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Pagar por no asumir riesgo
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Pagar por no asumir riesgo

Tras las medidas del Banco Central Europeo (BCE) situando el precio del dinero a cero, previsiblemente durante un largo periodo de tiempo, nos adentramos en un

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Tras las medidas del Banco Central Europeo (BCE) al situar el precio del dinero a cero, previsiblemente durante un largo periodo de tiempo, nos adentramos en un terreno inexplorado para los inversores. Quien desee seguridad total sobre su dinero no sólo no recibirá ninguna rentabilidad, sino que ademástendrá que pagar. Así, para los bancos y para cualquier otra entidad que quiera mantener dinero depositado en el BCE, la seguridad de tener su dinero custodiado por el banco emisor le costará un 0,2% anual.

La entrada del euro ha cambiado el concepto de “interés libre de riesgo”. Con la peseta y el resto de monedas nacionales anteriores a la moneda única, se consideraba como interés libre de riesgo el ofrecido por las letras del Tesoro emitidas en la moneda local de cada uno de los países. Cada Estado tenía la capacidad de emitir papel moneda en el que estaba denominada cada letra del Tesoro, garantizando el pago a vencimiento. Con la entrada en el euro, las emisiones de cada Tesoro nacional se realizan en euros, moneda cuya emisión no depende del Estado emisor. Por tanto, el riesgo de impago a su vencimiento es superior ante la imposibilidad de emitir moneda al vencimiento.

Dentro del euro, el equivalente al concepto de “interés libre de riesgo” es el interés ofrecido por un emisor estatal con máxima calificación crediticia (rating AAA): Alemania, Finlandia y Luxemburgo. En el caso del Tesoro alemán, las rentabilidades de sus emisiones a uno, dos y tres años son negativas. Los inversores reciben a vencimiento menos cantidad de la desembolsada. Es el precio a pagar por tener la garantía del Tesoro alemán.

El nuevo escenario de tipos de interés provocado por las decisiones del BCE y el convencimiento generalizado de un mantenimiento prolongado de los tipos en niveles ínfimos o nulos ha reducido los tipos de los bonos a diez años europeos prácticamente a la mitad desde principio de año. Dicho descenso se ha producido no sólo en la periferia, sino también en los países del núcleo como Alemania o Francia. La reducción en los tipos se ha producido independientemente de las actuaciones de cada uno de los gobiernos. El mérito es del BCE, no de los gobiernos.

Las facilidades de financiación del BCE a los bancos, tanto en tipo como en plazo, seguirán incentivando el carry trade(tomar prestado a un tipo muy bajo para invertir en emisiones estatales a mayor tipo), ayudando a que la rentabilidad de los bonos europeos se mantenga en niveles extraordinariamente bajos.

Estos bajos tipos de interés de las emisiones públicas se trasladan a los bonos emitidos por entidades privadas: empresas como DIA logran emitir bonos a 5 años al 1,5% de interés. Por el contrario, los préstamos bancarios no reflejan tal caída de tipos.

En este escenario,el principal damnificado es el inversor conservador: la rentabilidad de los depósitos desaparece y las letras del Tesoro tampoco ofrecen rentabilidad alguna (0,145% antes de comisiones). Para obtener rentabilidad será necesario asumir ciertos riesgos de diversa naturaleza:

  • Riesgo de iliquidez, si se invierte en productos con vencimiento a medio y largo plazo.
  • Riesgo emisor. Cuanto menor sea la calidad crediticia del emisor, mayor la rentabilidad exigida.
  • Riesgo de divisa, si se decide invertir en productos en otras monedas.
  • Riesgo de valoración, si se invierte en productos como los fondos de inversión con valoración diaria que recoge las fluctuaciones diarias de los mercados.

La rentabilidad sin riesgo en euros es negativa, cuesta dinero, como lo refleja el coste de depositar en el Banco Central Europeo. Llevará tiempo que los inversores y ahorradores se acostumbren a una nueva situación de tipos de interés.

Tras las medidas del Banco Central Europeo (BCE) al situar el precio del dinero a cero, previsiblemente durante un largo periodo de tiempo, nos adentramos en un terreno inexplorado para los inversores. Quien desee seguridad total sobre su dinero no sólo no recibirá ninguna rentabilidad, sino que ademástendrá que pagar. Así, para los bancos y para cualquier otra entidad que quiera mantener dinero depositado en el BCE, la seguridad de tener su dinero custodiado por el banco emisor le costará un 0,2% anual.

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