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Cómo evitar que la Bolsa le quite el sueño en verano
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Cómo evitar que la Bolsa le quite el sueño en verano

Al empezar esta época del año numerosos inversores se plantean qué hacer con sus inversiones en bolsa. Algunos optan por vender sus carteras para evitar

Al empezar esta época del año numerosos inversores se plantean qué hacer con sus inversiones en bolsa. Algunos optan por vender sus carteras para evitar posibles sustos durante sus vacaciones. Agosto tiene fama de ser un mes aciago para las bolsas. Desde el año 1990, la bolsa ha tenido rentabilidad negativa en once ocasiones, mientras que el balance ha sido favorable en ocho. Puntualmente agosto ha experimentado fuertes descensos: en 1990 (invasión de Irak) el desplome fue del 11% y en agosto de 1998 (crisis rusa) el mercado perdió el 21% de su valor.

 

Tradicionalmente, el descanso veraniego llevaba consigo la imposibilidad de seguir adecuadamente la evolución de los mercados financieros y de las propias carteras personales. Hoy el seguimiento de la información y de las inversiones está al alcance de cualquiera gracias a la generalización del acceso móvil a internet. Pese a ello, es probable que por mero descanso mental numerosos inversores prefieran no prestar atención a la evolución de sus inversiones durante el verano. Aun así, existen herramientas al alcance de los inversores que les posibilitan desentenderse de sus inversiones, sacando provecho de las posibles subidas adicionales y limitando los efectos de posibles caídas de los mercados.

Las órdenes “stop loss” (límitación de pérdidas) permiten al inversor marcar un precio por debajo del cual se lanzará una orden de venta al mercado, limitando la posible pérdida o evitando que un beneficio latente se convierta en pérdida.

En un mercado como el actual, con una marcada tendencia alcista en las últimas semanas, y rompiendo resistencias relevantes en la mayoría de los principales índices, parece más adecuado utilizar órdenes de tipo “stop dinámico” (“órdenes condicionadas”). Mediante este tipo de órdenes, se determina a qué porcentaje desde el máximo conseguido por la cotización de una acción se lanza al mercado la orden de venta.  A diferencia de las órdenes “stop loss”, las “órdenes condicionadas” son dinámicas. De esta forma, en lugar de marcar un precio fijo a partir del cual se enviaría la orden de venta al mercado, se determina el porcentaje que se está dispuesto a dejar de ganar desde la cotización máxima de un valor concreto. El precio de disparo del “stop dinámico” sube a medida que la cotización del valor avanza, aprovechando las subidas. Así, seleccionando dicho porcentaje, cuando el precio de la acción caiga más de ese porcentaje desde la cotización máxima alcanzada, se lanzará al mercado una orden de venta del número de títulos que haya seleccionado.

Con los “stop dinámicos” se acumulan las subidas, puesto que si el precio de la acción sube también lo hará el stop marcado en el mismo porcentaje, mientras que si el mercado baja, el nivel de la orden de “stop dinámico” se mantiene y no baja. De esta forma se acumulan las ganancias sin necesidad de ir variando el stop a medida que la cotización del valor avanza, mientras que se mantiene un porcentaje máximo de caída.

Un ejemplo clarificará como funcionan en la práctica este tipo de órdenes. La cotización de BBVA se encuentra a 10 euros/acción. El inversor no desea dejar de ganar más de un 5% desde la cotización máxima a partir de ahora, por lo que introduce un “stop dinámico” con porcentaje de oscilación a la baja del 5%. El precio de disparo se situaría en 9,5 euros/acción. Pueden acontecer alguno de los dos siguientes escenarios:

A- BBVA baja hasta 9,6 euros y la cotización luego sube hasta 9,8 euros. El “stop dinámico” no se dispara. Se mantiene el precio de disparo en 9,5 euros/acción.

B- El precio de BBVA sube hasta los 10,10 euros/acción, marcando un nuevo máximo desde que se introdujo la orden, por lo que el precio de disparo se volvería a recalcular (10,10 menos el 5% de 10,10 sería 9,595 euros/acción) de forma automática.

Mediante este tipo de órdenes,“stop dinámicos”, los inversores pueden despreocuparse de sus carteras de valores durante las vacaciones pudiendo sacar provecho a las posibles subidas que se puedan producir durante agosto, limitando las caídas en caso de un comportamiento adverso del mercado.

*Jesús Sánchez-Quiñones es Director General de Renta 4

Al empezar esta época del año numerosos inversores se plantean qué hacer con sus inversiones en bolsa. Algunos optan por vender sus carteras para evitar posibles sustos durante sus vacaciones. Agosto tiene fama de ser un mes aciago para las bolsas. Desde el año 1990, la bolsa ha tenido rentabilidad negativa en once ocasiones, mientras que el balance ha sido favorable en ocho. Puntualmente agosto ha experimentado fuertes descensos: en 1990 (invasión de Irak) el desplome fue del 11% y en agosto de 1998 (crisis rusa) el mercado perdió el 21% de su valor.