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España, locomotora de Occidente
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Ignacio de la Torre

El Observatorio del IE

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España, locomotora de Occidente

Durante la última semana hemos conocido que la economía española crece ya a un ritmo anualizado del 2,8%, el mejor crecimiento en siete años. En los mismos

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Durante la última semana hemos conocido que la economía española crece ya a un ritmo anualizado del 2,8%, el mejor crecimiento en siete años.En los mismos días aprendimos que Estados Unidos, la hasta ahora locomotora, ha visto reducido el suyo hasta el 2,6%, y que el Reino Unido, que en el pasado reciente ha generado un crecimiento muy notable, lo ha ralentizado hasta el 2%.Como Japón y la zona euro crecen en torno al 1%, y otras economías occidentales (Australia, Canadá, etc.) lo hacen ya por debajo del 2%,podemos afirmar que España lidera el crecimiento económico de las grandes naciones occidentales.

Los motivos que explican la continua aceleración de la economía española son múltiples.

  • Primero:el consumo se está comportando mucho mejor de lo esperado (el crecimiento de las ventas de diciembre, al 6,5%, ha sido memorable), explicable si tenemos en cuenta que la confianza del consumidor se sitúa ya en niveles máximos desde que comenzó la crisis.
  • Segundo:la financiación está llegando. Esta debe ser medida como el flujo de nuevo crédito que recibe la economía española, flujo que ha crecido en 2014 un 19% en el crédito a hogares y un 8% el dirigido a pymes, mientras que las grandes empresas han pasado a financiarse masivamente a través de bonos.
  • Tercero:el sector inmobiliario/constructor ha iniciado su recuperación. Dicho sector observa cómo la enorme contracción que ha vivido desde 2007 ha terminado hacia verano de 2014; desde entonces se perciben claros síntomas de dinamismo, y este será duradero.
  • Cuarto:el mercado de empleo se está acelerando, algo observable en los históricos datos desestacionalizados que venimos obteniendo durante el último año (el país está ya generando unos 400.000 trabajos al año).
  • Quinto:la bajada de la gasolina, que ha generado una benigna deflación que deja en nuestros bolsillos una mayor capacidad de compra, capacidad que explica la aceleración del consumo mostrado en el primer punto.
  • Sexto:la depreciación del euro, que aumenta aún más la competitividad de nuestras empresas exportadoras, fenómeno que explica que España haya vuelto a exportar capital al resto del mundo mediante un superávit de cuenta corriente que ha vuelto a unos 5.000 millones al año, con tendencia al alza.

Respecto al resto de Occidente, aunque los fundamentales sean marginalmente positivos, el deterioro relativo explica que sus tasas de crecimiento hayan vuelto a unos niveles inferiores a las tasas de crecimiento de España. Así, como hemos expuesto, Estados Unidos crece al 2,6% (frente al 5% anterior) debido a la contracción del gasto en defensa, y al menor ritmo exportador, cortesía de un dólar fuerte.Canadá lo hace por debajo del 1,5% al ser una economía dependiente de materias primas y de China, desaceleración que provocó la bajada de tipos del banco central la semana pasada, tendencia similar a la de Australia, que crece ya por debajo del 2%.

El Reino Unido crece al 2% interanual, frente al 3% estimado.A su vez, la zona euro evoluciona a ritmos anualizados de alrededor del 1%, motivados por el estancamiento en Francia e Italia, y por el muy débil crecimiento alemán. Por último, la economía japonesa apenas crece al 1%, sin que hasta la fecha el banco central japonés haya tenido éxito en reinstaurar sus objetivos de inflación.

El panorama emergente es de una emergente tormenta, con países como Rusia, Bielorrusia, Ucrania y Venezuela en evidente distress; China en una muy seria encrucijada inmobiliaria y crediticia que le llevará a unos muy decepcionantes crecimientos en 2015, y América Latina y el África Negra experimentando una triple resaca de excesiva dependencia de materias primas, exportaciones a China y déficit de cuenta corriente en muchos países.

La crisis que hemos vivido en España ha sido históricamente demoledora (el PIB ha caído más estos años que lo que se contrajo durante la guerra civil), y sus secuelas, terribles y duraderas.La más sangrante, sin duda, los cinco millones de parados.Con todo, existe en la psique del ser humano una tendencia a otorgar a terceros (en especial a la clase política) nuestras míseras o épicas nociones de fracasos y éxitos colectivos.

Ni el mal llamado milagro español (en realidad una patética combinación de tipos de interés bajos por cortesía alemana y un crecimiento suicida basado en intensidad de deuda aparcada en ladrillos) ni la recuperación heroica que estamos viviendo hoy se deben en su mayor parte a nuestros políticos, por otro lado un reflejo de nuestra sociedad, sino a nosotros. Nosotros somos los responsables de nuestros fracasos y éxitos como nación.Hoy toca enorgullecernos por nuestro incipiente éxito, éxito que va a durar unos cuantos años y del que cada uno de nosotros somos responsables.

Durante la última semana hemos conocido que la economía española crece ya a un ritmo anualizado del 2,8%, el mejor crecimiento en siete años.En los mismos días aprendimos que Estados Unidos, la hasta ahora locomotora, ha visto reducido el suyo hasta el 2,6%, y que el Reino Unido, que en el pasado reciente ha generado un crecimiento muy notable, lo ha ralentizado hasta el 2%.Como Japón y la zona euro crecen en torno al 1%, y otras economías occidentales (Australia, Canadá, etc.) lo hacen ya por debajo del 2%,podemos afirmar que España lidera el crecimiento económico de las grandes naciones occidentales.

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