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La crisis sigue sin amainar
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Juan Carlos Barba

Gráfico de la Semana

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La crisis sigue sin amainar

Los últimos datos económicos no dan ningún indicio de que se acerque la recuperación.A pesar de la insistencia del Gobierno en que la recuperación está cada

Los últimos datos económicos no dan ningún indicio de que se acerque la recuperación.

A pesar de la insistencia del Gobierno en que la recuperación está cada vez más cerca, ni uno solo de los datos económicos que van saliendo indica que eso sea cierto. En el gráfico de la semana podemos ver la evolución, en tasa de variación respecto al mismo mes del año anterior, del índice de comercio minorista (ICM). Evidentemente existe una alta relación entre este índice y la fortaleza (o debilidad) del consumo. Lo que vemos en los últimos meses no puede ser más desesperanzador

A raíz de la subida del IVA, las ventas de los comercios se desplomaron de una forma alarmante. Si bien 2011 ya había sido un año pésimo, con una caída del 5,6%, y 2012 hasta agosto tampoco había sido bueno, con un descenso de las ventas similar al de 2011, a partir de septiembre –primer mes de aplicación de las subidas del IVA– el comercio ha entrado en una preocupante espiral descendente, con un descenso medio de las ventas del 10,46%. Tan grave ha sido la debacle en el comercio que cuatro de los cinco últimos meses han sido los peores de toda la serie histórica. En enero el descenso ha sido del 10,21%, un dato muy perturbador y que para nada nos habla de una recuperación de la economía. Entre las grandes superficies la situación es todavía peor, pues el descenso llega al 11,1%.

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Si bien es cierto que la ausencia de paga extra en los casi tres millones de empleados públicos ha debido influir levemente en los últimos datos, no pueden haber sido más que unas pocas décimas. Recordemos que esa paga extra no supone más que una fracción pequeña de todas las rentas familiares.

Si como parece el daño permanente de la subida del IVA ha sido de unos cuatro puntos porcentuales, y en consecuencia ello provoca una alta destrucción de empleo en el sector privado, queda claro que la decisión del Gobierno, para un incremento de la recaudación bastante modesto, es más que discutible. En estos momentos ya estamos en condiciones de evaluar con bastante precisión el incremento de la recaudación por IVA obtenido por la subida, que es aproximadamente de un 7%, unos 3.500 millones de euros. Si tuviéramos en cuenta la caída en beneficios empresariales y en rentas del trabajo causada por el descenso en la actividad seguramente el resultado final acabe siendo negativo. 

Aunque con frecuencia me hablan en las redes sociales de posibles intenciones ocultas por parte del Gobierno para haber tomado esta absurda decisión de subir el IVA, mi opinión es que hay que seguir el principio de Hanlon: “nunca achaques a maldad lo que puede ser explicado por la estupidez”. Y añadiría que, en este caso, y visto el percal de lo que se ve en los bancos azules en el Congreso, con más razón que nunca.

A pesar de que se lee en muchas ocasiones que los beneficios empresariales están subiendo, no cabe duda de que se trata de un artefacto de la Contabilidad Nacional, ya que sistemáticamente las encuestas muestran todo lo contrario, con una caída acumulada en el beneficio neto del 24,8% hasta el tercer trimestre de 2012 según el Banco de España. Y eso que estos datos no incluyen los desastrosos resultados de la banca en su conjunto.

Los datos adelantados de febrero –confianza del consumidor o PMIs– lejos de mostrar un cambio de tendencia, han empeorado notablemente respecto a febrero. El Banco de España ha informado también de un drástico empeoramiento en las condiciones de crédito en enero, con una caída en el nuevo crédito concedido del 29,7% respecto a enero de 2012.

Aunque el firme respaldo del BCE a los países periféricos ha hecho que se abran otra vez los mercados a las emisiones de buena parte de nuestros bancos y empresas y aunque la prima de riesgo ha bajado mucho, ello no debe hacer creer que por sí solo esto va a hacer que mejoren las condiciones económicas. Antes bien, cuando los mercados se cerraron en el otoño de 2011 en ningún momento nos vimos escasos de liquidez, ya que el BCE proporcionó toda la necesaria sin límites y al 1%. Por ello esta apertura de los mercados podría crear un paradójico efecto depresor sobre nuestra economía, ya que en ningún caso se realizarán las emisiones a tipos tan ventajosos y por tanto aumentarán los flujos de intereses hacia el exterior.

Por tanto, y desgraciadamente, no hay ningún motivo en absoluto para esperar en los próximos meses la tan deseada recuperación, máxime teniendo en cuenta el debilitamiento en los últimos meses del sector exterior y el hecho preocupante de que los aumentos de la morosidad están siendo tan rápidos que el rescate apenas ha cubierto la mitad del deterioro del pasado año.

            


Los últimos datos económicos no dan ningún indicio de que se acerque la recuperación.