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El ¿falso? debate sobre la hegemonía energética mundial
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Alberto Artero

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El ¿falso? debate sobre la hegemonía energética mundial

Sin duda, una de las noticias de la semana ha sido el anuncio el lunes por parte de la Agencia Internacional de la Energía de que

Sin duda, una de las noticias de la semana ha sido el anuncio el lunes por parte de la Agencia Internacional de la Energía de que Estados Unidos se convertirá en el mayor productor de esta materia prima en 2017, superando para esa fecha a Arabia Saudita. Algo de lo que, por cierto, ya escribimos por aquí a comienzos de año (V.A., ¿Un cambio sustancial que salvará la hegemonía USA?, 16-02-2012).

Bien, de confirmarse este hecho, que se deriva del desarrollo del llamado shale oil (V.A., Conozca a esa loca Cuadrilla que quiere cambiar Europa, 06-10-2011), Estados Unidos provocará que el país sea autosuficiente y, más aún, que se convierta en exportador neto de crudo a nivel mundial allá por 2030. Las implicaciones de este cambio son brutales. Y no solo a nivel económico -competitividad, sostenimiento de la balanza fiscal vía impuestos, financiación y reciclado de divisas, por poner solo tres ejemplos (V.A., Pánico en estados Unidos, ese país quebrado que vota a Obama, 09-11-2012)-, sino también en el plano geopolítico –seguridad de aprovisionamiento, estabilidad de zonas en declive productivo, dependencia energética asiática y rutas comerciales- o incluso medioambiental –consumo de recursos hídricos y menos emisiones de CO2- (WSJ, IAE pegs US as top oil producer by 2020, 21-11-2012).

Sin embargo, hasta lograr ese objetivo, el camino no va a ser ni mucho menos de rosas. Y resulta curioso que los dos principales diarios financieros internacionales así lo subrayen.

Por una parte, WSJ en su editorial advierte del, a su juicio, ‘absurdo’ riesgo político, ese que vincula la actividad de fracking –rotura de la piedra mediante agua y arena a alta presión para liberar el crudo o el gas no convencional- con movimientos sísmicos o contaminación de acuíferos. ‘Llegará el día en que los historiadores se maravillen de cómo políticos e inversores enterraban su crédito en una revolución verde mientras la verdadera revolución de los combustibles fósiles estaba teniendo lugar’, termina afirmando (WSJ, Saudi America, 12-11-2012).

Mientras, el Financial Times aborda la cuestión más desde un punto de vista técnico al advertir de que el uso de tecnologías que se remontan a los años 40, caso del hydraulical fracking, o a los 80, horizontal drilling, hace que el desarrollo vaya a ser mucho más lento de lo que algunos esperan y que, por tanto, se deban mirar con escepticismo las estimaciones de creación de empleo y riqueza que proyectan algunos analistas -600.000 empleos directos de aquí a 2020 según la consultora IHS- (FT, Risks cloud bright future for oil and gas, 12-11-2012).

En el extremo de esta última categoría se encuentra Naked Capitalism -cuyo posicionamiento ideológico en las antípodas del WSJ es bien conocido-, que trata de responder a la pregunta de si estamos ante ‘la gallina de los huevos de oro que muchos creen o simplemente ante una nueva burbuja que antes o después estallará’, entrevistando al experto Arthur Berman.

Se pueden imaginar la respuesta: la falta de rentabilidad de unas inversiones elevadas y la rapidez en el consumo de las reservas abocan al sector a un seguro colapso. No se dejen llevar por los cantos de sirena, por mucho que vengan de voces reputadas. Como prueba el caso Chesapeake, es un accidente a punto de ocurrir (Naked Capitalism, Shale Gas will be the Next Bubble to Pop, 13-11-2012, con varios enlaces adicionales interesantes).

Para gustos los colores, entre otras cosas porque la IEA no ha acertado jamás en su vida con las predicciones. No obstante, el informe –por más que se tome como un ejercicio de energía ficción- merece la pena por las proyecciones que realiza, las implicaciones que conlleva y los datos que contiene (entre otros que, a nivel mundial, los subsidios al carbón multiplican por seis los concedidos a las energías renovables). El resumen ejecutivo lo pueden leer aquí.

De hecho, y esto sí es importante, por primera vez incluye al agua como un factor crítico de desarrollo… y advierte de su escasez. Ya saben, más mierda y menos agua es el mundo que heredarán nuestros hijos ("Valor añadido" del 11-06-2012). Evitémoslo.

Sin duda, una de las noticias de la semana ha sido el anuncio el lunes por parte de la Agencia Internacional de la Energía de que Estados Unidos se convertirá en el mayor productor de esta materia prima en 2017, superando para esa fecha a Arabia Saudita. Algo de lo que, por cierto, ya escribimos por aquí a comienzos de año (V.A., ¿Un cambio sustancial que salvará la hegemonía USA?, 16-02-2012).