Es noticia
Resultados frente a expectativas
  1. Economía
  2. Información privilegiada
Jesús Sánchez-Quiñones

Información privilegiada

Por

Resultados frente a expectativas

La atención de los inversores en las próximas semanas estará centrada en los resultados correspondientes a la primera mitad de este ejercicio publicados por las empresas.

La atención de los inversores en las próximas semanas estará centrada en los resultados correspondientes a la primera mitad de este ejercicio publicados por las empresas. Para las compañías del S&P 500 (Standard & Poors) se espera una caída del 34% del beneficio por acción comparado con el mismo periodo del año anterior. Los resultados de cada compañía se considerarán buenos o malos teniendo como referencia la expectativa que el consenso de mercado tenga sobre cada uno de ellos.

Ante la publicación de incrementos de resultados de, por ejemplo, un 20% seguido de un descenso considerable en la cotización, es frecuente oir comentarios sobre “la sinrazón de las cotizaciones bursátiles”. Hay que tener en cuenta que la Bolsa tiene recogido en el precio actual el consenso de expectativas futuras de cada una de las acciones. Por tanto, si se espera un incremento del beneficio del 30%, y la compañía en cuestión “sólo” mejora su resultado un 20%, supone un empeoramiento de las expectativas y por tanto la cotización se ha de ajustar a la baja a las nuevas previsiones. Ello explica el descenso de la cotización de una determinada empresa pese a mejorar su beneficio en un 20%.

Una de las primeras empresas europeas en presentar resultados ha sido Philips. Su beneficio se ha reducido en el segundo trimestre en comparación con el mismo periodo del año anterior un 94%. La cotización de la compañía ha acogido la publicación de los resultados con una subida del 6%, la mayor del índice Eurostoxx. ¿La explicación? Muy simple. El consenso de mercado esperaba que la compañía publicará pérdidas en el trimestre, por lo que la existencia de beneficios, por escasos que sean, mejora las expectativas, y por tanto la cotización reacciona al alza.

La evolución de las previsiones de los analistas, e incluso de los propios directivos de las empresas cotizadas, sobre los futuros resultados empresariales suelen ser procíclicas. En momentos de crecimiento económico las previsiones tienden a tener un sesgo positivo, acorde con el momento de auge general. Por el contrario, en momentos como los actuales de recesión económica y de escaso optimismo, las previsiones presentan un claro sesgo a la baja, incluso más allá de lo razonable. “En la coyuntura actual más vale ser conservador en las previsiones”, parece ser el razonamiento generalizado de los analistas.

Los resultados empresariales que conoceremos en las próximas semanas serán significativamente peores comparados con los del mismo periodo del año anterior. Pese a ello, las cotizaciones de las compañías no necesariamente han de reaccionar a los menores beneficios de forma negativa. Los niveles actuales de las Bolsas, un 18% por debajo de los existentes hace un año en el caso del IBEX y un 28% inferiores en el caso del Eurostoxx, ya recogen dicho empeoramiento de los resultados.

A efectos bursátiles los resultados empresariales no son buenos o malos en sí mismos, sino mejores o peores de lo esperado. La Bolsa reaccionará a los resultados publicados en función de la diferencia entre beneficios y expectativas.

*Jesús Sánchez-Quiñones es Director General de Renta 4

La atención de los inversores en las próximas semanas estará centrada en los resultados correspondientes a la primera mitad de este ejercicio publicados por las empresas. Para las compañías del S&P 500 (Standard & Poors) se espera una caída del 34% del beneficio por acción comparado con el mismo periodo del año anterior. Los resultados de cada compañía se considerarán buenos o malos teniendo como referencia la expectativa que el consenso de mercado tenga sobre cada uno de ellos.

Salidas a bolsa