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Prioridades en la lucha contra la recesión
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Prioridades en la lucha contra la recesión

La caída de los tipos y el moderado aumento de las transacciones en el interbancario es un signo alentador. Puede hacernos pensar, sin embargo, que ya

La caída de los tipos y el moderado aumento de las transacciones en el interbancario es un signo alentador. Puede hacernos pensar, sin embargo, que ya hemos solventado los problemas más graves y que basta con esperar. Un análisis más detenido nos dice que especialmente en la zona euro aún queda mucho por hacer. Una muestra de ello es que la caída del euribor ha sido notablemente menos acusada que la del libor. La notable apreciación del dólar frente al euro, además de anticipar mayores caídas de tipos en la zona euro, es también una señal de que los mercados creen que la lucha contra la recesión se está planteando de forma más eficiente en EE.UU.

Los políticos de la zona euro, y en especial los españoles, deberían captar el mensaje que envían los mercados y actuar mucho más diligentemente, empezando por la instrumentación de los planes de rescate aprobados. Las ayudas para limpiar los balances de los bancos se deberían conceder con celeridad. Cuanto más se demoren más se depreciarán los activos y más prologado y caro será el plan de apoyo bancario.

Sólo cuando los bancos estén saneados empezarán, de verdad, a prestarse entre sí y a atender las necesidades de las familias y las empresas. En cualquier caso, la contracción de la actividad está siendo tan acusada que resulta necesario y urgente un plan de reactivación de nuestra economía. Además, dada la situación de parálisis en la que ha entrado la economía cabe la posibilidad de que la contracción de la oferta pueda incluso acarrear unos mayores riesgos inflacionistas, al desembocar en una situación de estanflación, que un plan de estímulo a la economía real. 20

Una recomendación general para las medidas que se proponen es que estas tengan carácter coyuntural. Así se evitaría que una vez superada la recesión, pudieran lastrar la marcha de la economía. Con este reflexión en mente se propone actuar al menos en los siguientes frentes: 1) Estímulo fiscal directo: programas de obras públicas y creación de infraestructuras, primando aquellas que incidan en la competitividad o que puedan contribuir a reducir la dependencia tecnológica y energética. 2) Apoyo a las economías domésticas: estimular el consumo rebajando el IRPF y deflactando la tarifa del impuesto; programas de ayudas los que tengan dificultades para pagar las hipotecas; prorrogar los plazos de vencimiento de las cuentas de ahorro vivienda dada la dificultad de los ahorradores para conseguir hipotecas. 3) Apoyo a las empresas: créditos a las empresas solventes para financiar su deuda a corto; programa de avales del ICO para hacer frente a problemas de tesorería; potenciar la autofinanciación de las empresas reduciendo el impuesto de sociedades; apoyar el empleo rebajando la cotización a la seguridad social e incentivando la recolocación de los desempleados; incentivar la inversión otorgando libertad de amortización y primando la adquisición de activos fijos nuevos. 4) Ayudas a los ayuntamientos: programas de apoyo financiero para evitar que estos trasladen a los individuos y empresas sus problemas de liquidez. 38

La caída de los tipos y el moderado aumento de las transacciones en el interbancario es un signo alentador. Puede hacernos pensar, sin embargo, que ya hemos solventado los problemas más graves y que basta con esperar. Un análisis más detenido nos dice que especialmente en la zona euro aún queda mucho por hacer. Una muestra de ello es que la caída del euribor ha sido notablemente menos acusada que la del libor. La notable apreciación del dólar frente al euro, además de anticipar mayores caídas de tipos en la zona euro, es también una señal de que los mercados creen que la lucha contra la recesión se está planteando de forma más eficiente en EE.UU.

Los políticos de la zona euro, y en especial los españoles, deberían captar el mensaje que envían los mercados y actuar mucho más diligentemente, empezando por la instrumentación de los planes de rescate aprobados. Las ayudas para limpiar los balances de los bancos se deberían conceder con celeridad. Cuanto más se demoren más se depreciarán los activos y más prologado y caro será el plan de apoyo bancario.

Sólo cuando los bancos estén saneados empezarán, de verdad, a prestarse entre sí y a atender las necesidades de las familias y las empresas. En cualquier caso, la contracción de la actividad está siendo tan acusada que resulta necesario y urgente un plan de reactivación de nuestra economía. Además, dada la situación de parálisis en la que ha entrado la economía cabe la posibilidad de que la contracción de la oferta pueda incluso acarrear unos mayores riesgos inflacionistas, al desembocar en una situación de estanflación, que un plan de estímulo a la economía real. 20

Una recomendación general para las medidas que se proponen es que estas tengan carácter coyuntural. Así se evitaría que una vez superada la recesión, pudieran lastrar la marcha de la economía. Con este reflexión en mente se propone actuar al menos en los siguientes frentes: 1) Estímulo fiscal directo: programas de obras públicas y creación de infraestructuras, primando aquellas que incidan en la competitividad o que puedan contribuir a reducir la dependencia tecnológica y energética. 2) Apoyo a las economías domésticas: estimular el consumo rebajando el IRPF y deflactando la tarifa del impuesto; programas de ayudas los que tengan dificultades para pagar las hipotecas; prorrogar los plazos de vencimiento de las cuentas de ahorro vivienda dada la dificultad de los ahorradores para conseguir hipotecas. 3) Apoyo a las empresas: créditos a las empresas solventes para financiar su deuda a corto; programa de avales del ICO para hacer frente a problemas de tesorería; potenciar la autofinanciación de las empresas reduciendo el impuesto de sociedades; apoyar el empleo rebajando la cotización a la seguridad social e incentivando la recolocación de los desempleados; incentivar la inversión otorgando libertad de amortización y primando la adquisición de activos fijos nuevos. 4) Ayudas a los ayuntamientos: programas de apoyo financiero para evitar que estos trasladen a los individuos y empresas sus problemas de liquidez. 38

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