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Cómo el mundo ha cambiado durante el sangrante verano emergente
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Ignacio de la Torre

El Observatorio del IE

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Cómo el mundo ha cambiado durante el sangrante verano emergente

Hace unos meses escuché complacido cómo un banquero de inversión elaboraba la tesis de que hacia 2020, China se habría convertido en la primera economía del mundo,

Hace unos meses escuché complacido cómo un banquero de inversión elaboraba la tesis de que, hacia 2020, China se habría convertido en la primera economía del mundo, y a su regazo y ante la irrezumable decadencia de Occidente, los países emergentes representarían casi dos terceras partes del PIB mundial.La audiencia escuchaba bobamente complacida asintiendo a la repetición de tantos tópicos rezumados de seguidismo.

¿Alguien cree que existe gente tan estúpida en el mundo para copiar las recetas económicas favoritas de los políticos españoles para generar el inerte crecimiento entre 1996 y 2007, que luego nos llevaría a la ruina?

Síla hay, y mucha. En los mercados emergentes.

El verano ha supuesto un hachazo de reconocimiento de realidad a unas economías que en su última fase han copiado el modelo de crecimiento español: deuda, burbuja inmobiliaria, déficit de cuenta corriente financiado por movimientos de cartera de corto plazo, falta de reformas estructurales y falta de diversificación del crecimiento económico.

Tras el dato de crecimiento chino de primer trimestre, por debajo de la panacea del 8%, los analistas esperaban una recuperación durante el segundo.La realidad es que ha continuado la desaceleración hasta el 7,5%.Su reconocimiento, y la amenaza de un cambio en la política monetaria de la Reserva Federal (Fed)que suponga menor inyección de liquidez, han provocado una sangría en el mundo emergente, con retiradas masivas de ahorro de dichos países.Así, divisas como la rupia india o la lira turca alcanzan mínimos históricos, y las caídas del real brasileño han obligado a su banco central a intervenir en el mercado.Existen señales evidentes de una clara desaceleración de la inmensa mayoría de las economías emergentes, lo que agudizala caída de las materias primas excluyendo oro y petróleo, que se mueven por otras dinámicas.

La bajada en las materias primas añade aún más debilidad a los emergentes, generándose un peligroso círculo vicioso.No es sorprendente, por lo tanto, que divisas como la de Sudáfrica también experimenten fuertes retrocesos y que economías 'desarrolladas'pero ligadas al ciclo emergente (como Australia) también sufran fuertes desaceleraciones.Los bancos centrales emergentes se encuentran en una situación poco envidiable: o suben tipos de interés para limitar la sangría de capitales, lo que provocaría enfriar aún más economías en rápida desaceleración, o se exponen a fuertes subidas de inflación motivadas por la caída de la divisa, lo que aumentará aún más el descontento social (patente en países como Brasil o Turquía), o recomiendan a sus Gobiernos la introducción de controles de capital.

He escrito en esta columna desde octubre de 2011 cómoel modelo económico chino era un gigante con pies de barro que acabaría sometido por su imprudente expansión crediticia, y cómo dicho proceso provocaría que la próxima crisis "vendría de los BRIC"(febrero y junio de 2011), lo que en mi opinión es una de las amenazas más serias que afronta la economía mundial.Por su parte, tengo mis dudas si dicho entorno y la sobreproducción de producto de las ingentes inversiones acometidas en materias primas los años del boom provocarán un superciclo bajista en materias primas,tipo Kondratieff, el economista ruso que avisó de ciclos económicos de cincuenta años, hipótesis que gustó tanto a los jerarcas comunistas que lo fusilaron en 1938.

Como iremos elaborando las próximas semanas, dicha sangría emergente ha sido compensada con brillantes datos económicos en la 'enferma' Europa, y en menor medida en Estados Unidos.Europa ha salido de la recesión el segundo trimestre, y los datos avanzados apuntan a que el tercero y el cuarto serán aún mejores.España e Italia saldrán de la recesión en el tercer trimestre, en el caso de España gracias al heroico comportamiento de las exportaciones, que han colocado a nuestro país como segunda potencia exportadora de las grandes naciones europeas.Por su parte, enEEUU el 'secuestro' fiscal ha provocado un menor crecimiento del esperado, pero el déficit fiscal ha mejorado rápidamente, el mercado laboral, sin ser excelente, sí es razonablemente bueno, y la banca apoya el crecimiento económico otorgando más préstamos, lo que cimenta la subida de su mercado inmobiliario (12% el último año); dicha subida es muy relevante para la solidez del consumo. Así, los norteamericanos han vuelto a comprar más coches que antes de la crisis, y su riqueza neta acaba de alcanzar los 78 billones de dólares, el nivel más alto de su historia.

Los bancos centrales de los países desarrollados mantendrán tipos bajos hasta 2015.Mientras, la FED iniciará la retirada del tapering(la inyección marginal de liquidez de 85.000 millones de dólares mensuales en la economía).Sin embargo, esto no implica un tightening(retirada de liquidez de la economía).Pensemos en el banco central como un grifo que suelta agua en una bañera.El cerrar el grifo no implica el vaciar la bañera mediante retirar el tapón.Sólo que no cae más agua.Dicha diferencia es clave para acotar los impactos del final del tapering.

Creo que a futuro habrá que evaluar no sólo si los países crecen, sino si el crecimiento es inclusivo o no.Así, países como Nigeria o Egipto han crecido mucho, pero como se ha puesto de manifiesto el crecimiento sólo ha enriquecido a las élites.Con todo, los últimos veinte años han sido históricos para nuestro planeta. Nunca tanta gente ha salido de la pobreza en tan pocos años, probablemente unos 1.500 millones de personas, la mayoría en los países emergentes.Todos debemos de congratularnos.Sin embargo, engañarse creyendo en panaceas es el peor favor que se puede hacer a los millones que aún viven en la mayor inopia. Como dijo hace mucho Krugman en Los mitos del crecimiento asiático, proyectar crecimientos pasados al futuro es basura intelectual.El modelo de crecimiento emergente está agotado, y ahora toca tomar duras decisiones para reinventarlo.

Y sobre la "decadencia de Occidente", ya la pronosticó Spengler en 1918…

Hace unos meses escuché complacido cómo un banquero de inversión elaboraba la tesis de que, hacia 2020, China se habría convertido en la primera economía del mundo, y a su regazo y ante la irrezumable decadencia de Occidente, los países emergentes representarían casi dos terceras partes del PIB mundial.La audiencia escuchaba bobamente complacida asintiendo a la repetición de tantos tópicos rezumados de seguidismo.

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