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¿Austeridad? No, gracias
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Juan Carlos Barba

Gráfico de la Semana

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¿Austeridad? No, gracias

A pesar del discurso de austeridad del Gobierno, la realidad es bien distinta. Continuamente escuchamos de boca del Gobierno y de

A pesar del discurso de austeridad del Gobierno, la realidad es bien distinta.

Continuamente escuchamos de boca del Gobierno y de comentaristas afines al PP la palabra “austeridad”. Según el discurso oficial, España estaría realizando un inmenso esfuerzo de ahorro y frugalidad que estaría dando como recompensa los primeros indicios de recuperación económica. Son los adalides de la virtud, frente a los malévolos patanes del Gobierno anterior, caracterizados por el dispendio y la estupidez. El problema de toda esta retórica es sólo uno: que es falsa de principio a fin.

En el gráfico de la semana podemos ver cuál es la auténtica realidad de la economía española. El endeudamiento del sector público está aumentando a cifras récord, con unos primeros cinco meses del año en que la subida ha sido de 53.486 millones de euros, frente a los 49.019 millones de 2012, 42.295 millones de 2011, 25.245 millones de 2010 y 52.966 millones de 2009 (el año de los planes E). Es decir, que este ha sido el año peor de toda la historia, en cuestiones de endeudamiento, para el sector público español.

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En el gráfico hemos de tener en cuenta que representamos porcentajes de incremento respecto al año anterior, pero que al ser la base cada vez mayor, el mismo porcentaje supone un volumen de deuda muy superior.

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Si tomamos los últimos 12 meses, lo que vemos es exactamente lo mismo, lo que queda patente en la siguiente tabla: los últimos 12 meses han sido, con muchísima diferencia, durante los que más se ha endeudado el sector público español de toda su historia.

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El discurso oficial es, pues, falaz de principio a fin. No existe nada parecido a la austeridad, al menos en lo que respecta al conjunto del gasto, en el sector público español. Lo que ocurre es, antes bien, todo lo contrario. Aunque la cifra de los últimos doce meses incluye el rescate a la banca, aun si descontamos este (algo menos de 40.000 millones), la cifra sigue siendo la mayor que nunca se ha dado. Y realmente no tenemos por qué dejar de tenerla en cuenta, porque los rescates bancarios no son, en la peculiar ideología del Gobierno, algo puntual, sino la prioridad máxima: los ricos y poderosos primero y los ciudadanos de a pie en el furgón de cola.

El discurso oficial es falaz de principio a fin. No existe nada parecido a la austeridad, al menos en lo que respecta al conjunto del gasto, en el sector público español. Lo que ocurre es todo lo contrario. Aunque la cifra de los últimos doce meses incluye el rescate a la banca, aún si descontamos éste, la cifra sigue siendo la mayor que nunca se ha dado

Que nadie se piense que este será el único rescate a la banca. Veremos muchos más en los próximos años, a no ser que hagamos algo por evitarlo. Lo que estamos viendo es la caída de las máscaras, un Gobierno que pierde la vergüenza y nos dice a los españoles a la cara -y a las claras- que ellos son nada más que los fieles lacayos de los que mandan, de los que siempre han mandado, y que nosotros somos, sencillamente, prescindibles. “¡Abandonen el barco, los bancos y las grandes empresas primero!”, parece ser el lema del Gobierno. Salen las mareas (blanca, verde y naranja) a las calles, sale el presidente del CSIC (barco insignia de la ciencia española) a decir que está al borde de la quiebra, pierden los funcionarios una paga extra, y todos ellos tienen razón al protestar. Pero no es porque haya austeridad. Nada de eso. Es porque lo que les quitan a ellos se los están dando a aquellos a los que sirven, es decir, a los bancos y al resto de las grandes empresas. Eso y mucho más.

Dice el Gobierno que está pasando la crisis, que sus enormes esfuerzos están dando sus frutos, porque la virtud trae su recompensa. Es patético. Lo que estamos viendo es todo lo contrario. Es el borracho que pretende quitarse la resaca bebiendo media botella de vodka para desayunar. ¿Qué menos podríamos esperar que un menor empeoramiento de las cifras económicas ante tamaño desbarajuste presupuestario? No olvidemos que el multiplicador del gasto público en España es, según muchos, superior a 2. Y a pesar de eso no vemos, en modo alguno, que la crisis haya pasado.

Los últimos datos en el sector privado nos dicen que se está contrayendo aún sobre el 5%, que es lo que vemos a continuación en las encuestas de industria y servicios del mes de mayo realizadas por el INE. Hemos pasado de una situación desesperada a una que sólo es pésima. Para eso ha servido el enorme dispendio del Gobierno. Lógico cuando el gasto se distribuye de una forma tan descerebrada, recompensando a los que lo hicieron peor que mal y castigando a los que no tuvieron ninguna culpa. Pan para hoy y hambre para mañana.

  

A pesar del discurso de austeridad del Gobierno, la realidad es bien distinta.