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Jesús Sánchez-Quiñones

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Qué hacer con el depósito que vence

Los ahorradores no están acostumbrados a enfrentarse a un escenario de tipos de interés CERO como los existentes actualmente en Europa. Aunque en términos de rentabilidad

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Los ahorradores no están acostumbrados a enfrentarse a un escenario de tipos de interés CERO como los existentes actualmente en Europa. Aunque en términos de rentabilidad real, descontada la inflación, hayan existido otros momentos en los que los tipos han sido inferiores a los actuales, sicológicamente es difícil aceptar que el dinero no produzca rentabilidad nominal alguna.

La preocupación actual entre los ahorradores más conservadores de qué hacer con sus ahorros no existía cuando los tipos eran más elevados pero la inflación superaba la rentabilidad obtenida. La rentabilidad de las letras del Tesoro en los diez últimos años, considerando los tipos existentes al final de cada año y la inflación en los 12 meses siguientes, sólo ha generado rentabilidad real positiva en la mitad de los ejercicios.

Quien adquirió letras al Tesoro a finales de 2006 al 3,8% consideraba que lograba una rentabilidad aceptable, aunque la inflación en los doce meses siguientes fuera del 4,2% y, por tanto, su rentabilidad real, descontada la inflación fuese negativa. Esa situación se ha repetido en 2009, 2010 y 2011.

La mayoría de los ahorradores se preguntan cómo obtener rentabilidad en este entorno, qué hacer con el dinero procedente del vencimiento de depósitos extratipados. Las alternativas tradicionalmente más conservadoras se antojan poco satisfactorias para sus pretensiones:

  • Se acabaron los depósitos extratipados, salvo ofertas comerciales puntuales generalmente asociadas a la colocación de otros productos.
  • Las letras del Tesoro apenas alcanzan el 0,16% de rentabilidad.

Sobre estas bases cualquier expectativa de rentabilidad inevitablemente va asociada a la asunción de algún tipo de riesgo, también en la renta fija:

1. Riesgo de valoración de la inversión

La rentabilidad obtenida a vencimiento invirtiendo en bonos del Tesoro es muy reducida: 0,8% a cinco años; 2,5% a doce años, asumiendo riesgo de valoración durante la vida del bono.

2.Riesgo emisor (adicional al riesgo de valoración)

Para obtener mayor rentabilidad en renta fija es necesario acudir a emisores con menor calificación crediticia que el Tesoro español. Cuanto menor sea la calificación crediticia, mayor la remuneración ofrecida. A modo de ejemplo, un bono de Telecom Italia a 2022 proporciona una rentabilidad a vencimiento del 3,2%.

Además del riesgo de valoración del bono durante la vida del mismo, hay que añadirle el riesgo de la capacidad del emisor de hacer frente al pago del principal al vencimiento del bono.

Es cercana la experiencia de pérdida de gran parte del principal de los tenedores de bonos subordinados emitidos por el Banco Espírito Santo.

3.Riesgo divisa

Es factible encontrar emisiones en otras divisas que ofrecen más rentabilidad (Ej: Bono Arcelor Mittal a 2021 en dólares al 4,4%). A los riesgos de valoración durante la vida del bono y el riesgo emisor habrá que añadirles el riesgo de variación del tipo de cambio euro-dólar desde el momento actual hasta el vencimiento del bono.

La rentabilidad ofrecida por la renta fija en todas sus variantes está lejos de los niveles existentes hace apenas dos años. En esta coyuntura es frecuente escuchar el argumento que la renta variable es la única opción que tienen los inversores para lograr rentabilidad. Lo que no se suele mencionar es la volatilidad inherente a la renta variable, que no todos los inversores o ahorradores están dispuestos a soportar.

Durante el pasado verano, el Ibex y el Eurostoxx retrocedieron un 10% y un 7,5% en apenas tres semanas. Aunque la recuperación de las cotizaciones se produjo en un periodo muy breve de tiempo, no todos los inversores están dispuestos a soportar este nivel de oscilaciones en la valoración de su cartera sin tomar medidas drásticas.

La rentabilidad sin riesgo se ha acabado. Si desea obtener rentabilidad elija el riesgo que está dispuesto a asumir. Si elige la inversión en bolsa, en todas sus modalidades, deberá ser capaz de asumir oscilaciones, a veces considerables, en la valoración de su cartera.

Los ahorradores no están acostumbrados a enfrentarse a un escenario de tipos de interés CERO como los existentes actualmente en Europa. Aunque en términos de rentabilidad real, descontada la inflación, hayan existido otros momentos en los que los tipos han sido inferiores a los actuales, sicológicamente es difícil aceptar que el dinero no produzca rentabilidad nominal alguna.

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