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Los misterios del PIB español
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Juan Carlos Barba

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Los misterios del PIB español

La evolución del PIB español se desacopla de los datos de producción, introduciendo grandes dudas sobre la forma de calcularloDesde que estalló la crisis económica mundial

La evolución del PIB español se desacopla de los datos de producción, introduciendo grandes dudas sobre la forma de calcularlo

Desde que estalló la crisis económica mundial en 2007, la evolución de las diferentes economías ha sido bastante dispar. Mientras que los países emergentes y, en general, todos los países menos desarrollados se recuperaron rápidamente y muchos de ellos ni siquiera llegaron a tener caídas de la actividad económica (aunque sí de la tasa de crecimiento), los países desarrollados registraron sin excepción fuertes tasas de descenso en la actividad económica durante varios trimestres. A día de hoy, cinco años después de empezar la crisis, aún hay países cuyo PIB es más bajo que en 2007. En la tabla podemos ver una selección de estos países. El que mejor comportamiento ha tenido ha sido Alemania, seguido de EE.UU. (de hecho son los dos únicos países desarrollados grandes cuyo PIB actualmente es mayor que el de 2007). El resto sigue con un PIB inferior al de 2007. España ocuparía una posición intermedia, con una caída del PIB del 4,9%, menor que la de Italia, Portugal o Irlanda.

Según esto España debería estar sufriendo una crisis similar a la del Reino Unido (-4,2% en el PIB) y menos grave que la de Italia (-6,8%). Sin embargo, la sensación a pie de calle es bien distinta en estos tres países. El paro en Italia en estos años ha aumentado un 4,4% (hasta el 10,6%), en el Reino Unido 2,8 puntos (hasta el 7,9%) y, sin embargo, en España lo ha hecho nada menos que 16 puntos (24,7%). En Portugal se ha incrementado 6,9 puntos (15,5%) y en Irlanda, cuya economía en teoría ha caído casi el doble que la española, lo ha hecho 9,9 puntos (14,7%). La explicación que se ha dado a este brutal aumento del paro español ha sido que los empleos que se han destruido eran muy poco productivos y, por eso, el PIB español se ha resentido tan poco. Sin embargo, las encuestas de la Central de Balances del Banco de España o los datos de la Agencia Tributaria referentes a grandes empresas no reflejan en absoluto este presunto aumento de productividad de los trabajadores que quedan empleados, sino antes bien todo lo contrario. Concretamente, si se calculan los datos de productividad del trabajo en las grandes empresas con los datos de la Agencia Tributaria, nos daría un descenso aproximado del 16% entre 2007 y 2012, ya que las ventas de estas compañías han caído mucho más rápido que las retribuciones de los empleados.

Si analizamos los datos de PIB por sectores y los comparamos con la producción, una vez más podemos observar en todos y cada uno de ellos un enigmático desacople.

En el siguiente gráfico podemos ver la relación entre PIB industrial y facturación de las empresas. La brecha que se ha abierto entre el PIB que podríamos esperar en función de la producción y el informado por el INE en el sector industrial llega en estos momentos a unos 8.000 millones de euros por trimestre.

 

En la construcción observamos el mismo fenómeno, siendo en este caso la brecha trimestral entre PIB esperable por la producción y PIB informado de 23.000 millones por trimestre.

 

Igual imagen podemos apreciar en los servicios de mercado, con una diferencia en este caso de unos 45.000 millones por trimestre.

 

Se podría objetar que es posible que las empresas hayan aumentado la productividad de los factores (es decir, que puedan hacer lo mismo con mucho menos) debido a la crisis, pero una vez más las encuestas de la Central de Balances nos están diciendo que eso no es lo que ha pasado, y que incluso en estos momentos la productividad es menor que en 2007, no sólo del trabajo, sino del resto de los factores. De hecho, el valor añadido bruto (equivalente al PIB) generado por estas empresas que participan en la encuesta ha caído un 14,8% (sin deflactar) mientras que el valor de la producción lo ha hecho un 0,2% (una vez más sin deflactar). Es decir, que no ha existido tal aumento de productividad, sino todo lo contrario. Hay que tener, además, en cuenta que la encuesta de la Central de Balances está sesgada hacia la gran empresa, que es, con diferencia, la que mejor se está adaptando a la crisis, por lo que la situación en la pequeña y mediana empresa podría ser aún peor.

¿Qué es lo que ha podido pasar entonces con el PIB? La hipótesis más razonable, a la vista de los hechos, es que existen graves problemas metodológicos en el cálculo del PIB español que hacen que este no refleje la auténtica gravedad de la crisis. Por ejemplo, tenemos el caso de los alquileres imputados (aquellos que pagaría el dueño de una vivienda si estuviera de alquiler en ella), que son una enorme partida del PIB (nada menos que 65.800 millones en 2007) y que han seguido revalorizándose año tras año después de 2007 a pesar de que los alquileres en el mercado libre se han desplomado. Sólo este error del INE se traduciría en un sesgo al alza de más de dos puntos del PIB en estos cinco años. Y es de suponer que no será el único.

La evolución del PIB español se desacopla de los datos de producción, introduciendo grandes dudas sobre la forma de calcularlo