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Jesús Sánchez-Quiñones

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Dólar fuerte

Hacer pronósticos sobre la evolución de la cotización de cualquier divisa es casi una osadía. A diferencia de cualquier otro mercado, los principales intervinientes en los

Hacer pronósticos sobre la evolución de la cotización de cualquier divisa es casi una osadía. A diferencia de cualquier otro mercado, los principales intervinientes en los mismos, los Bancos Centrales,  frecuentemente persiguen objetivos distintos a la obtención del máximo beneficio en la gestión de sus reservas.

 

La depreciación del dólar de más del 13% en su cambio con el euro (desde 1,245 hasta 1.418) en los dos últimos meses ha provocado el temor a una caída desordenada del dólar y una pérdida de su condición de moneda de referencia. Las divisas no se han mantenido al margen de la enorme volatilidad de los mercados durante los últimos meses. Durante 2008 la moneda americana pasó de cotizar en torno a 1,60 $ por € en julio a niveles de 1,24 en el mes de octubre.

El dólar ha sido la principal divisa de reserva internacional desde antes de la Segunda Guerra Mundial. A finales de 2008, el porcentaje de reservas de los Bancos Centrales en dólares suponía el 64% del total, siendo la segunda divisa el euro con un 26,5%. Es indiscutible el “señoriaje” del dólar, siendo la principal divisa empleada en el comercio mundial, incluyendo los mercados de materias primas. Esta preeminencia del dólar sobre el resto de divisas se ha mantenido a lo largo de décadas incluso en fases de elevada inflación, de fuertes recesiones e incluso de guerras en las que se ha visto involucrado EE.UU. En ninguna de estas ocasiones se ha puesto en cuestión la convertibilidad del dólar.

Para que el dólar dejase de ser la divisa de reserva por excelencia otra moneda tendría que ocupar su lugar. Con el nacimiento del euro algunos consideraban que podría desplazar al dólar como moneda de referencia. La falta de una política económica común y las enormes divergencias entre los países integrantes de la moneda única hacen difícil que el euro pueda desplazar al dólar en un futuro previsible. Adicionalmente, la economía americana sigue siendo la mayor del mundo y sus mercados financieros los de mayor volumen, incluso tras las fuertes caídas del último año y medio.

El yuan chino difícilmente puede aspirar a sustituir al dólar como moneda refugio. Su falta de convertibilidad y su limitado mercado de capitales implica que pasarán lustros hasta que sea realmente un competidor del dólar.

La caída del dólar se debe principalmente al temor de que las medidas adoptadas por las autoridades norteamericanas (aumento déficit público, recompra deuda pública, megaemisiones de deuda) lleven implícita la generación de inflación para devaluar el enorme monto de la deuda estadounidense.

Frente a esta idea el propio Secretario del Tesoro Tim Geithner se ha comprometido en China a ajustar el déficit público futuro y aboga por un dólar fuerte. Una caída desordenada del dólar podría dar al traste con las previsiones de recuperación de la economía americana, y por derivación de la economía global.

Las cotizaciones de las divisas siempre comparan dos monedas. En este sentido, la situación de la Zona Euro presenta al menos tantas incertidumbres como las existentes en la economía americana. Con una diferencia. En EEUU al menos ya saben, o estiman, que cantidad de dinero necesitarán sus entidades financieras para mantenerse solventes. En Europa sigue siendo una incógnita.

Pese a la actual depreciación del dólar, su rol como principal divisa de reserva mundial, de referencia en las transacciones comerciales internacionales e incluso de moneda refugio en momentos de incertidumbre no es previsible que vaya a asignarse a ninguna otra divisa, al menos en el futuro cercano.

Jesús Sánchez-Quiñones, Director General de Renta 4

Hacer pronósticos sobre la evolución de la cotización de cualquier divisa es casi una osadía. A diferencia de cualquier otro mercado, los principales intervinientes en los mismos, los Bancos Centrales,  frecuentemente persiguen objetivos distintos a la obtención del máximo beneficio en la gestión de sus reservas.