El pescado enloquece: Nireus Aquaculture, otra Pescanova

La historia es tan bonita que no me resisto a contársela.

Saben ustedes de sobra lo sucedido en España con Pescanova, un escándalo financiero mayúsculo que vivió sucesivos capítulos hasta la salida final del fundador del consejo de administración, no sin enormes resistencias por su parte. La condición de sistémica no impidió que un año y pico después la situación se repitiera de la mano de Jenaro García y su Gowex. Ah, ese olvido de la diligencia debida en supervisores y reguladores… (Valor Añadido, "Pescanova o los agujeros sistémicos del Madoff español", 16-04-2013, y, "Gowex, historia de un fraude anunciado", 06-07-2014).

Pues bien, algo casi calcado está sucediendo en Grecia con una de las mayores empresas de piscifactoría no sólo helenas, sino mundiales: Nireus Aquaculture. Y, aunque a día de hoy no ha quedado acreditada la comisión de actos delictivos del principal accionista, Aristides Belles, su resistencia a abandonar la gestión de la firma hacen temer lo peor. ¡Qué tendrá el pescado, fósforo aparte, que al empresariado enloquece!

El relato es del Wall Street Journal (WSJ, "Fish farmer´s woes illustrate gaps in Greek Bankruptcy Law", 20-08-2014).

Nacida en 1988, Nireus creció rápidamente y ya en 1995 estaba cotizando en la Bolsa de Atenas. Desarrolló una estrategia de buy and build que la llevó a adquirir más de 40 competidores por todo el arco mediterráneo aprovechando la financiación barata que siguió a la entrada de Grecia en el euro. Antes del estallido de la crisis, empleaba a más de 1.000 personas y su labor filantrópica se multiplicaba por su zona de influencia.

Sin embargo, cuando se retiró la marea crediticia, el exceso de endeudamiento comenzó a pasarle factura. Pese a que vendió alguna filial y sustituyó deuda bancaria por emisiones en el mercado para aguantar la actividad, el freno en el negocio ordinario como consecuencia de la dramática situación de sus principales mercados le dio la puntilla. En 2011 los bancos le cortaron las líneas y al año siguiente la firma entro en default. Es, a día de hoy, un cadáver bursátil que capitaliza poco más de 10 millones de euros, treinta veces menos que mayo de 2007 y 75 por debajo de su pico de noviembre del 99.

De manera absurdamente extraña, Belles se aferra a sus acciones y se niega a aceptar cualquier tipo de acuerdo propuesto por los acreedores financieros, amparándose en la rigidez de la ley de quiebras griega, que impide el rescate o cierre de una compañía sin el acuerdo de sus principales socios. Ni inyección de fondos por su parte, ni canje de deuda por capital, ni fusiones con otros competidores en similares circunstancias que permitirían a Nireus obtener economías de escala. Rien de rien.

El emprendedor se limita a esperar a un Godot que nadie aventura quién puede ser.

Su suerte, no obstante, puede estar echada.

De acuerdo con la información del propio rotativo estadounidense, el mes que viene a más tardar, el Ejecutivo heleno presentará un proyecto de ley que persigue derogar la legislación actual sobre la materia, agilizar los procesos concursales y facilitar la acción de los acreedores tanto operativos como financieros. Como objetivo final, pretende frenar la proliferación de sociedades zombie que abundan en buena parte de las regiones y sectores de la economía griega.

La pregunta que surge es: ¿qué se descubrirá en Nireus una vez que la banca haga su previsible desembarco?; ¿estaremos ante una nueva Pescanova en versión sirtaki? Toda la pinta tiene…

En fin, algo ligerito para terminar la semana.

Que descansen.