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Juan Carlos Martínez Lázaro

El Observatorio del IE

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¿A quién hacemos caso?

Draghi aconseja a España "reducir gasto público improductivo y bajar los impuestos".Con este titular recogía ayer este diario la noticia de la reunión del Consejo de

Draghi aconseja a España "reducir gasto público improductivo y bajar los impuestos".

Con este titular recogía ayer este diario la noticia de la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, en la que decidió mantener los tipos de interés en el 0,5% y no activar ninguna de las anheladas medidas para que se reactive el crédito en el sur de la zona euro.

Reducir gasto improductivo y bajar impuestos. La receta la compraría cualquiera que tuviera ganas de salir de la crisis y dos dedos de frente. Lo de bajar gasto improductivo, porque, como su nombre indica, no produce nada; y lo de bajar impuestos porque lo asociamos con crecimiento y, sobre todo, porque los que los pagamos, consideramos que pagamos demasiados. Por eso, la receta draghiniana se vende sola.

El lío empieza cuando la comparamos con otras recetas que nos han dado últimamente. Por ejemplo, las de la Comisión Europea, que a cambio de ampliarnos el objetivo de déficit en dos años, nos ha "recomendado", entre otras cosas, subir el IVA a muchos de los bienes y servicios que hoy tienen tipo reducido, por lo que el Gobierno tendrá que hacer suya dicha "recomendación".

Y el lío continúa cuando llega  el Fondo Monetario y entona su mea culpa porque considera que a Grecia se le dio una sobredosis de austeridad, lo que ha provocado una contracción de la economía helena mayor de la esperada o recomendada. Sobredosis que la Comisión se ha apresurado a justificar, viniendo a decir que la austeridad aplicada era la correcta y que, gracias a ella, hoy Grecia se encuentra en el camino de la recuperación.

Es decir, que los tres integrantes de la troika parecen tener puntos de vista distintos sobre algunos de los aspectos claves de la política económica. Que si hay que subir impuestos, que si hay que bajarlos; que si hay que seguir con los recortes, que si estos pueden ser dañinos….

Además, si nos comparamos con otros, la cosa se complica aún más. Que si lo que hay que aplicar son políticas de estímulo monetario, tipo Reserva Federal o Banco de Japón y no las rácanas políticas del BCE. Que si la austeridad por la austeridad mata al paciente y que lo hay que hacer es estimular el gasto…

Como vemos, las recetas para salir de la crisis no faltan. No es de extrañar, por tanto, que Aznar reclame a su propio partido que baje los impuestos o que Rubalcaba pida, no se sabe muy bien a quién, que Europa combine austeridad con crecimiento. El caso es que puede que no sepamos a quién debemos hacer caso, ni qué debemos hacer, ni qué políticas aplicar, ni qué resultado obtendremos ni cuándo lo veremos.

Pero en lo que todos los actores implicados están de acuerdo es en que la economía española debe acometer un intenso proceso de reformas, entre la que es prioritaria la de las Administraciones Públicas. Y eso es, precisamente, en lo que da que la impresión que el Gobierno no hace caso. O si lo hace, lo hace a cámara lenta y de manera superficial. O a lo mejor lo hace, pero en ese caso, no nos estamos enterando y da la impresión que todo sigue igual y, lo que es peor, que va a seguir igual.

Draghi aconseja a España "reducir gasto público improductivo y bajar los impuestos".