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Buenas perspectivas para 2016
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Juan Carlos Barba

Gráfico de la Semana

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Buenas perspectivas para 2016

Aunque muchos prevén grandes contratiempos, posiblemente se equivoquen

Aunque desde esta columna suelo hacer hincapié en los aspectos negativos de nuestra recuperación económica, me gustaría comenzar el año con una nota de optimismo.

El año 2015 ha terminado con unos indicadores para la economía española francamente buenos. Han sido tres los factores decisivos que han contribuido a estafavorable situación.

El primero ha sido obviamente la bonanza en los mercados financieros europeos, que ha permitido refinanciar buena parte de la inmensa deuda exterior neta que tenemos, tanto privada como pública(un billón en números redondos), a bajísimos tipos de interés, y financiar la nueva en condiciones extraordinariamente favorables. No estamos hablando de un asunto baladí, sino de enormes cantidades de dinero.

En un país tan endeudado como el nuestro, los tipos de interés a los que podríamos financiarnos por nuestros medios serían sin duda alguna muy superiores, y el pago de intereses que nos ahorramos y que quedan como renta nacional disponible es nada menos que un punto del PIB por año por cada 100 puntos básicos que disminuye la prima de riesgo.

Por lo tanto, la estabilización que ha supuesto la intervención del BCE nos ha aportado como mínimo una subvención a la economía nacional de dos a tres puntos del PIB, y eso siendo conservadores. Es decir, que solo por este motivo ya se justificaría casi todo el crecimiento de la economía española en 2015. Este es un factor que previsiblemente permanecerá a lo largo de 2016. Tras un primer susto de los mercados financieros tras las elecciones del 20-D, la prima de riesgo permanece baja (115 pb mientras se escriben estas líneas), solo 15 pb por encima de la italiana. El BCE se encuentra ahora sumamente cómodo en su política monetaria y a no ser que haya una convulsión muy potente que provenga de EEUU, no anticipo que tenga grandes problemas para cumplir con su objetivo fundamental, que es estabilizar los mercados financieros de la eurozona. Ni siquiera una repetición de las elecciones con un hundimiento del PSOE y un eventual Gobierno de Podemos creo que pudiera desestabilizar la situación más que a corto plazo, ya que los gobiernos municipales asociados a Podemos en Barcelona, Madrid y otras ciudades han demostrado ser muy prudentes en el manejo de las finanzas públicas y del asunto de la legitimidad de la deuda, únicos factores que podrían causar preocupación en los mercados financieros.

El segundo factor ha sido el de los precios del petróleo, que han disminuido un 39% en euros entre enero y octubre respecto al mismo periodo del año anterior. Esto supone una subvención para la economía española de otros 1,5 puntos del PIB aproximadamente. Durante los últimos años, y debido a los persistentes altos precios del petróleo, pudimos asistir a una enorme inversión en energía a nivel internacional, lo que ha provocado una importante sobreproducción y un desplome subsiguiente de los precios. Esta sobreproducción persiste, y con toda seguridad la brecha no se cerrará hasta por lo menos finales de 2017, con lo que podemos contar con bajos precios del petróleo para todo este año 2016, salvo que haya un problema geopolítico importante que afecte a la producción en la región del Golfo, algo no descartable pero relativamente improbable.

El tercer factor ha sido la depresión de la cotización del euro y la buena situación en Europa, que ha permitido que las exportaciones a Europa crezcan a buen ritmo y que a pesar de la mala situación en el resto del mundo (excepto EEUU) las exportaciones al resto se sostengan. Esto ha permitido que la demanda externa no lastre el crecimiento más de lo que ya lo hizo en 2014, eliminando un factor negativo que se podía haber previsto el pasado año. En 2016, las circunstancias de la demanda externa pueden empeorar ligeramente respecto a 2015, ya que, pese a lo que muchos digan, no creo que el euro se debilite más, y la economía de EEUU y el resto del mundo tampoco parece que nos vaya a dar muchas alegrías.

En el tema del tipo de cambio del euro/dólar, hay multitud de economistas que olvidan que es un parámetro que depende exclusivamente de la demanda relativa de ambas divisas, y que la de dólares, sobre todo provocada por los flujos financieros procedentes de los emergentes, parece haber tocado techo. Los fundamentales de ambas economías, con un déficit corriente inmenso en EEUU y un superávit muy grande en la eurozona, nos dicen a las claras que a largo plazo la situación tenderá a que el euro se revalorice, aunque es posible que la demanda relativa de ambas divisas en 2016 todavía compense esta fuerza subyacente. Lo que podemos concluir es que este factor exterior perjudicará probablemente a nuestra economía en 2016, aunque de una forma leve en todo caso.

Poniendo en un gran cuadro los tres factores, podemos concluir que las circunstancias exteriores (que no controlamos)serán todavía muy favorables en 2016, con lo que es de prever que su contribución al crecimiento económico será muy potente. Desde luego, ninguno de estos factores es mérito del Gobierno (como no se considere un mérito no comportarse de forma enloquecida). Como aspecto negativo, destacar que ninguno de los problemas de nuestra economía se han resuelto o se han puesto los medios para ello: un modelo productivo inexistente sin planes a largo plazo para resolver el encaje de nuestro sistema productivo en la economía global, con las empresas abandonadas a su suerte y sin apoyo institucional de tipo alguno, una asignación de recursos públicos en que prima la corrupción sobre la racionalidad, un sistema educativo (sobre todo en los niveles superiores) asfixiado y mediocre, una justicia ineficiente, unas regulaciones absurdas e inadaptadas a nuestra estructura empresarial y unos mercados que en amplios sectores funcionan como cortijos y en los que la palabra competencia ni está ni se la espera ante la complacencia y/o apatía del Gobierno.

Todo ello a largo plazo debe hacernos ser muy precavidos, pues ante una subida de precios del petróleo, una subida de la cotización del euro o un 'shock' financiero que eleve la prima de riesgo nos veremos en menos tiempo del que se tarda en leer esta frase otra vez contra las cuerdas. Por suerte, nada de eso parece que vaya a pasar en 2016. Ojalá. Les deseo a todos un muy Feliz 2016 y les dejo con unos gráficos que ponen de manifiesto nuestro buen momento.

Aunque desde esta columna suelo hacer hincapié en los aspectos negativos de nuestra recuperación económica, me gustaría comenzar el año con una nota de optimismo.

Prima de riesgo Eurozona Banco Central Europeo (BCE) Recuperación económica