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Sorpresa: ¿qué noticia inesperada puede rematar a Pedro J.?
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Alberto Artero

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Sorpresa: ¿qué noticia inesperada puede rematar a Pedro J.?

Andan las aguas revueltas por la redacción de El Mundo. Y no sólo por el pulso mantenido entre su la menguante plantilla y unos directivos que amenazan

Andanlas aguas revueltas por la redacción de El Mundo. Y no sólo por el pulso mantenido entre su menguante plantilla y unos directivos que amenazan con resolver el conflicto por la calle de en medio, poniendo a otros 400 trabajadores de Unidad Editorial en la rue vil. Qué va. Para Pedro J. es lo de menos en tanto ande él caliente.

Sin embargo, en los últimos díasel director está nervioso, muy nervioso, atacado se podría decir. Habla con unos y otros, entra y sale de los despachos, se muestra cavilante y circunspecto a ratos, colérico por momentos;gesticula sin parar, gafas en ristre.

"¿Qué bombazo se traerá entre manos?", se preguntan aquellos que no participan de su círculo de influencia. "¿Tan importante es la exclusiva?", especulan inocentemente.

Ni una cosa ni otra. Toda su preocupación nace de un dato que deslegitima el supuesto éxito empresarial de su estrategia de acoso y derribo a Mariano Rajoy usando como punta de lanza la información suministrada por el extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas. Algo visto con regulares ojos desde la matriz italiana-bien saben allí el poder de El Poder-y que sólo una importante rentabilidad económica podría justificar. No hay mal...

No ha sido así. A los desastrosos datos tanto de ventas como de difusión del periódico en papel en el mes de julio, de acuerdo con los datos adelantados por el Observatorio de la Prensa Diaria de AEDE Deloitte (menos 13,56% en ventas y menos 16,19% en difusión frente a menos 9,26% y menos 11,63% de, por ejemplo, El País; vía PR Noticias), se une ahora un inesperado jarro de agua fría por lo que a los números online se refiere.

¿En qué consiste?

En una revisión a la baja cercana a los 800.000 usuarios únicos por parte de Comscore, medidor adoptado como estándar por el conjunto de la industria nacional, a la audiencia inicialmente adjudicada a los sites de El Mundo en dicho mes, hasta un nivel que lo situaría en términos agregados por debajo de elpais.com, que mantendría pues su liderazgo.

La comunicación ha caído como una bomba en la sede del diario de la avenida de San Luis de Madrid, más aún cuando Pedro J. se apresuró, contra el más mínimo criterio de prudencia, a lanzar por tierra, mar y aire el mensaje de que su apuesta por el periodismo de investigación contaba con amplio respaldo popular, dedicando al autobombo amplia difusión tanto en la edición impresa como en la versión digital.

Sirva como muestra este botón gráfico, insertado en ambos formatos.

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Ahora no sólo ve estupefacto cómo su gozo ha caído en el pozo de una realidad inimaginable, sino que seenfrenta al requerimiento del conjunto de sus competidores paraque rectifique la información, petición a la que se resiste como gato panza arriba. Negocio de egos es este, ya lo saben ustedes. Fruto de esa negativa–desde EM se preferiría un ajuste discreto en las estadísticas de agosto- es la convocatoria de una reunión sectorial este miércoles para tratar de encontrar una solución de consenso que será imposible que contente a todos.

Una piedra más en el zapato del director de El Mundo en su desesperada carrera por justificar un proyecto que hace agua por la vía financiera y que no parece encontrar el respaldo del público en la informativa. En RCS, accionista principal del grupo, empiezan a perder notoriamente la paciencia. Desvanecido el sueño de un gran grupo multimedia, la desintegración del conglomerado de cabeceras de papel es más probable que nunca.

Pedro J., no hay más ciego que el que no quiere ver, está en la cuerda floja. No cabe otro 11-M de final no atado y bien atado. Se juega el todo por el todo con el caso Bárcenas. Y, si no tira…

Buena semana a todos.

Andanlas aguas revueltas por la redacción de El Mundo. Y no sólo por el pulso mantenido entre su menguante plantilla y unos directivos que amenazan con resolver el conflicto por la calle de en medio, poniendo a otros 400 trabajadores de Unidad Editorial en la rue vil. Qué va. Para Pedro J. es lo de menos en tanto ande él caliente.

Prensa El Mundo El País Pedro J. Ramírez