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Por qué España sorprende positivamente
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Ignacio de la Torre

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Por qué España sorprende positivamente

En los últimos días, la OCDE, la Comisión Europea y el Gobierno de España han tenido que revisar al alza sus estimados sobre el crecimiento económico

En los últimos días, la OCDE, la Comisión Europea y el Gobierno de España han tenido que revisar al alza sus estimados sobre el crecimiento económico español para 2014 y 2015.Dichas revisiones al alza se producen después de que muchos analistas privados lo hayan hecho previamente.Ya sólo queda esperar la revisión al alza del FMI, que, como hemos ido señalando en esta columna, lleva un tiempo caracterizándose por realizar pronósticos fallidos sobre el crecimiento español, pronósticos que son revisados tardíamente cuando la realidad acaba siendo tan atronadora que provoca el reconocimiento de un pronóstico baldío.

¿Qué fuerzas subyacen detrás de esta consistente revisión al alza de estimados macro para España?

Primera: la financiación ha cambiado. En general, la economía reacciona a la financiación, para bien o para mal, y cualquier pronóstico macro queda endeble si no se acierta en la financiación. El armagedón financiero de 2008-2010 afectó a España con una caída de la financiación de 40 puntos de producto interior bruto (PIB), y ahí residió la mayor tragedia que explica la enorme recesión sufrida. En 2013, dicha tendencia comenzó a revertir, y desde noviembre la financiación está en positivo. Es importante resaltar aquí que el PIB viene explicado no por el stock de financiación (saldo vivo de deuda), sino por su derivada, o nueva financiación (flujo nuevo de crédito), y esta última está en positivo desde hace ya seis meses. Mejora la demanda y la oferta de crédito y se abren rutas de financiación no bancarias. Ese entorno repercute pronto en mayores tasas de actividad económica, algo que ya se está percibiendo (el crecimiento de la economía española el primer trimestre de 2014 fue el cuádruple que el del tercer trimestre de 2013).

Segunda: el consumo está subiendo y comportándose mejor que las expectativas. La confianza del consumidor mejoró ayer hasta niveles anteriores a la crisis, con el subcomponente de empleo (confianza en la situación laboral) mejorando casi 30 puntos, lo que hace que una proporción marginalmente superior de la renta se emplee en consumo frente al ahorro. Por otro lado, según crecen los afiliados a la Seguridad Social (crecimiento anual ya superior al 1%), el stock de asalariados sube, lo que genera mayor demanda vía consumo.

Tercera: la inversión no residencial también está mostrando señales de fortaleza desde finales de 2013. Las empresas, según observan mejoras en la financiación y comprueban que se recupera poco a poco la demanda interna, proceden a invertir, tras muchos años de sequía en este ámbito. La economía española hoy en día está infrainvertida, con 17% de PIB de inversión, muy por debajo de su media histórica, en 22%. Esta fuerte mejora de la inversión no residencial está también íntimamente relacionada con las contrataciones laborales (al invertir en capacidad instalada también se hace en mano de obra), lo que explica el buen dato de empleo del pasado martes (la economía española creó en abril aproximadamente la mitad de empleo que la de Estados Unidos a pesar de que nuestra economía es una décima parte de la de este país). Lo lógico es esperar una aceleración de las contrataciones, que a su vez redundará en mayor consumo.

Cuarta: las exportaciones siguen creciendo a buen ritmo, a pesar de partir de una base ya de por sí enorme (como hemos afirmado en esta columna, España exporta en bienes y servicios un porcentaje de su PIB mayor que las exportaciones del Reino Unido, Francia, Italia o los Estados Unidos). Las exportaciones se benefician de una fuerte mejora de competitividad, de un crecimiento en el comercio mundial, de la mejora de actividad en nuestro principal cliente, Europa, y de una fortaleza continuada del sector servicios (turismo y servicios no turísticos).

Los problemas económicos que afronta nuestra nación siguen siendo formidables.El stock de desempleo sigue siendo vergonzosamente alto, por lo que su reducción no se llevará a cabo de una forma rápida. Con un volumen de paro de entre 5,5 y 6 millones, creando 300.000 trabajos al año no solventaremos rápido la mayor tragedia que afrontamos como país.Continuará la emigración a razón de unas 500.000 personas con capacidad de trabajar al año, lo que reducirá algo más el desempleo, pero, con todo, esta emigración cuestionará aún más nuestro desastre demográfico y la sostenibilidad de las pensiones. Además, seremos menos población activa para afrontar una deuda soberana que alcanza su nivel mayor de su historia.

Hay evidentes motivos para ser optimistas, prácticamente los mismos que para ser pesimistas en mucho país emergente. La economía española ha recuperado su senda de crecimiento

La construcción aún no da signos de mejora. La recuperación de este sector es clave, dada su intensidad de mano de obra y dado el hecho de que una parte relevante del desempleo de larga duración tiene experiencia en construcción. Con todo, se han sentado las bases para una recuperación de dicho sector, que está hoy operando sobre niveles de actividad medievales. Habrá que estar muy atento a un cambio de tendencia en él, ya que un nivel bajo de actividad provoca que, cuando se produce el punto de inflexión, hay mucho espacio positivo a recurrir, como estamos viendo por ejemplo con las ventas de coches. En conjunto, el sector constructor podría aportar un 3% adicional al PIB, lo que se traduciría en 500.000-600.000 empleos. Por último, el stock de deuda privada y pública sigue siendo alto, por lo que una subida de tipos a medio plazo sería muy dañina.

Dicho lo anterior, hay evidentes motivos para ser optimistas, prácticamente los mismos que para ser pesimistas en mucho país emergente. La economía española ha recuperado su senda de crecimiento. El martes conocimos que el indicador de actividad del sector servicios español (PMI) se situó en máximos de 7 años, y en niveles muy superiores a los de nuestros socios europeos.

Con estos fundamentos, sigo pensando que España acabará 2014 con un crecimiento superior al de la zona euro. Comparen este escenario con lo que se barruntaba hace año y medio. La cuestión es ¿quién gana más dinero, el que apuesta hoy por España o el que lo hizo a finales de 2012?

En los últimos días, la OCDE, la Comisión Europea y el Gobierno de España han tenido que revisar al alza sus estimados sobre el crecimiento económico español para 2014 y 2015.Dichas revisiones al alza se producen después de que muchos analistas privados lo hayan hecho previamente.Ya sólo queda esperar la revisión al alza del FMI, que, como hemos ido señalando en esta columna, lleva un tiempo caracterizándose por realizar pronósticos fallidos sobre el crecimiento español, pronósticos que son revisados tardíamente cuando la realidad acaba siendo tan atronadora que provoca el reconocimiento de un pronóstico baldío.

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