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Zapatero, el jeta, vuelve a sacar un conejo muerto de la chistera
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Alberto Artero

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Zapatero, el jeta, vuelve a sacar un conejo muerto de la chistera

Como bien saben ustedes, la nueva panacea que va a librar a la economía española de los males que le afligen es la Ley de Economía

Como bien saben ustedes, la nueva panacea que va a librar a la economía española de los males que le afligen es la Ley de Economía Sostenible, norma que, junto a los Presupuestos Generales del Estado de 2010, marcará la política económica del Gobierno en el futuro inmediato y cuya elaboración, en palabras del propio Presidente, “está a punto de concluir.

Cualquiera que oyera en su momento a Zapatero, primero ante los medios y luego frente a la oposición en el Parlamento, el mundo al revés, podría llegar a la conclusión de que nuestro Ejecutivo, en su búsqueda constante de soluciones que alivien los males que afligen a los sufridos ciudadanos, se ha puesto contrarreloj manos a la obra para ofrecer una alternativa que permita reconducir la senda de crecimiento que España nunca debió abandonar. Por fin esa guía de actuación que tantos reclamaban, faro que guía el cambio de modelo productivo. Españoles, trabajamos a destajo para poder enarbolar cuanto antes la bandera de la sostenibilidad. Confíen en nosotros.

Se me saltan las lágrimas de la emoción.

Pena que todo sea una pantomima. Un paripé. Una pose estudiada que persigue dar sensación de acción. Falta la foto de José Blanco, Celestino Corbacho, Miguel Sebastián y Elena Salgado en reunión de trabajo deshojando la margarita de sostenible sí, sostenible no, con cara de honda preocupación, para culminar el engaño. No desfallezcan, llegará.

Si en algo han demostrado ser maestros los socialistas es en el arte de la comunicación, en su capacidad para hacer llegar los mensajes que le interesan a esa parte sustancial de la población española que se desayuna con Belén Esteban y se acuesta con Gran Hermano, hardware del electorado español. Y a fe que lo consiguen. Si no, no se explica la comunión con ruedas de molino, por la vía electoral, con la falta gubernamental de prevención de la crisis primero, su negación posterior y su incapacidad para gestionarla como remate. Bueno, no le quitemos méritos a Rajoy Brey.

¿A qué viene todo esto McCoy, que se te van a salir las venas de su sitio? Pues miren, a que la idea de adaptar nuestro país a un modelo de economía sostenible estuvo ya en el programa electoral del PSOE en 2004, como publicó Alberto Mendoza en nuestra Casa Madre El Confidencial, y fue el contenido fundamental del trabajo de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno hace ahora dos años, en el segundo semestre de 2007, resultado de una iniciativa que nace, para el conjunto de la Unión Europea -no es, por tanto, exclusivamente española-, en… marzo de 2006 y que se aceleró a partir de abril del año siguiente (OEP, Pedro Marín. Estrategia Española de Desarrollo Sostenible).

Hasta tal punto fue así que, en el propio otoño de 2007, se publicaron presentaciones, informes (el más largo de 125 páginas) y hasta un folleto explicativo de la Estrategia Española de Desarrollo Sostenible (EEDS) con una profusión de datos, gráficos e iniciativas que se pueden consultar en la página web de la propia Moncloa. Tales documentos recogían ya las líneas principales de lo apuntado por Zapatero en su reciente discurso, tanto en el ámbito estrictamente económico, como en el medioambiental y en el social, sus tres ejes fundamentales de actuación.

Sin embargo, con un proceso electoral de por medio, se decidió abordar su contenido de modo parcial a través de distintas normas legislativas que iban llegando de modo escalonado en el tiempo con objeto, precisamente, de mantener una ilusión de ejercicio constante de la función pública. Lo que podía ser una estrategia discutible pero razonable pasó a convertirse en una serie de iniciativas tácticas que permitieron llenar las páginas de los periódicos y los boletines audiovisuales, que era lo que, en el fondo, se pretendía. Con ello, la proposición se alejaba de la globalidad con que había sido concebida y, como consecuencia de ello, perdía efectividad. Como ha quedado, por otra parte, demostrado.

Dos años más tarde nos vienen a vender la burra de una novedad de novedades que no es tal. Señoras, señores, el mago ha sacado un conejo muerto de la chistera, aunque a más de uno quede hipnotizado por la espectacularidad del truco y aplauda a rabiar. El contenido esencial de la EEDS cuenta ya desde entonces con el consenso de partidos, entes regionales, organismos afectados e incluso con el Dictamen Favorable del Consejo Económico y Social. ¿Dónde queda hoy la labor gubernamental? En la venta de humo. Está todo cerrado y bien cerrado.

Alguien tendrá que responder por el hecho de que, en virtud de su aplicación parcial desde su concepción, la trasposición de las ideas que en el documento se recogen sea más costosa y farragosa que si, en su día, se hubieran abordado en su totalidad. Hoy igualdad, mañana las bombillas, pasado la dependencia, disgregar para ahora integrar con el coste consiguiente. Pero claro, la exigencia de responsabilidades, y sobre todo la asunción de las mismas, son una de las ausencias tácitamente consentidas por la mayoría de la ciudadanía en nuestra democracia. Así nos va.

Como bien saben ustedes, la nueva panacea que va a librar a la economía española de los males que le afligen es la Ley de Economía Sostenible, norma que, junto a los Presupuestos Generales del Estado de 2010, marcará la política económica del Gobierno en el futuro inmediato y cuya elaboración, en palabras del propio Presidente, “está a punto de concluir.