo todos los objetivos de contención de gasto, entrega más droga a los drogadictos, lo que permite a los irresponsables y corruptos que nos gobiernan mantener el gasto político y clientelar sin problemas. Agosto de 2013, gastos del Estado a julio: lejos de recortarse, subieron otro 5,7% hasta los 105.818 millones de euros, y si eso es el Estado, imaginen lo que debe de estar sucediendo en las CCAA.

Sin financiación a la economía real, con los impuestos sobre la familia media más altos, y con la energía y los tipos de interés más caros de toda la OCDE. En pocos meses veremos cuál es la realidad

El ajuste del gasto público, condición sine qua non para salir de la crisis, ni siquiera ha comenzado. En línea con ello, el déficit del Estado no sólo no se ha corregido después de subir los impuestos al nivel más alto de nuestra historia, es que la diferencia entre ingresos y gastos es de 45.133 millones (un 4,38% del PIB), superando de largo el límite fijado para todo el año, que es del 3,8%. Y eso no es lo peor, lo peor es que las CCAA siguen gastando como si no hubiera crisis y están en plena rebelión: no sólo no están dispuestas a reducir ni un euro del gasto, es que ni siquiera pretenden acabar con las duplicidades, que suponen más de 34.000 millones de euros de despilfarro anual.

Y ahora detengámonos un momento en la deuda. Para empezar, olvidemos la deuda computable, que es la que manejan exclusivamente Gobierno y medios, una ficción contable de los burócratas de Bruselas que sólo recoge una parte de la realidad… centrémonos en lo que debemos de verdad, es decir, lo que tenemos que devolver y por lo que pagamos intereses, los denominados pasivos en circulación. Su estimación a finales de 2013 es de, como expliqué al principio, 1,4 billones; esto significa dos cosas: la primera, que es ya imposible de devolver y, la segunda, que pagaremos cerca de 50.000 en intereses en 2014, una carga imposible de soportar. Hemos superado de largo el límite de lo que nuestra economía es capaz de asumir: España está mucho más cerca de la insolvencia que de la recuperación.

Es no sólo inaudito, sino también absolutamente delirante, que alguien pueda pensar que España puede recuperarse sin acabar de raíz con un gasto fuera de control mientras una deuda gigantesca sigue creciendo sin freno. Hay que estar ciego o ser un tramposo para creer que la recuperación es posible con un modelo de Estado que despilfarra anualmente el equivalente al 10% del PIB, con la Seguridad Social quebrada, con casi la mitad de bancos inviables, sin financiación a la economía real, con los impuestos sobre la familia media más altos, y con la energía y los tipos de interés más caros de toda la OCDE. En pocos meses veremos cuál es la realidad.

P.D.: La inepta y patética alcaldesa de Madrid, que el jueves nos avergonzó a todos, afirmó que la capital tiene ya realizadas el 90% de las infraestructuras, algo insólito en la historia de los Juegos, ya que las obras se realizan siempre después. ¿Quién fue el listo que decidió un despilfarro de varios miles de millones, que puede haber movido comisiones gigantescas? La Fiscalía Anticorrupción debería investigar a fondo.

“No hay que gastar más de lo que se tiene, es de sentido común”, afirmó solemnemente Mariano Rajoy a finales de 2011. El grado de mendacidad del presidente merecería entrar en el Guinness de los Récords: no ha dicho una sola verdad desde que gobierna. Desde entonces hasta ahora, la deuda pública ha crecido al mayor ritmo de la historia económica de España, para mantener el modelo de Estado más corrupto y clientelar de Occidente y un sistema financiero insolvente, cuyo rescate es ya el más costoso para los contribuyentes de toda la OCDE. Pero si la cifra de deuda total (pasivos en circulación) es ya inasumible -1,23 billones a fin del primer trimestre de 2013- lo peor es su crecimiento vertiginoso -290.000 millones en quince meses- con una estimación a finales del presente año de 1,4 billones de euros, el 134% del PIB oficial.

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