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Société Générale y el mito de la fuga de depósitos en España
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Alberto Artero

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Société Générale y el mito de la fuga de depósitos en España

Tiene una cierta querencia este país a aferrarse como puede a la tragedia y renunciar a los resortes que le pueden sacar de ella. Así, buena

Tiene una cierta querencia este país a aferrarse como puede a la tragedia y renunciar a los resortes que le pueden sacar de ella. Así, buena parte de los analistas y los medios nos hemos abrazado irreflexivamente al tremendismo estadístico, ensalzando el titular por encima de su explicación, amarilleando el continente hasta cegar el contenido. De un modo conscientemente inconsciente, los unos y los otros damos tres cuartos de pregonero a nuestra miseria financiera -lo que genera un pernicioso efecto bola de nieve allende nuestras fronteras- y acercamos un poco más la horca al cuello de nuestro rescate. País, que diría Forges.

Es, en cierto modo, lo que ha ocurrido con el último dato de salida de depósitos privados en España dado a conocer por el BCE el pasado martes. 74.228 millones de euros solo en julio (vía Cotizalia) para una caída mensual del 4,6% e interanual del 12%. Miedo. Tal reducción supone el mayor descenso desde septiembre de 1997 y sitúa su volumen a niveles de mayo de 2008, tras cuatro meses de recortes consecutivos. Pánico. El agujero puede afectar aún más a las conocidas necesidades de financiación de la banca española. Terror. Alarma ‘justificada’ entre nuestros acreedores. Ya llegó, Spain IS Greece. Hay una ‘corrida’ bancaria (con perdón) similar a la helena. Que los españoles nos esperen sentados. Adiós.

Poco importó que la propia noticia incorporara una serie de aclaraciones del Banco de España sobre su origen en movimientos de asignación de activos de inversores institucionales locales que no afectan al pasivo global del sistema financiero. Pasaron igualmente por alto los comentarios del supervisor referidos a las retiradas de fondos de familias y empresas por motivos de carácter cíclico o estacional, pago de impuestos y vacaciones. Frente a las cifras aportadas por el sacrosanto BCE, la impotencia de nuestro banco central por la indiferencia ante sus argumentos.

Y la de algunos analistas sectoriales como Carlos García, ahora en Societe Generale tras unos años en el Santander.

Ayer mismo enviaba una nota a sus clientes bajo el sugerente titular que encabeza este post -‘El mito de la fuga de depósitos en España’, no disponible online- en la que hacía referencia a un error de bulto cometido por la mayoría a la hora de interpretar el dato oficial: no tener en cuenta el crecimiento paralelo de los pagarés, vehículo a través del cual las entidades han buscado soslayar esa penalización a los depósitos extratipados, consistente en mayores aportaciones al Fondo de Garantía, que el Gobierno estudia hoy eliminar. Solo en el último año, recordaba, el volumen de estas emisiones a corto plazo en el balance de la banca han pasado de 18.800 a 79.000 millones de euros.

Esos 60.000 millones de euros coinciden casi al euro con el descenso interanual de depósitos de otros sectores residentes, que es la variable que hay que analizar a la hora de ver si la gente se está llevando verdaderamente la pasta de España, cuestión muy distinta al derecho de los extranjeros que estaban financiando nuestra ‘fiesta’ a dejar de hacerlo y repatriar el dinero a sus naciones de origen. Cabría decir, por tanto, que sumados depósitos y pagarés no hay variación en términos netos, junio sobre junio, a la espera de los datos de julio que se darán a conocer el próximo día 18. Así se desprende de la propia estadística del BdE, columna tercera del cuadro. Alerta falsa.

A partir de ahí, que cada uno saque sus propias conclusiones. Es verdad que a nuestro país, los inversores extranjeros no le quieren ver ni en pintura. No resulta menos cierto que hay una retirada masiva de su financiación que ha provocado que el rescate esté desde hace unos meses encima de la mesa. No se puede negar que cada vez es mayor el chau chau acerca de un improbable corralito y una salida de recursos financieros de los españoles de su territorio. Pero los hechos prueban que, a día de hoy, no es así. Al menos de manera masiva. Bastantes balas nos están tirando desde ahí fuera para que nos empeñemos, a lo Froilán, en pegarnos un tiro en el pie.

Buen fin de semana a todos.

Tiene una cierta querencia este país a aferrarse como puede a la tragedia y renunciar a los resortes que le pueden sacar de ella. Así, buena parte de los analistas y los medios nos hemos abrazado irreflexivamente al tremendismo estadístico, ensalzando el titular por encima de su explicación, amarilleando el continente hasta cegar el contenido. De un modo conscientemente inconsciente, los unos y los otros damos tres cuartos de pregonero a nuestra miseria financiera -lo que genera un pernicioso efecto bola de nieve allende nuestras fronteras- y acercamos un poco más la horca al cuello de nuestro rescate. País, que diría Forges.

Banco de España Société Générale