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Festival de ‘calvos’: los que quedan con el culo al aire
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Alberto Artero

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Festival de ‘calvos’: los que quedan con el culo al aire

Parece ser que ha sido Bruselas la que ha impuesto a España el nombramiento de dos consultoras para que evalúen la fortaleza de la banca española.

Parece ser que ha sido Bruselas la que ha impuesto a España el nombramiento de dos consultoras para que evalúen la fortaleza de la banca española. Bastante se ha hablado ya de los elegidos, Roland Berger y Oliver Wyman, por lo que no me extenderé sobre su idoneidad. Más que nada porque, tomada la decisión por parte del gobierno, sirve más bien de poco. Solo un apunte: en el caso de la firma americana, se ha elegido al pirómano para valorar el alcance del fuego. Buena parte de los modelos de riesgo y capital que condujeron la nave financiera mundial al desastre surgieron de las mentes preclaras de sus analistas y fueron ratificadas en Basilea II. Lo del AIB irlandés al que reconoció como mejor banco del mundo un año antes de su intervención es solo una anécdota, no se me despisten. Material de archivo por si surge la ocasión… que surgirá.

Por si el tema no estaba suficientemente embrollado, tres auditoras más de entre las cuatro grandes –esas con la vista muy gorda hasta ahora- valorarán al detalle si los riesgos que afloren en ese análisis previo están reconocidos y provisionados en el balance de las entidades. Venga a soltar machacantes a diestro y siniestro, como si sobraran. Eso sí, dado que se quiere atajar la espiral de desconfianza que afecta a nuestro sistema financiero, nada mejor que mantener la incertidumbre hasta después del verano que es cuando se prevé que el proceso esté concluido. Unos mesecitos más que total… Cinco años más tarde, un quinquenio en términos funcionariales pa’ que se entienda, aún estamos en estas. Luego nos quejaremos de la insolidaridad de los mercados, acreedores e inversores. ¡Si nos la ganamos a pulso con nuestras decisiones como país!

Porque, hay que ver la cantidad de culos que deja al aire la aprobación de esta iniciativa, tanto dentro como fuera de las fronteras nacionales. Un Festival de Calvos a unir al resto de los eventos que copan la geografía española al llegar la temporada estival. Vergüenzas que asoman, sin duda, por la acción correctora del gobierno a un desempeño previo, pero también por la omisión de aquellos que, escrutados hasta el higadillo, siguen expuestos al escarnio público sin haber reaccionado con la contundencia que debieran. ¿De quién estamos hablando, cuáles son los traseros que De Guindos ha puesto a airear con esta valoración a través de agentes externos?

  1. El de los sucesivos gobiernos, piedra en el propio tejado, incapaces de comprender la dimensión del problema y atajarlo en tiempo y forma, pecando por exceso y no por defecto. Siempre han ido por detrás de los acontecimientos lo que ha conducido a un caos normativo que ha desconcertado y terminado de rematar al sector. Esta medida es la puntilla a su negligencia, reforma de la reforma apenas tres meses más tarde.
  2. El del Banco de España cuya tarea de supervisión e inspección queda no solo cuestionada sino ninguneada con esta medida para desesperación de unos inspectores a los que la política ha puesto a los pies de los caballos. El cabreo colectivo es de aurora boreal, gentileza de MAFO. Será la primera tarea a acometer por el nuevo Gobernador: restaurar su legitimidad.
  3. El de las propias auditoras privadas que durante años dieron como buenos los estados contables de algunas instituciones financieras, cuando tenían más trucos que la chistera de un ilusionista. La imagen fiel, ese concepto tan discutido y discutible. Como premio a sus desvelos, serán las encargadas de echar sal a la herida que contribuyeron a causar. País.
  4. El de la AEB y las firmas que la integran, incapaces como han sido de defender sus intereses y contribuir ordenadamente a la restructuración del sector. Huyendo de los estigmas que afectaban a las entidades más débiles se han visto atrapados por la falta de soluciones y la contaminación sectorial. Cuando es la supervivencia lo que está en juego, hasta los lobos se dan tregua. Ahora les pasa factura. No hay escapatoria.
  5. El de la EBA, European Banking Authority, cuyos stress test han quedado en el olvido en tiempo récord lo que pone de manifiesto bien la invalidez de sus postulados, bien su falta de prestigio ante los destinatarios de sus conclusiones que jamás las dieron por válidas. Otra muesca más el en revólver del fracaso europeo. Más aún cuando es la propia Europa la que ha sugerido el cambio de ‘controlador’.
  6. El de las agencias de rating, encargadas en teoría de determinar la solvencia de nuestra banca y cuyo criterio es explícitamente rechazado a la hora de… determinar la solvencia de nuestra banca. Su papel queda, por tanto, también en tela de juicio. El carácter reactivo y no preventivo que sus calificaciones han ido adquiriendo con el paso de los años les han deslegitimado para cualquier proyección.
  7. El del Banco Central Europeo que ha prestado cantidades ingentes a la banca a unos tipos irrisorios para el común de los mortales españoles con garantía de unos activos que ahora vuelven a estar en la palestra por las dudas sobre su valor real.
  8. El del Fondo Monetario Internacional que está a punto de publicar un informe sesudo sobre el estado de la cuestión cuyas conclusiones, sin embargo, se verán relegadas a un segundo plano a la espera del resultado de este nuevo proceso. No se entiende muy bien el trabajo paralelo que tantos organismos están llevando a cabo y que solo contribuyen a una permanente ceremonia de la conclusión.
  9. El del resto de instituciones como el BIS que, contando con gente preparada para llevar a cabo esta tarea, han quedado fuera del espectro de posibles desarrolladores de la misma cuando su carácter internacional y público debiera primar frente a unos actores privados en los que la sospecha del ‘conchabeo’ va a estar siempre presente.

Miembros de la Administración, inspectores del Banco de España, profesionales de las firmas de auditoría, expertos dentro de la propia banca, especialistas europeos en la materia, analistas de los Moody´s, S&P y compañía, personal de instituciones supranacionales como el BCE, el FMI o el BIS… ninguno de ellos vale para realizar este trabajo. Se siente. Vaya. Es el turno de las consultoras privadas. Las que faltaban. ¿Saben qué? Que me lo expliquen porque me no entender. Amén.

Parece ser que ha sido Bruselas la que ha impuesto a España el nombramiento de dos consultoras para que evalúen la fortaleza de la banca española. Bastante se ha hablado ya de los elegidos, Roland Berger y Oliver Wyman, por lo que no me extenderé sobre su idoneidad. Más que nada porque, tomada la decisión por parte del gobierno, sirve más bien de poco. Solo un apunte: en el caso de la firma americana, se ha elegido al pirómano para valorar el alcance del fuego. Buena parte de los modelos de riesgo y capital que condujeron la nave financiera mundial al desastre surgieron de las mentes preclaras de sus analistas y fueron ratificadas en Basilea II. Lo del AIB irlandés al que reconoció como mejor banco del mundo un año antes de su intervención es solo una anécdota, no se me despisten. Material de archivo por si surge la ocasión… que surgirá.