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Elevada deuda pública: mal de muchos, epidemia
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Elevada deuda pública: mal de muchos, epidemia

Advertir sobre el problema de la sostenibilidad de la creciente deuda pública española en un momento en el que la Comisión Europea excluye a España de

Advertir sobre el problema de la sostenibilidad de la creciente deuda pública española en un momento en el que la Comisión Europea excluye a España de la lista de países con desequilibrios económicos excesivos y Moody´s mejora la calificación crediticia de nuestros bonos soberanos puede ser tachado de agorero o pesimista.

La mejora de distintos aspectos de la economía española como la reducción de los costes laborales unitarios, el aumento de las exportaciones, la jibarización de la prima de riesgo o la consecución de un superávit en la balanza por cuenta corriente es una realidad que está siendo comentada repetidamente. Sin embargo, ignorar los riesgos sobre la sostenibilidad de la recuperación ni es prudente ni los hará desaparecer.

Desde 2007, la deuda pública española se ha incrementado desde los 382.000 millones de euros a 960.000 millones en 2013, esperando superarse el billón de euros a finales de 2014. En términos de incremento de deuda pública sobre el producto interior bruto (PIB), entre 2007 y 2012, último año con datos oficiales para todos los países de la Eurozona, solamente Irlanda y Portugal han incrementado en mayor proporción su nivel de deuda pública que España, que lo hizo en casi 50 puntos porcentuales del PIB, el doble de la media de la Eurozona.

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Fuente: Eurostat

El incremento de deuda procede de los déficits públicos acumulados año tras año. Una reducción del porcentaje del déficit sobre el PIB en comparación con el año anterior no evita un aumento de la deuda pública. El nivel alcanzado por la deuda pública española en 2013 –93,9% del PIB (estimado por la Comisión Europea) y una previsión del 98,9% para 2014– podría llevar a pensar que se encuentra en un nivel cercano al punto de no retorno o de insostenibilidad.

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No obstante, el nivel de deuda pública sobre el PIB de nuestra economía se encuentra incluso por debajo de la media europea. Por tanto, se estima que el problema de la deuda de España no es muy diferente del existente en la generalidad de los países de la Eurozona, incluido Francia. Mal de muchos, epidemia. En caso de poner en duda la sostenibilidad de la deuda pública española, se pondría en duda la sostenibilidad de la deuda pública de la mayoría de los países del euro, incluido Francia. La aparición de propuestas de reestructuración global de la deuda de todos los países del euro, como las ya mencionadas en otros artículos, así parece indicarlo.

Que nuestros socios padezcan nuestra misma enfermedad no debe llevar a la complacencia. De acuerdo con las previsiones de la Comisión Europea, España es el país de la Eurozona que más déficit público tendrá en 2014 y 2015, un 12,3%, por encima del resto de periféricos. En consonancia con dichas cifras, el incremento del stock de deuda será superior al de nuestros socios.

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Fuente: previsiones de la Comisión Europea

La mejora de las bases para una vuelta al crecimiento de la economía española son indudables, pero el talón de Aquiles sigue residiendo en la creciente deuda pública, achacable a la ausencia de una reforma estructural del gasto público. A día de hoy, los inversores parecen no fijarse en nuestro nivel de deuda pública por situarse este en la media europea. Escudarse en que es un problema generalizado de los países de nuestro entorno es entendible, pero no soluciona el problema.

Advertir sobre el problema de la sostenibilidad de la creciente deuda pública española en un momento en el que la Comisión Europea excluye a España de la lista de países con desequilibrios económicos excesivos y Moody´s mejora la calificación crediticia de nuestros bonos soberanos puede ser tachado de agorero o pesimista.

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