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Bankia, Hacienda y el escándalo de los cuadros
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Alberto Artero

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Bankia, Hacienda y el escándalo de los cuadros

La cita se produjo en una cafetería de Valdemarín, Aravaca, Madrid. En las proximidades del domicilio de McCoy. ‘Un desayuno a primera hora que luego tengo

La cita se produjo en una cafetería de Valdemarín, Aravaca, Madrid. En las proximidades del domicilio de McCoy. "Un desayuno a primera hora que luego tengo lío", me pidió mi interlocutor, directivo que fue de una de las cajas que compusieron el invento de Bankia. Tenía especial interés en quedar con él. Pocos días antes, otra fuente me había relatado con pelos y señales los mejunjes de los directivos de la CAM en los años de gestación de la crisis, uso de avión privado y consejos de administración a gastos pagados para ellos y sus familiares en los lugares más exóticos incluidos.

Me preguntaba si en Bancaja había sido igual.

"No sé si igual; mejor, seguro que no", ataja de inmediato el ejecutivo. "Mira, el mayor error cometido por Rato fue dar primacía en los primeros meses de la fusión a los directivos de la levantina. Nadie sabe muy bien a qué se debió esa decisión, pero fueron unos meses cruciales para que las cosas terminaran finalmente como concluyeron: con él saliendo con los pies por delante y la entidad nacionalizada", afirma de corrido.

¿Y eso?

"Pues muy fácil. Pudieron mantener oculta la mierda que habían acumulado durante una década a través del suministro de datos incompletos (como el de la exposición a riesgo promotor, que resultó ser tres veces la que afirmaban) o simplemente falsos. Era todo un despropósito. Cada vez que desembarcábamos allí a intentar poner un poco de orden, teníamos que taparnos la nariz ante el olor que desprendía aquello. Cuando Rodrigo por fin atendió a nuestras advertencias, ya era demasiado tarde", sigue.

Y, apunta, "lo alucinante es que esta gente se pueda ir de rositas. Hasta ahora se está abordando, en el ámbito administrativo y judicial, la periferia del problema, cuestiones que han afectado al público en general (como las preferentes o la OPV) o el enriquecimiento ilícito de terceros que han aprovechado el carajal interno de estas firmas. Sin embargo, nadie ha metido mano a la administración desleal, que la hay, y mucha, en su seno. Yo siempre digo que, si noquieren complicarse mucho en Hacienda para acreditar irregularidades, que echen un vistazo a los cuadros en los domicilios particulares de algunos de estos señores".

A ver, a ver…

"Te cito sólo dos casos, pero hay muchos más. Por ejemplo, el de un eminente banquero deValencia que se construyó un chalet en una urbanización de lujo con campo de golf a pie de playa, muy frecuentada por el madrileñeo. Pues bien, su sueldo no alcanzaba los 300.000 euros anuales..." ¿Y?, le inquiero. "Pues laobra le costó dos millones de euros. La reforma y decoración… otros tres. Hizo, fuera de temporada, el agosto de algunos marchantes de arte tanto españoles como extranjeros, que no salían de su asombro. De dónde saca pa tanto como destaca.Tiene piezas únicas que quizás deberían ser objeto de atención por parte de la Agencia Tributaria".

Se lanza ya desbocado. "Algo parecido sucedió en la caja de la capital con uno de sus poderes fácticos, empeñado durante años en controlar el departamento de compras. Su casa es una verdadera pinacoteca en la que, oh casualidad, coinciden muchos de los artistas con los predominantes en la Fundación de la institución, que adquirió buena parte de estas obras a lo largo de sucesivas ferias de ARCO. Una pa ti, querido galerista, a cambio de una pa mí, dicen que decía el interfecto.No estaría mal que alguienhablara con esos marchantes para cerciorarse del cuándo y cómo pudo hacerse con esas obras al calor de su retribución salarial…"

Y termina, "esto es un poco como la películaGranujas de medio pelo de Woody Allen. Gente que nunca soñó con acumular el poder y la impunidad de la que disfrutaron se lanzaron al expolio como si no hubiera un mañana y no dudaron en mostrar su nuevo estatus de una forma artificialmente intelectual, sin que realmente hubiera un conocimiento ni una pasión pictórica que lo justificara. Un poco a lo Roca en Marbella, pero en financiero, que siempre da más glamour. En esencia, no han metido mano a la caja, pero la han utilizado para sus negocios particulares y como plataforma para lucrarse irregularmente. Estos son los verdaderos culpables y no muchos de los mediáticos, cabezas de turco, que asoman un día sí y otro también en vuestros soportes".

Mientras apuramos el café y la tostada con tomate de la que hemos dado cuenta casi en tiempo récord, él llega tarde, uno no puede dejar de pensar en esa España absurda en la que nos instalamos a finales de la década pasada en la que el arribismoera virtud y la honradez, pecado. Una Sodoma y Gomorra de guante blanco cuya destrucción no ha afectado a sus principales responsables. Un escándalo y una vergüenza que exigen una persecución implacable y condenas ejemplares. Basta ya de circunloquios judiciales. Todo el mundo sabe quiénes son los trincones.

Pedir su castigo no debería suponersubirse a la parra o esperar a que canten la lotería los niños de San Ildefonso.

La cita se produjo en una cafetería de Valdemarín, Aravaca, Madrid. En las proximidades del domicilio de McCoy. "Un desayuno a primera hora que luego tengo lío", me pidió mi interlocutor, directivo que fue de una de las cajas que compusieron el invento de Bankia. Tenía especial interés en quedar con él. Pocos días antes, otra fuente me había relatado con pelos y señales los mejunjes de los directivos de la CAM en los años de gestación de la crisis, uso de avión privado y consejos de administración a gastos pagados para ellos y sus familiares en los lugares más exóticos incluidos.