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No, Oleguer Pujol no era tan desastre como gestor
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Alberto Artero

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No, Oleguer Pujol no era tan desastre como gestor

… y probablemente McCoy sí que lo es como analista, algo en lo que convendrán muchos de ustedes. Sin embargo, como uno no está en posesión

Foto: Oleguer Pujol abandona su casa al volante de su automóvil. (Atlas)
Oleguer Pujol abandona su casa al volante de su automóvil. (Atlas)

… y probablemente McCoy sí que lo es como analista, algo en lo que convendrán muchos de ustedes. Sin embargo, como uno no está en posesión de la verdad, ni realmente nunca ha querido estarlo, pues no le importa rectificar cuando le demuestran que está equivocado.

Es lo que sucede con el post que publiqué el pasado viernes sobre Oleguer Pujol. Pues bien, en él hay varias cosas que son esencialmente ciertas, como que su trabajo en Drago Capital es el hilo elegido por el juez Santiago Pedraz para tratar de determinar la posible existencia de delitos de evasión fiscal y blanqueo de capitales del conjunto del clan, y que, al calor de los datos oficiales, buena parte de sus decisiones han terminado en restructuraciones o fuertes pérdidas 'contables' acumuladas para sus inversores. Los datos no se discuten, como los principios no se negocian.

¿O sí?

Lo aparente no siempre coincide con la verdad, especialmente cuando de cuentas anuales se trata. Y es que, ya saben, la contabilidad es una ciencia exacta: siempre dice lo que quieres que diga.

Pues bien, en los últimos días han aflorado dos elementos de juicio adicionales que ponen en tela de juicio ambas ‘verdades’.

En primer lugar, la propia Drago presentó en la Audiencia Nacional el pasado 17 de octubre un informe forensic, elaborado por Deloitte, en el que se determina con pelos y señales de dónde procede hasta el último euro de las operaciones en las que la compañía ha sido gestor, estando Oleguer dentro de su estructura o fuera de ella, se tratara de grandes deals como el del Santander o transacciones menores, procediera de paraísos fiscales usados por determinados trust, cuyos beneficiarios finales también eran identificados, o del Paseo de la Castellana, Paseo de Gracia o Valdemoro (ups, perdón).

Un trabajo terminado en menos de dos meses e iniciado a instancias de la firma cuando empezó el runrún sobre los trapicheos que afectaban a la familia del exsocio de la compañía y que no se limita a concretar el origen de los fondos, sino que determina que el papel desempeñado por el hijo de Pujol, el molt honorable Jordi, fue más marginal de lo que se pensaba en términos de aportaciones de efectivo. Poco más de un millón de euros. El resto procedía de préstamos solicitados por Drago y de la capitalización de fees de gestión, justo lo contrario del lavado por esta vía que sospechaba el juzgado de instrucción y de la que nos hicimos eco en nuestra entrada.

Siendo así, con este documento encima de la mesa, la pregunta que queda flotando en el aire es el porqué de un despliegue judicial tan amplio apenas seis días más tarde, cuando buena parte de la información potencial a obtener la tenía el magistrado en su poder y los importes en dinero contante y sonante no justificaban el dispositivo. ¿Poner nervioso al escalón menos vulnerable de la cadena?

O auditora o juez se equivocan.

En segundo término, me hace llegar un accionista de Drago Capital la última información que se ha circulado entre los socios sobre la rentabilidad acumulada por la sociedad en las distintas operaciones acometidas desde su creación: un 20,1% anual si bien el mismo documento reconoce que el retorno de proyectos como el de Santander o el propio fondo Drago Real Estate Partners es, a día de hoy, negativo, por más que la recapitalización del primero haya permitido a los accionistas compensar su dilución con un mayor valor del equity o al segundo le sirva como justificación ir con retraso respecto a lo previsto a efectos de desinversiones.

Del resto de la cartera, la primera fase de los inmuebles de Prisa acumula una tasa interna de rentabilidad del 10% frente al 40% de la segunda, gracias al buen precio al que adquirieron su participación al RBS en 2011 y a la puesta en valor posterior, sobre todo, de Gran Vía 32, activo que pretenden liquidar antes de que concluya el ejercicio compensando de este modo las pérdidas acumuladas que han situado el capital en terreno claramente negativo. Buena parte de ese resultado, como del conjunto del porfolio pendiente parcialmente de venta, es un wishful thinking a la espera de que se cumpla la expectativa de precio y plazo que tienen sobre los inmuebles. Sea como fuere, a día de hoy Drago Capital cuenta con 750.000 metros cuadrados bajo gestión con unas rentas en un 50% superiores a las de, por ejemplo, un Colonial.

Lo dicho, como el que tiene boca se equivoca, el que escribe todos los días una columna puede dejarse llevar por lo aparente y lo afirmado por fuentes secularmente bien informadas, y obviar la realidad subyacente. Sirva este post para remediarlo. Esto no significa poner la mano en el fuego por nadie, allá cada cual con sus pecados fiscales o penales, sino simplemente constatar dos cosas: una, que lo que ha hecho Pedraz es raro y que, según los papeles confidenciales que manejan los accionistas de Drago, no hacen tan mal las cosas.

Escrito queda.

… y probablemente McCoy sí que lo es como analista, algo en lo que convendrán muchos de ustedes. Sin embargo, como uno no está en posesión de la verdad, ni realmente nunca ha querido estarlo, pues no le importa rectificar cuando le demuestran que está equivocado.

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