Es noticia
'In your face': los grandes directivos españoles, en evidencia
  1. Mercados
  2. Valor Añadido
Alberto Artero

Valor Añadido

Por

'In your face': los grandes directivos españoles, en evidencia

Una de las apasionantes lecturas de las que he podido disfrutar en estas semanas de descanso por tierras gaditanas ha sido el último Informe del Consejo

Foto: Rajoy saluda a los integrantes del Consejo Empresarial para la Competitividad. (EFE)
Rajoy saluda a los integrantes del Consejo Empresarial para la Competitividad. (EFE)

Una de las apasionantes lecturas de las que he podido disfrutar en estas semanas de descanso por tierras gaditanas ha sido el último Informe del Consejo Empresarial de la Competitividad (CEC), que incluye entre los firmantes a gente tan ilustre como César Alierta, Isidoro Álvarez, Isaak Andic y Emilio Botín, por citar sólo a los cuatro primeros de la lista. "La recuperación económica ganará fuerza en 2014-2015" es su taxativo encabezamiento, y fue presentado en la doble modalidad de resumen ejecutivo para perezosos de 25 páginas o tocho completo de hasta 56 para curiosos avezados.

Buena parte de su tesis se construía sobre un hecho innegable: la recuperación estaba siguiendo el patrón histórico de otras anteriores. Primero, mejora de las exportaciones, luego aumento de la inversión y el empleo y, finalmente, despegue del consumo, parte sustancial de nuestro PIB. De hecho, 2014 sería “el primer año desde finales de los 90 con contribución positiva de demanda interna y externa”, esta última gracias a “las ganancias de competitividad y el mayor crecimiento económico en el resto del mundo”. Tal era su fervor que no dudaron en afirmar que se podía hablar de un “cambio estructural de las cuentas externas” en España. Casi na.

Pues bien, los datos macro generales y los específicos del sector exterior se han empeñado en demostrar que ni lo uno (la relación comercial con el extranjero drena), ni lo otro (buena parte de nuestros competidores han llevado a cabo ajustes similares a los nuestros); ni tampoco lo de más allá (las principales economías no crecen más que antes tomadas en conjunto). Quizás, de hecho, porque se les olvidó hacer las preguntas esenciales planteadas en su día en Valor Añadido (VA, "El milagro económico de Montoro es el de… Franco", 12-09-2013): ¿Qué se exporta?, ¿quién exporta?, ¿cuánto se exporta?, ¿por qué se exporta más?, ¿a quién se exporta?

placeholder

La respuesta adecuada a tales cuestiones les habría permitido reconducir su euforia hacia una visión más realista de la cuestión. Sirva como muestra un botón de lo apuntado entonces: de las 150.000 empresas que venden fuera, facturan por ese concepto menos de 50.000 euros casi dos terceras partes. “Difícil que no les salga más caro el ajo que el pollo”, señalamos en aquel momento. Añadan el hecho de que buena parte de la actividad es de ensamblaje, que la lista la copan multinacionales foráneas y que nuestro socio principal sigue siendo la Eurozona, con la que compartimos moneda (y que es la única región, por cierto, con la que mantenemos saldo positivo) y…

De hecho, las cifras que acaba de dar a conocer el Ministerio de Economía y Competitividad correspondientes al mes de junio reafirman lo exagerado de las predicciones de estos directivos, más que empresarios españoles.

Las 46 páginas del Informe Mensual de Comercio Exterior ponen de manifiesto que, en términos de ingresos –que no de volúmenes– las exportaciones se han estancado (+0,5% interanual de enero-junio), siguen concentradas en producción para terceros (automóvil, bienes de equipo y productos químicos), con la única excepción de la alimentación (interesante el valor de la materia prima en un mundo sobrepoblado), y aumentan hacia Europa mientras que caen en la misma proporción en los destinos extracomunitarios en contra de lo afirmado por el CEC.

El déficit comercial duplica el del año anterior ya que las importaciones aumentan un 5,4% sobre 2013, buena señal. Pero, su análisis muestra que, ex energía, las industrias dominantes prácticamente coinciden con las vendedoras, mientras que el propio aprovisionamiento energético cae más allá de las oscilaciones de divisas y precios, lo que, sin duda, no es muy esperanzador.

Que este país necesita confianza resulta innegable y que el sector exterior ha sido una constante fuente de la misma en los últimos meses es una realidad indiscutible. Sin embargo, quedarse en los titulares sin entrar en la estructuralidad de su composición puede, como es el caso, conducir a errores de apreciación de bulto. Las exportaciones han sido el salvavidas que necesitaba España cuando el barco amenazaba hundimiento. Sin embargo, su bajo peso relativo en relación con el PIB convertía en imposible pedirles mucho más. Aún en mayor grado cuando no ha habido procesos de concentración y especialización empresariales que garanticen su continuidad cuando las ganancias salariales de competitividad se terminen.

Las cifras le han estallado a los Florentinos, Brufaus y compañía ‘in their face’, como dicen ahora los chavales. Es lo que tiene sustituir realidad por voluntad.

Una de las apasionantes lecturas de las que he podido disfrutar en estas semanas de descanso por tierras gaditanas ha sido el último Informe del Consejo Empresarial de la Competitividad (CEC), que incluye entre los firmantes a gente tan ilustre como César Alierta, Isidoro Álvarez, Isaak Andic y Emilio Botín, por citar sólo a los cuatro primeros de la lista. "La recuperación económica ganará fuerza en 2014-2015" es su taxativo encabezamiento, y fue presentado en la doble modalidad de resumen ejecutivo para perezosos de 25 páginas o tocho completo de hasta 56 para curiosos avezados.

Recuperación económica César Alierta Exportaciones