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Aena, un esperpento nacional que daña la Marca España
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Alberto Artero

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Aena, un esperpento nacional que daña la Marca España

La frustrada salida a bolsa de AENA a pocos días de la fecha prevista para ello es mucho más importante de lo que puede parecer a

Foto: El presidente de AENA, José Manuel Vargas Gómez (EFE)
El presidente de AENA, José Manuel Vargas Gómez (EFE)

La frustrada salida a bolsa de Aena a pocos días de la fecha prevista para ello es mucho más importante de lo que puede parecer a primera vista.

Revela importantes diferencias entre miembros del Ejecutivo, la Oficina Económica de Moncloa y los directivos puestos en su día por el Gobierno para dirigir la compañía. Han sido tales las discrepancias que han provocado que la transacción se posponga sine die en el tiempo ante la desidia de un Mariano Rajoy que no debía tener ‘la barba para ruidos’.

Al menos para estos.

Situaciones de conflicto interno similares en otros países han concluido con importantes crisis ministeriales. Aquí no. Ya saben cuál es el lema del gallego: que los temas se resuelvan solos y, si no, que venga Soraya y se encargue. Que se lo digan a Ana Mato.

Sin embargo, las consecuencias de este aplazamiento no son tan banales como el presidente podría pensar.

La decisión afecta a la Marca España. Vaya que si lo hace. De una manera completamente absurda, además. Porque, de hecho, si de algo ha pecado la tramitación de esta oferta pública ha sido de exceso de formalismo. Así lo acreditan banqueros, auditoras, asesores e inversores que han participado en el proceso. El hecho de que al final todo se caiga por algo tan nimio como quién tiene que firmar la famosa comfort letter –acreditación que, desde la última auditoría de 30 de junio, no hay hechos que afecten de manera sustantiva a las cuentas de la compañía– no va a ser entendido ahí fuera como un exceso de celo, sino justamente como lo contrario: mira estos españolitos que no hacen las cosas como debieran.

La hispánica chapuza otra vez en el frontispicio de nuestra imagen exterior.

Llueve sobre mojado en el interés extranjero por invertir en España. Al menos en este sector.

No en vano, ya existía una enorme reticencia de los fondos de infraestructuras a hacer operaciones en nuestro país después de lo sucedido con las renovables o las quebradas radiales de Madrid. La arbitrariedad normativa de la que han hecho gala los populares no es precisamente la mejor tarjeta de visita para captar capital entre los escarmentados vehículos especializados. Ahora que con esta operación se había logrado vencer, al menos en parte, tal resistencia, de nuevo una acción administrativa echa al traste –probablemente de manera definitiva– el proyecto. Toman nota allende nuestras fronteras sobre la condición verdaderamente pública de Aena y su sometimiento a la discrecionalidad gubernamental.

Por si fuera poco, muchas 'manos fuertes' habían dedicado tiempo y dinero a estudiar la firma, tanto para formar parte de su núcleo estable como para entrar en la posterior salida a bolsa. Se quedan ahora compuestos y sin el road show previsto para estos días. ¿Les habrán quedado ganas para una 'segunda vuelta'?

Las complicaciones para que la OPV salga en primavera se multiplican.

Primero, para ir en los plazos, la compañía debería presentar sus cuentas auditadas de 2013 antes de final de febrero, pues no sería serio buscar el interés del mercado con las de nueve meses antes. Difícil pero factible. Incluso se podría forzar la cosa y salir adelante con las cerradas a 30 de septiembre.

Estaría por ver cómo puede afectar al valor de uno de sus activos principales, el Prat, y al resto de los aeropuertos catalanes que forman parte de la sociedad pública, las elecciones plebiscitarias catalanas, si es que finalmente tienen lugar el 25 de enero, como adelantó José Antonio Zarzalejos en El Confidencial. Un resultado marcadamente independentista vendría acompañado de reivindicaciones directas sobre los aeródromos como puerta de entrada a la región. El tema se complicaría.

Por último, la proximidad a los comicios autonómicos y municipales, y el auge en intención de voto de fuerzas como Podemos, podrían tener un impacto severo en el interés por los activos basados en nuestro territorio. Al menos a corto plazo. Miren lo que ha ocurrido en Grecia con la subida en las encuestas de Syriza. La placidez actual podría no ser la misma entonces. El momento era ahora.

Hay que recordar, por último, que el 17 de abril es la fecha límite para que los grupos elegidos como accionistas de referencia, Ferrovial, los March y el británico TCI, sean parte del capital. De llegar ese día y no haber oferta pública, saldrían del consejo, al que entraron inmediatamente después de la firma del acuerdo el pasado 17 de octubre. Ello no deja de crear una situación surrealista en la que los datos operativos y financieros de Aena deberán ser obligatoriamente circulados entre unos socios que pueden devenir finalmente en interinos y que, en algún caso como el de la firma presidida por Rafael del Pino, podría ser considerado hasta como un competidor. Es evidente que la forma de regir el rumbo de la firma no puede ser la misma que si su presencia fuera seguro estructural. Al menos, en políticas como las de inversiones o dividendos.

En fin. Un lío de cuidado.

Total que, sea por el interés de preservar su buen nombre de De Guindos, por la defensa socialdemócrata de la propiedad pública de la que hace alarde Montoro, por la obsesión de la maximización del valor de Álvaro Nadal, por la falta de contundencia a la hora de defender el proceso de Ana Pastor, por el cambio de puesto de Rafael Catalá, por la ambición económica de Vargas, por la sospecha que rodea a la auditoría patria, por los problemas con el folleto, la fiscalidad y los trabajadores, por la indolencia de Rajoy o por la madre que parió al empedrado, culpable siempre de todo, ha quedado en suspenso la mayor colocación de una entidad pública en años, con su correspondiente dosis de prestigio para el Gobierno y de dinero para el Tesoro. Pues ya ven, ni una cosa ni la otra. Ni empeñándose se podía haber hecho peor. Esperpéntico.

Ahora, si quieren, van y los votan llegado el momento.

Eso sí, at your own risk.

Buen fin de semana a todos.

La frustrada salida a bolsa de Aena a pocos días de la fecha prevista para ello es mucho más importante de lo que puede parecer a primera vista.

Ana Pastor Mariano Rajoy