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Marc Vidal

Salida de Emergencia

Por
Marc Vidal

Un lustro a la basura

El 3 de julio de 2007 Zapatero dijo que “la próxima legislatura lograríamos el pleno empleo en España”. Por si fuera poco, le sumó algo más

El 3 de julio de 2007 Zapatero dijo que “la próxima legislatura lograríamos el pleno empleo en España”. Por si fuera poco, le sumó algo más pretensioso y aseguró que “esa condición no sería algo coyuntural sino definitiva”. El 11 de septiembre de ese mismo año nuestro optimista de cabecera nos advertía de que “España había entrado en la Champions League de la economía mundial”. El destino no sólo le ha quitado la razón, sino que se ha retorcido en su cara. Las campanadas que traen buenas noticias continuarán los próximos meses y el tintineo de las campanillas que advierten que 2010 va a ser mucho más divertido que el actual, se percibe en la lejanía. Es cuestión de tiempo que tanta cháchara y tanto “el fin de la crisis ha llegado” se enmudezca como se silenciaron esas dos barbaridades con las que he empezado el artículo.

 

Ayer asistí a la subasta de bonos a 10 años que el Tesoro español intentó colocar. No pudo con todo lo deseado. Casi 1.000 millones de euros se quedaron en el cajón. Un tercio de lo previsto sin novio y descompuesto por razones objetivas. La TIR del bono alcanza ya el 3,896%, por encima del 3,880% previo, lo que señala el sobre valor de financiación para el propio Banco de España. Las dificultades de colocación de nuestra deuda soberana han aumentado en gran medida por la posible revisión negativa del rating de España anunciada ayer por parte Standard & Poors. Entre las cosas que pude observar en las pantallas de producto destacaba la rentabilidad final del bono a 10 años que ya se sitúa en 3,91%, frente al 3,17% del equivalente en la deuda alemana. El diferencial de 74 puntos básicos es la mayor del último medio año. Vamos acercándonos a la casilla de salida.

Y es que todo en España regresa al punto de partida. Ayer también supimos, a partir del indicador Avance del Mercado Laboral de diciembre que elabora Analistas Financieros Internacionales y la Asociación de Grandes Empresas de trabajo temporal, que la tasa de destrucción de empleo seguirá deteriorándose de manera preocupante durante 2010. El informe no habla de números absolutos pero el nivel de paro oficial alcanzará los 4,5 millones y el real los 6 si se incorporan autónomos dependientes en baja de cotización.

Lo más duro de aceptar es que el tejido empresarial español, al igual que la ocupación, ya se ha situado en niveles de hace cinco años, lo que casi está imposibilitando estimular los ciclos de creación de empleo. Nula demanda del consumo privado, reducción de la inversión y las restricciones crediticias son las principales razones que ha provocado el cierre de más de 127.000 empresas desde septiembre de 2007. Si volvemos a incluir los autónomos las cifras son de espanto pues dobla ese número hasta llegar a casi 300.000 núcleos empresariales en default. Y es que el número de empresas inscritas en la Seguridad Social se ha situado en octubre en 1.293.344 unidades, la cifra más baja desde febrero de 2005. Es decir que con la crisis actual todo un lustro de crecimiento se ha ido por el retrete.

Si graves son esas cifras, peor es cuando las miras de cerca. El número de pymes cae el doble que el conjunto del sector empresarial en su conjunto. Las pymes sufren un ritmo de deterioro muy intenso desde que empezó la crisis, con caídas interanuales superiores al 10% en la primera mitad de 2009. Además, ahora son las pequeñas y medianas empresas las que se están llevando el empleo por delante. Casi medio millón de asalariados en ese tipo de comercios e industrias pequeñas sellan cada mes su papelito rosa y amarillo. Y es que cada 30 días se destruyen casi 15.000 empresas a las que se deben sumar las casi 6.000 que no se crean. Total, un desastre que ya poco tiene que ver con cantos de sirena o maquillaje de tocador. Crudeza en estado puro.

Un país que cada vez debe abonar más para subsidiar y apostar por la “paz social” con una deuda que cada vez cuesta más colocar sólo tiene un camino previsible: su colapso. Los avisos siguen sin ser escuchados y los brotes verdes seguirán titulando los medios poco ágiles. A mediados del año que viene los mismos que ahora titularán “el fin de la recesión” deberán comerse un “la recesión boomerang”.

España ya no tiene ningún sector empresarial en expansión, por lo que nuestra economía se estancará. Ese estancamiento provocará la parada técnica de nuestro sistema. La deuda pública ya no podrá ser el modelo de gestión para estimular la economía pues esta ya no se podrá colocar alegremente. La prima de riesgo de nuestro bono soberano ya está en niveles de hace medio año otra vez y la evidente burbuja de deuda que hay en el mundo se va a cebar con algunos países como el nuestro muy sobrexpuesto a este circo de payasos en reproducción constante. Ocupen su localidad.

El 3 de julio de 2007 Zapatero dijo que “la próxima legislatura lograríamos el pleno empleo en España”. Por si fuera poco, le sumó algo más pretensioso y aseguró que “esa condición no sería algo coyuntural sino definitiva”. El 11 de septiembre de ese mismo año nuestro optimista de cabecera nos advertía de que “España había entrado en la Champions League de la economía mundial”. El destino no sólo le ha quitado la razón, sino que se ha retorcido en su cara. Las campanadas que traen buenas noticias continuarán los próximos meses y el tintineo de las campanillas que advierten que 2010 va a ser mucho más divertido que el actual, se percibe en la lejanía. Es cuestión de tiempo que tanta cháchara y tanto “el fin de la crisis ha llegado” se enmudezca como se silenciaron esas dos barbaridades con las que he empezado el artículo.