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El sencillo secreto de Samsung para matar a Apple
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Alberto Artero

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El sencillo secreto de Samsung para matar a Apple

Don't imitate, ‘fusilate’ la idea de forma mejorada. Ese y no cometer errores estratégicos de bulto suele ser el secreto del éxito final para muchas empresas

Don't imitate, ‘fusilate’ la idea de forma mejorada. Ese y no cometer errores estratégicos de bulto suele ser el secreto del éxito final para muchas empresas en el mundo de la tecnología, un ámbito donde los segundones terminan en numerosas ocasiones desbancando a aquellos que fueron los primeros en dar el bocado a la manzana (ups, perdón). Google vs. Altavista o Yahoo, en el terreno de los buscadores, o Facebook contra MySpace, por lo que a las redes sociales respecta, serían buenos ejemplos de ello.

Son muchos los que se preguntan, atendiendo fundamentalmente a la crisis bursátil que está padeciendo Apple en los últimos meses -colapso del 40% desde septiembre, cuando tocó los 700 dólares-, si la compañía fundada por Steve Jobs no estaría viviendo la etapa final de un proceso de reemplazo similar a los anteriormente mencionados, poniéndose de este modo en cuestión su incuestionable liderazgo hasta hace bien poco, en este caso como consecuencia de la pujanza de su principal competidor, la coreana Samsung, que apenas ha perdido un 3% desde los máximos que hiciera en enero.

Una firma esta última que ya es líder mundial en telefonía inalámbrica convencional y en smartphones y ha crecido en la parte alta del mercado a la estela de las innovaciones en términos de dispositivos, usabilidad de los mismos y modelo de rentabilización desarrolladas por la sociedad con sede en Cupertino, California. Tanto por el lado de las tabletas como por lo que a los móviles respecta, las similitudes son evidentes, hasta el punto de que, como muchos de ustedes saben, ambas empresas están enfrascadas en una guerra de patentes cuyos veredictos judiciales varían en función de la región donde tiene su sede el tribunal dirimente. Justicia independiente all over the world, ya saben.

Ahora ha decidido, una vez alcanzado un nivel de reconocimiento tecnológico y diseño similar, competir contra la norteamericana en el campo en el que esta ha probado ser una maestra: el marketing. No en vano, conocíamos esta misma semana de la mano de Reuters que, por primera vez en los últimos tres años, Samsung va a destinar a la promoción de sus productos más dinero que al área de Investigación, Desarrollo e Innovación. La cifra es espectacular: casi 9.000 millones de euros en publicidad y similares alrededor del planeta frente a los cerca de 1.000 menos que va a invertir en I+D+i, una cuantía que todavía más que dobla el gasto en esta partida de la propia Apple. Al calor de estas cifras, ¿quién fusila a quién?

Tras cinco trimestres consecutivos batiendo beneficios, una vez que ha cogido velocidad de crucero la empresa que mejor ejemplifica el modelo de chaebol coreano –definición de conglomerado sectorial, pese a que la ‘movilidad’ supone el 70% de sus ingresos- ha decidido poner toda la carne en el asador aprovechando, precisamente, la crisis de alma que vive su rival. La muerte del fundador ha dejado a la compañía estadounidense desconcertada y tal y como comentábamos en esta misma columna a finales de enero, da la sensación de que nunca como ahora ha importado más la cotización y que, precisamente por eso, los analistas le han dado la espalda.

Sea como fuere, un nuevo duelo de gigantes que nos va a tener, sin duda, entretenidos. ¿Quién vencerá? El debate queda abierto. 

Don't imitate, ‘fusilate’ la idea de forma mejorada. Ese y no cometer errores estratégicos de bulto suele ser el secreto del éxito final para muchas empresas en el mundo de la tecnología, un ámbito donde los segundones terminan en numerosas ocasiones desbancando a aquellos que fueron los primeros en dar el bocado a la manzana (ups, perdón). Google vs. Altavista o Yahoo, en el terreno de los buscadores, o Facebook contra MySpace, por lo que a las redes sociales respecta, serían buenos ejemplos de ello.

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