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Más crédito y más capital: soplar y sorber a la vez
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Más crédito y más capital: soplar y sorber a la vez

Lo mismo que no es posible soplar y sorber al mismo tiempo, tampoco es posible aumentar el crédito y simultáneamente incrementar los recursos propios de las

Lo mismo que no es posible soplar y sorber al mismo tiempo, tampoco es posible aumentar el crédito y simultáneamente incrementar los recursos propios de las entidades financieras.

El origen de la crisis ha sido un sobreendeudamiento de la economía. De todas las entidades las más endeudadas han sido las entidades financieras. De acuerdo con el FMI el endeudamiento de la banca alemana es de 32 veces, el de la banca francesa 26 veces y el de la banca española “sólo” 19 veces. Dicho de otra forma, del total del balance de cada 100 € sólo 3,1€ en el caso de Alemania, 3,8€ en el caso de Francia y 5,2€ en el caso de España son recursos propios. El resto procede de endeudamiento.

Los balances de las entidades financieras (como los de todas las empresas) muestran en su parte derecha (PASIVO) de dónde se obtienen los recursos: fondos propios, depósitos y financiación mayorista (BCE, bonos, pagarés…) y en su parte izquierda (ACTIVO) se refleja en que bienes y derechos se han materializado dichos recursos: liquidez, activos como bonos o inmuebles, y préstamos. Lógicamente el balance siempre ha de cuadrar: el importe del PASIVO siempre ha de ser idéntico al importe del ACTIVO.

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En la actualidad se está exigiendo a las entidades financieras que incrementen la proporción de sus recursos propios respecto del total de su balance. Si el banco cuyo balance (ficticio) aquí se representa tuviera que pasar del 10% al 12% de recursos propios tendría varias alternativas: realizar ampliaciones de capital para conseguir un 20% más de recursos propios; o si se ve imposibilitado tendría que reducir su balance en un 17% reduciendo deuda y vendiendo activos (si puede) y sobre todo minorando el saldo de préstamos.

Independientemente de la actual coyuntura económica, la mera exigencia a las entidades de un aumento de sus recursos propios es contractiva para el crédito. Para que el banco pueda incrementar el saldo de préstamos necesariamente ha de incrementar su balance o vender sus activos (bonos, inmuebles…) y destinar el importe resultante a la concesión de más préstamos. El beneficio no distribuido de cada año permite incrementar el balance en la cuantía de dicho beneficio. Cuanto menor sea el beneficio menor la capacidad de conceder nuevos préstamos.

La coyuntura actual presiona a los balances de las entidades financieras tanto por el activo como por el pasivo.

Por el lado del activo:

- El aumento de la mora en los préstamos vivos afecta al beneficio reduciéndolo (o incluso generando pérdidas).

- La adjudicación de activos como pago de préstamos genera la necesidad de dotar provisiones, reduciendo el beneficio y afectando a los recursos propios. Además, los activos adjudicados (inmuebles) no generan ningún tipo de rendimiento y acarrean gastos. Cuanto más elevado es el volumen de activos adjudicados menos rentable el balance, dificultando la sostenibilidad de dicha entidad.

- Los activos en balance, como participaciones de empresas, bonos, entre otras, se han visto también penalizados en su valoración, generando dotaciones que reducen el beneficio.

Por el lado del pasivo:

- La guerra de depósitos hace que muchas entidades vean reducir su volumen de depósitos, debiendo reducir su activo en la misma proporción si no consiguen financiarse de otra manera.

- Los mercados de emisión mayorista se encuentran prácticamente cerrados para la mayoría de entidades, teniendo enormes dificultades para poder incluso refinanciar los vencimientos actuales: 124 mil millones de euros en 2012. La cantidad que no consigan refinanciar tendrán que reducirla del saldo de préstamos si no logran financiación alternativa.

Afortunadamente el Banco Central Europeo ha sido sensible a las dificultades de financiación de banca (no sólo la española) y ha facilitado líneas de financiación a tres años de forma casi ilimitada. Con ello evita un auténtico “credit crunch”, pero ni mucho menos resuelve todos los problemas de la banca ni va a lograr un incremento del crédito inmediato. Da liquidez a las entidades, pero no solvencia que se logra con más recursos propios.

En conclusión, pese al deseo de más crédito para que la economía crezca, la necesidad de sanear los balances bancarios, el desendeudamiento de los mismos y la exigencia de un mayor porcentaje de recursos propios sobre el total del balance hace “IMPOSIBLE” que a corto plazo aumente el crédito. No se puede soplar y sorber.

Lo mismo que no es posible soplar y sorber al mismo tiempo, tampoco es posible aumentar el crédito y simultáneamente incrementar los recursos propios de las entidades financieras.