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El contagio chino y la tormenta emergente
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Ignacio de la Torre

El Observatorio del IE

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El contagio chino y la tormenta emergente

¿Qué relación tiene la victoria de Rousseff en Brasil y la incipiente crisis inmobiliaria china? Aparentemente ninguna. En realidad, las conexiones son profundamente preocupantes.Durante los dos últimos

¿Qué relación tiene la victoria de Rousseff en Brasil y la incipiente crisis inmobiliaria china? Aparentemente ninguna.En realidad, las conexiones son profundamente preocupantes.

Durante los dos últimos años hemos expuesto en esta columna los enormes riesgos que se acumulaban sobre Chinay cómo estos desembocarían antes o después en una tormenta perfecta que afectaría a los países emergentes. Así, señalábamos como puntos esenciales: a) la enorme sobrecapacidad que presenta dicha economía, con un nivel de inversiones que representa la mitad del PIB, cuando lo normal es que la inversión pese menos de una cuarta parte; si se invierte mucho en capacidad productiva que luego redunda en mayores exportaciones, la cosa no sería tan preocupante;si se invierte en casas y en fábricas de acero vacías, sí que lo es;b) la dramática dependencia del crédito para crecer; el crédito ha servido para financiar dichas inversiones, de forma que si las inversiones no son productivas o si estas caen de precio, se genera una crisis de crédito; c) la alarmante pérdida de competitividad experimentada por la economía china a medida que los salarios han crecido sistemáticamente por encima de las productividades; d) la disfuncionalidad aparente en el sistema crediticio, con bancos directa o indirectamente controlados por el Partido Comunistay un tenebroso sistema de banca en la sombra de enormes proporciones y con grandes incógnitas sobre su profesionalidad;y e) una desorbitada e histórica burbuja de la vivienda.

2014 ha puesto de manifiesto muchos de estos factores.Así, los precios de las casas comenzaron a caer a principios de añoy, a fecha de hoy, la reducción de precios se produce en el 100% de las setenta ciudades más importantes de China, con caídas anualizadas superiores al 12% El sistema financiero está procediendo a recortar el crédito para sanear sus balances y precaverse de los daños que el tsunamiinmobiliario provocará, de forma que los datos de nuevo crédito que están siendo conocidos son los peores desde la crisis de Lehman Brothers.

En una economía adicta al crédito (se requieren cuatro yuanes para que crezca un yuan el PIB), la crisis de crédito es muy preocupante.El Banco Central Chino ha intentado estimular la demanda de crédito con medidas diversas, pero el resultado ha sido decepcionante.Como sabemos bien en Europa, cuando no hay demanda de crédito no importan los estímulos.La consecuencia lógica de este entorno ha sido la paulatina desaceleración del PIB chino hasta el 7,3%, el nivel más bajo de los últimos 25 años (y por primera vez en mucho tiempo por debajo de los objetivos oficiales, que a su vez pasaron del 8% al 7,5%), además del muy probable escenario en que el PIB crezca el año que viene por debajo del 7% (algo que generaría muy preocupantes consecuencias sociales).

Como China se ha convertido en el gran demandante de materias primas durante los últimos 25 años (a modo de ejemplo, China ha consumido más cemento en los últimos tres años que Estados Unidosen el siglo XX), a medida que se reduce la demanda china, cae el precio de las materias primas más dependientes de su crecimiento económico.Así, se han observado caídas del precio del cobre (malo para Chile), del hierro (malo para Brasil), de la soja (malo para Argentina)y, muy evidentemente, del petróleo (malo para Venezuela o para Rusia).Muchas economías emergentes se han beneficiado del crecimiento chino y su sed de materias primas, y en general no han aprovechado dicho contexto de bonanza para reducir su dependencia de este modelo de crecimiento.

Hoy las tornas han cambiado, y a medida que China demanda menos materias primas, proceso largo y duradero, someterá a estas a un superciclo bajista, lo que ya actúa como elemento de contagio, minando a muchas economías emergentes exportadoras de materias primas (por ejemplo, la cuenca andina en Iberoamérica o muchos países del África negra).Este contexto genera menores y menores crecimientos de PIB, o incluso retrocesos,en países con una demografía explosivamente joven, lo que las hace a su vez dependientes del crecimiento económico para generar los trabajos que dicha estructura poblacional requiere.

No será posible entender las enormes expectativas creadas durante el último cicloy comenzarán los problemas sociales.Muchos países emergentes no pueden usar la política monetaria para contrarrestar este entorno, ya que la falta de reformas y el sobrecalentamiento han generado muy peligrosos niveles de inflación (en general entre el 5% y el 10%).Por su parte, pocos tienen el colchón disponible de la política fiscal, ya que muy pocos gobiernos han optado por ingresar más de lo que se gastaban para así generar una reserva con la que contrarrestar una posible desaceleración.

Casi ninguno ha implementado reformas estructurales, dolorosas políticamente, pero muy beneficiosas para el crecimiento futuro.Por último, muchos han perdido mucha competitividad a medida que sus sueldos se han disparado sin que creciera la productividad, lo que ha provocado que de presentar saldos positivos de cuenta corriente (los emergentes financiaban a los desarrollados) se pasara a alarmantes niveles de déficit (generándose el proceso contrario).Enun contexto de subida de tipos en Estados Unidos,el ahorro huirá de estos países y agravará la muy alarmante situación.

Brasil es el mejor exponente de todos estos males.Cuando vienen los tiempos malos se puede optar por reconocer la realidad y hacerle frente, o bien con una huida hacia adelante.Las recientes elecciones en Brasil, y también en Turquía, muestran que el electorado prefiere la huida hacia adelante.

El poeta y místico Rumi afirmó hace 800 años que“la herida es el lugar por el que la luz entra en el alma”.Como sabemos muy bien los españoles, cuanto más se tarde en afrontar una verdad, más daño generará la herida.

¿Qué relación tiene la victoria de Rousseff en Brasil y la incipiente crisis inmobiliaria china? Aparentemente ninguna.En realidad, las conexiones son profundamente preocupantes.

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