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Una visión alemana de España
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Una visión alemana de España

Ante cualquier situación problemática en la que están involucradas varias partes, es conveniente intentar conocer de primera mano el punto de vista de la otra parte

Ante cualquier situación problemática en la que están involucradas varias partes, es conveniente intentar conocer de primera mano el punto de vista de la otra parte implicada. Posiblemente dará un enfoque a los problemas sensiblemente divergente de nuestra propia visión.

En el caso de la crisis del euro es recomendable conocer cómo perciben la actual situación los alemanes, cual es su perspectiva. La pasada semana Juergen Donges, prestigioso economista alemán, miembro del Comité de Expertos Económicos de Alemania y Asesor del Gobierno Alemán, expuso su visión personal respecto a la situación del euro y de España. Pese a expresar opiniones personales, se aproximan, en gran medida, a las opiniones manifestadas por el Sr. Weidmann, presidente del Bundesbank.

De las palabras del Sr. Donges se desprende una enorme desconfianza hacia los responsable políticos españoles, pasados y presentes. Así, considera que cualquier ayuda proporcionada por parte del Banco Central Europeo llevará a una relajación del ritmo del inevitable ajuste que hay que realizar en las cuentas públicas españolas y de la velocidad en la aprobación e implementación de las reformas estructurales necesarias. De tal forma, que si un gobierno tiene la certeza que un tercero le va a ayudar, no hará los esfuerzos necesarios para poner remedio por sí mismo a la situación actual.

En este sentido, el Sr. Donges considera que el programa OMT del BCE se acerca mucho a la financiación a los Estados, actuación prohibida al BCE. El BCE no debería actuar. “Hay que mantener la presión sobre los gobiernos para que se reduzca el déficit”. El gran peligro del BCE radica en que condiciona la compra de bonos soberanos a la firma de un MoU (Memorando de Entendimiento) entre España y el MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad). Tras la firma del MoU, el BCE podría comenzar a comprar bonos soberanos españoles. El cumplimiento de la condicionalidad incluida en el MoU que firmaría España, sólo se conocerá pasados bastantes meses. En dicho momento, en caso de incumplimiento por parte de España, no es creíble que el BCE pueda vender los bonos comprados. Equivaldría a enviar a España al abismo, al cerrar totalmente el mercado de emisión de bonos y encima vender los bonos mantenidos en cartera.

Hay que reconocer que la experiencia de los últimos años pone de manifiesto que los gobiernos en Europa sólo toman medidas drásticas cuando se sienten totalmente presionados. Tan pronto disminuye la presión, el ímpetu reformista se relaja. La preocupación alemana está justificada, aunque sin ayuda del BCE la salida de la actual situación es inverosímil.

Respecto al modelo de crecimiento que, según el Sr. Donges, ha de seguir España para salir de la crisis, se ha de basar en la exportación, a imitación del modelo alemán. De acuerdo con sus palabras, si las exportaciones son de productos con alto valor añadido el tipo de cambio del euro no es un factor fundamental para las exportaciones. De hecho, las exportaciones alemanes han aumentando año tras año incluso en momentos de apreciación constante del marco alemán (cuando existía). Considera que el euro no ha favorecido a las exportaciones alemanas (afirmación ciertamente cuestionable)

Esta forma de pensar, conjuntamente con el pavor alemán a cualquier atisbo de riesgo de inflación, hace prever que los alemanes se seguirán oponiendo rotundamente a cualquier relajación de la política monetaria por parte del BCE, al estilo de la puesta en práctica por la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra, o el Banco de Japón. En consecuencia, pese a los problemas de la Euro Zona y su menor crecimiento, la cotización de la divisa europea difícilmente caerá todo lo que debería caer frente a las principales divisas. “Con inflación no resolveremos ningún problema, es más, se crean burbujas inmobiliarias”. Sorprende que la preocupación en la situación actual siga siendo la inflación y no la recesión.

Quizás el tipo de cambio no afecte a la exportación de maquinaria alemana muy especializada, pero sí afecta a las exportaciones de, por ejemplo, aceite de oliva o la entrada de turistas procedentes de otros países distintos de la Zona Euro. La depreciación del euro es parte de la solución de los problemas de Europa, pero los alemanes no parecen estar muy por la labor de debilitar la moneda única.

El Sr. Donges, pone como ejemplo de cómo acometer reformas estructurales la actuación del gobierno alemán del Presidente Schöders hace diez años:

- Primero es imprescindible un acuerdo de los dos principales partidos políticos del país, para asegurar una continuidad en las reformas aprobados.

- En segundo lugar, han de transcurrir años hasta que se visualicen los resultados de las reformas aprobadas y aplicadas. En el caso alemán se tardaron ocho años en recoger los fruto de aquellos sacrificios. 

Dicho escenario de acuerdo a largo plazo entre los dos grandes partidos políticos españoles para la aprobación y puesta en marchas de profundas reformas estructurales, aunque deseable, actualmente es una quimera.

El Sr. Donges, posiblemente sea a uno de los economistas alemanes que mejor conoce España, no en vano nació en Sevilla y domina a la perfección la lengua de Cervantes. Sus opiniones merecen ser tenidas en cuenta, sobre todo porque son una aproximación bastante fidedigna del pensamiento “oficial” alemán.

Ante cualquier situación problemática en la que están involucradas varias partes, es conveniente intentar conocer de primera mano el punto de vista de la otra parte implicada. Posiblemente dará un enfoque a los problemas sensiblemente divergente de nuestra propia visión.