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Locura total: Grecia se asfixia para que el BCE se forre
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Alberto Artero

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Locura total: Grecia se asfixia para que el BCE se forre

Uno de los estados más beneficiados del incendiario modo risk-on prendido por el Banco de Japón con su anuncio de medidas extraordinarias de expansión monetaria a

Uno de los estados más beneficiados del incendiario modo risk-on prendido por el Banco de Japón con su anuncio de medidas extraordinarias de expansión monetaria a comienzos del pasado mes de abril ha sido Grecia. Si por aquel entonces el genérico de su bono a 10 años rentaba un 12% para aquellos que osaran comprarlo, en la actualidad paga dos terceras partes: poco más del 8%. Su bolsa, que transitaba por los 800 enteros, se sitúa un par de meses más tarde en los 1.150, con una revalorización cercana al 45% que mejor no anualizar para no caerse de la silla.

Aunque pueda haber razones de fondo que justifiquen ese optimismo, como el dato de PIB del primer trimestre, que es el mejor en año y medio, el cumplimiento de los objetivos fiscales del Gobierno, la mejora del sentimiento empresarial, o la reciente subida de calificación crediticia por parte de Fitch, seguimos hablando de una economía que se ha contraído de enero a marzo a un ritmo anual del 5,3% (frente al 2,8% positivo previsto en el rescate), cuya proyección más optimista es de niveles de deuda por encima del 150% en 2020, con un paro que se sitúa en el 27% (frente al 16,6% de mayo de 2011) y que mantiene claramente su rating en territorio basura (ha pasado de CCC a B-) (Mindfulmoney, "Three years after the bailout of Greece the economy is still collapsing", 13-05-2013 y Bloomberg, "Greece isn´t turning the corner", 19-05-2013).

Sin embargo, el mercado –que tiene la memoria muy corta- ahí que apuesta con renovados bríos por el país. Poco importa el doble proceso de restructuración y recompra de deuda que afectó a los tenedores de deuda helena a lo largo de 2012 y que se saldó con cuantiosas pérdidas para los mismos, tanto mayores en función del momento de su compra. Ande yo con plusvalías calientes…

Dicho esto, el que verdaderamente ha hecho dinero con los títulos del primer socio intervenido de la Eurozona ha sido el BCE. Ajeno a las condiciones de canje y pago acordados internacionalmente -frente al riesgo moral, la discriminación institucional- ha mantenido intacto su derecho de cobro a vencimiento del 100% del importe nominal de sus activos de renta fija soberana griega en cartera. Unos valores que vencieron la semana pasada y que obligaron a la Administración local a abonarle 5.600 millones de euros.

Se da una doble paradoja. 

La primera es que teniendo en cuenta el coste medio al que compró el supervisor, liderado entonces por Trichet, la entidad supranacional se ha metido una plusvalía de 2.000 kiletes entre pecho y espalda en dos años sin que eso haya servido, por cierto, para evitar un default más o menos explícito de las finanzas públicas.

La segunda es que, para hacer frente a ese pago, Grecia le ha tenido que pedir pasta al fondo de rescate regido por la Comisión -4.200 millones de euros sin ir más lejos- y, de este modo, todo queda entre las paredes de esa troika -falta añadir el FMI- que ahora visita España.

Está por ver si tan ingente beneficio revierte finalmente en los griegos, tal y como intencionalmente se ha señalado desde las distintas instituciones comunitarias en repetidas ocasiones. Y hay que reconocer, en descargo del BCE, que el whatever it takes de Draghi el pasado verano sí que ha servido para normalizar los mercados de financiación de la región. Pero no deja de tener delito, como denuncia Yanis Varoukakis en este interesante post de Naked Capitalism, que, uno, el nuevo saldo deudor del país sea motivado por el que se atribuyó el papel de su 'salvador', y dos, que esto precisamente ocurra cuando el discurso de lo peor ha pasado, la confianza vuelve y el "ánimo, ciudadanos" se instalaba en una nación que ha asomado tímidamente la cabecita… para que se la pisen de este modo de nuevo.

Cosas de Europa, queridos amigos, cosas de Europa...

Uno de los estados más beneficiados del incendiario modo risk-on prendido por el Banco de Japón con su anuncio de medidas extraordinarias de expansión monetaria a comienzos del pasado mes de abril ha sido Grecia. Si por aquel entonces el genérico de su bono a 10 años rentaba un 12% para aquellos que osaran comprarlo, en la actualidad paga dos terceras partes: poco más del 8%. Su bolsa, que transitaba por los 800 enteros, se sitúa un par de meses más tarde en los 1.150, con una revalorización cercana al 45% que mejor no anualizar para no caerse de la silla.