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La reforma financiera la pagan los accionistas
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Jesús Sánchez-Quiñones

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La reforma financiera la pagan los accionistas

Hasta la fecha los principales perjudicados de la crisis financiera en la banca han sido sus accionistas: el valor de sus acciones se ha reducido a

Hasta la fecha los principales perjudicados de la crisis financiera en la banca han sido sus accionistas: el valor de sus acciones se ha reducido a una fracción de su nivel anterior al inicio de la crisis, y las emisiones de nuevas acciones han diluido significativamente su participación en el capital social de cada uno de los bancos. Las nuevas exigencias de provisiones a la banca inevitablemente tendrán consecuencias adicionales sobre los inversores en acciones y bonos de entidades bancarias.

El Banco Central Europeo solucionó, al menos temporalmente, el problema de la liquidez bancaria con sus operaciones LTRO (Long Term Refinancing Operations), inyectando hasta un billón de euros a los bancos europeos en las subastas de diciembre y febrero pasado.

Solventado el problema de la liquidez, el secreto para que en algún momento el crédito vuelva a fluir radica en afrontar el problema de la solvencia mediante la adecuada valoración de los activos en balance y el aumento de los recursos propios. En una coyuntura de recesión económica y necesaria reducción del gasto público es inevitable que la mora de los créditos bancarios aumente y la valoración de sus activos empeore.

Las nuevas exigencias de provisiones de 28.000 millones, adicionales a los ajustes de de 50.000 millones de euros de febrero, se centran en los activos inmobiliarios y créditos al sector constructor y promotor. La actual coyuntura provocará que el volumen de activos “problemáticos” del sector inmobiliario y constructor aumente durante 2012 y 2013 y, a su vez, la mora en el restante 80% de los préstamos al sector privado (hipotecario, consumo y empresas) también se incrementará. Por tanto, el ajuste aprobado el viernes es un paso más en el saneamiento de los balances bancarios, pero previsiblemente no será el último.

Las consecuencias para los inversores son evidentes. Los accionistas de los bancos con mayores necesidades de ajustes verán diluirse aún más el valor de sus acciones. Asistiremos a ampliaciones de capital, bien por captación de recursos en el mercado, bien por conversión de obligaciones preferentes y subordinadas en acciones. En los aumentos de capital vía captación de recursos el descuento exigido es considerable. Las últimas ampliaciones de capital dinerarias de UNICREDIT, HSBC y Commerzbank se han llevado a cabo con descuentos del 43, 39 y 30% respectivamente frente al valor de mercado de las acciones cotizadas, con las consiguientes caídas de las cotizaciones.

Ante la imperiosa necesidad de recursos propios nuevos, la conversión de determinadas emisiones de renta fija en capital es más que probable. Los denominados bonos preferentes primero dejarán de pagar los cupones, al no existir beneficios, y acto seguido previsiblemente serán convertidos en acciones. En no pocos casos las obligaciones subordinadas también serán convertidas en capital. Con estas conversiones de bonos en capital, la pérdida no sólo se producirá en el caso de los bonistas, sino también la padecerán los accionistas al ver diluido el valor de sus acciones por la emisión de un elevado porcentaje de nuevas acciones.

Los accionistas de los bancos seguirán siendo los grandes perjudicados de la crisis financiera, y previsiblemente lo seguirán siendo en los próximos meses.

Hasta la fecha los principales perjudicados de la crisis financiera en la banca han sido sus accionistas: el valor de sus acciones se ha reducido a una fracción de su nivel anterior al inicio de la crisis, y las emisiones de nuevas acciones han diluido significativamente su participación en el capital social de cada uno de los bancos. Las nuevas exigencias de provisiones a la banca inevitablemente tendrán consecuencias adicionales sobre los inversores en acciones y bonos de entidades bancarias.