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Adiós, fondos monetarios, adiós ¿para siempre?
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Alberto Artero

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Adiós, fondos monetarios, adiós ¿para siempre?

El sostenimiento de tipos nominales artificialmente bajos por parte de los bancos centrales, con objeto de facilitar el proceso de reducción del excesivo endeudamiento de los

El sostenimiento de tipos nominales artificialmente bajos por parte de los bancos centrales, con objeto de facilitar el proceso de reducción del excesivo endeudamiento de los estados desarrollados, no sólo está distorsionando estructuralmente los mercados financieros, sino que está generando una riqueza artificial, vía inflación de activos cotizados, y polarizada, con un crecimiento alarmante de ladivergencia entre ricos y pobres, que, como todo lo que preside su actuación en los últimos tiempos, nadie sabe muy bien en qué va a terminar. Bueno, lo que se dice bueno, no parece augurar nada.

Sin embargo, por el camino, la irresponsable actuación de los supervisores se empieza a cobrar cadáveres significativos por el camino. Uno de los más grandes y significativos es el del universo de los fondos monetarios, tradicionales depositarios de la liquidez permanente o puntual de los inversores. La conjunción de un retorno negativo en términos reales, ajustado por la inflación y las comisiones, de la fuerte competencia de otros vehículos de captación de pasivo minorista, como los depósitos, y de una regulación marcadamente contraria a sus intereses, han reducido su atractivo a la mínima expresión y ha conducido a un programa de cierres generalizados en un camino que está por ver si es de una sola dirección.

En efecto, yendo al último de estos factores, el normativo, la propuesta de la Comisión Europea de que cada vehículo de estas características mantenga un colchón del 3% de su patrimonio neto para hacer frente a posibles reembolsos masivos por parte de los partícipes, por una parte, y la licencia para que su valor liquidativo se sitúe por debajo del dólar en Estados Unidos, facilitándose el breaking the buck (o la garantía implícita que por cada dólar depositado se recibía otro), barrera infranqueable hasta hace bien poco, ha sido considerado por la industria, 450.000 millones de euros de assets under management sólo en Europa le contemplan, como un golpe letal para su ya mermado retorno que se traducirá, seguro, en la desaparición de una parte sustancial de sus actores.

De hecho, 127.000 millones de euros ya han salido de las arcas de las gestoras especializadas entre junio de 2011 y junio de 2013 en Europa y 1,3 billones de dólares lo han hecho en cuatro años en Estados Unidos, cerca de un tercio del total existente al comienzo de la crisis. El proceso ni mucho menos ha terminado. Moody's pronostica, a nivel mundial, una contracción del 30% adicional. Y eso sin tener en cuenta la posible implantación de tipos negativos de referencia por parte de, por ejemplo, el BCE, posibilidad de la que se ha empezado a hablar abiertamente en los últimos meses.

Sirva como muestra un botón. Ayer mismo, el suplemento de fondos de inversión del Financial Times, FTfm, recogía la integración por parte de JP Morgan Asset Management de un instrumento con 949 millones de euros de patrimonio bajo gestión, el Euro Goverment Liquidity, a otro de 11.100 millones, el Euro Liquidity como consecuencia de la "permanencia en el tiempo de un entorno de tipos ultra bajos de interés". Un traspaso que persigue ampliar el universo de productos susceptibles de inversión por parte de sus gestores.

Paradójicamente, la salvación para los fondos monetarios puede venir del fenómeno que más temen los inversores a nivel mundial: el llamado tapering, es decir, la retirada de estímulos por parte de los bancos centrales, un proceso que se puede iniciar en breve en Estados Unidos con inciertas consecuencias y que afectará, en primer lugar, a las referencias objeto de compra masiva por parte de la FED y, posteriormente, a los tipos de intervención si la reactivación económica acompaña.

Esto, no obstante, suena como un sueño lejano a día de hoy. Más si hacemos caso a Larry Summers y su teoría de que el estancamiento de las economías más maduras es el nuevo entorno estructural. (Financial Times, "Why stagnation might prove to be the new normal", 15-12-2013). Siendo así, adiós mercado monetario, adiós… Lo quería yo tanto y se fue, para nunca volveeeerrrrrr…

El sostenimiento de tipos nominales artificialmente bajos por parte de los bancos centrales, con objeto de facilitar el proceso de reducción del excesivo endeudamiento de los estados desarrollados, no sólo está distorsionando estructuralmente los mercados financieros, sino que está generando una riqueza artificial, vía inflación de activos cotizados, y polarizada, con un crecimiento alarmante de ladivergencia entre ricos y pobres, que, como todo lo que preside su actuación en los últimos tiempos, nadie sabe muy bien en qué va a terminar. Bueno, lo que se dice bueno, no parece augurar nada.

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