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Bombazo en el mercado de divisas: Suiza vuela libre
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Alberto Artero

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Bombazo en el mercado de divisas: Suiza vuela libre

Suiza venía manteniendo desde el otoño de 2011 un techo de cotización de su franco contra el euro en 1,20. Con ello perseguía evitar una revalorización

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Suiza venía manteniendo desde el otoño de 2011 un techo de cotización de su franco (CHF) contra el euro en 1,20. Con ello perseguía evitar una revalorización incontrolada de su moneda que afectara a la economía: exportaciones más caras, repatriación menor de beneficios de las empresas locales e importación de deflación (vamos, exactamente el mismo problema al que se enfrenta ahora Estados Unidos). Una medida que ya había aplicado con éxito en 2008 contra el marco alemán. Para ello el banco central se comprometía a utilizar su balance hasta donde fuera necesario, vendiendo divisa local y comprando activos denominados en euros u otras monedas.

¿Por qué eliminarlo ahora de forma tan abrupta e inesperada?

La versión oficial es que el esquema tenía sentido en la medida en que el euro se mantenía más o menos fuerte. Pero su depreciación reciente contra el dólar ha afectado también al tipo de cambio cruzado del franco suizo con el billete verde, situándolo en un nivel irreal respecto la realidad económica subyacente. De ahí que el "donde dije Diego" del pasado 18 de diciembre (“el banco central de Suiza reafirma su compromiso con el 1,20”) se haya convertido en un sorprendente "digo digo" –“era una medida excepcional y temporal”– apenas un mes más tarde.

¿Creíble? Hay parte de verdad y mucho de mentira o, al menos, de corrección política. Hay cosas que no se pueden decir. No en vano, y así lo reconoce el propio gobernador de su banco central, la situación cambiaria no es muy distinta a la de hace tres años mientras que el riesgo de deflación sigue ahí. ¿Entonces?

Como apuntan ya algunos estrategas, la razón última sería la imposibilidad de mantener el límite ante la cantidad de flujos que estarían llegando a su territorio como consecuencia de la incertidumbre sobrevenida en naciones próximas como Rusia o Grecia. Con unas reservas equivalentes al 80% del PIB, triplicaría las de la FED o el Banco de Inglaterra. La condición de refugio de Suiza sigue importando. Con la decisión de este jueves se estaría cuestionando de manera quirúrgica y eficaz el estatus de safe haven. No somos de fiar, afirmación dura viniendo de quien viene. A ese hecho se añadiría, ahora sí, el riesgo de una caída desordenada adicional del euro, fruto del QE que está a punto de aprobarse, que podría distorsionar aún más la foto CHF/economía local.

Dicho esto, las autoridades han querido soplar y sorber a la vez al tratar de limitar el interés por su divisa aumentando la penalización a los depósitos de terceros en el pasivo del supervisor, cuya ‘remuneración’ ha pasado del menos 0,25% al menos 0,75%. Al menos a corto plazo, ha servido de poco. El franco se ha ido de cabeza muy por debajo de la paridad contra el euro –hasta 0’85, menos 30% del tirón– solo para recuperar posteriormente hasta la misma entre rumores de intervención, en un movimiento con pocos precedentes en los mercados de forex. El impacto en la cotización de sus exportadoras y multinacionales no se ha hecho esperar, con caídas que superan el doble dígito y que han hundido al selectivo local.

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Fuera de las fronteras suizas, la volatilidad y las dudas presiden el universo tanto bursátil como de deuda soberana, toda vez que se trata de un movimiento contra corriente que elimina la ventaja competitiva del tipo de cambio y traslada la presión de hacer las cosas bien a sus agentes económicos. Lo sabido a día de hoy es que…

  1. desaparece un adquirente forzado de renta fija pública que, además, ve como las posiciones en euros en su balance (el 45% del total en Forex) se han depreciado significativamente con el movimiento,
  2. es público y notorio el impacto que la eliminación de este cap va a tener sobre los sufridos hipotecados en francos suizos de algunos países del Este de Europa, especialmente Hungría y Polonia. Un efecto que ya están recogiendo los bancos prestamistas de esos países,
  3. el universo hedge estaba predominantemente corto de la moneda, por lo que su recompra acelerada puede estar acelerando el movimiento,
  4. quien hubiera usado el franco suizo como moneda de financiación (carry trade) ya puede ir anotándose las pérdidas y (casi) cerrando el chiringuito,
  5. la curva de tipos suiza hasta siete años se ha situado en… negativo. El 10 años paga un 0,07%, esto es, siete puntos básicos,
  6. el oro se dispara como potencial refugio alternativo de valor al franco suizo.

Casi nada.

Veremos a ver en qué termina todo esto. La noticia ha caído como una bomba en el universo financiero. Sus implicaciones no han hecho más que comenzar. Seguiremos informando.

Suiza venía manteniendo desde el otoño de 2011 un techo de cotización de su franco (CHF) contra el euro en 1,20. Con ello perseguía evitar una revalorización incontrolada de su moneda que afectara a la economía: exportaciones más caras, repatriación menor de beneficios de las empresas locales e importación de deflación (vamos, exactamente el mismo problema al que se enfrenta ahora Estados Unidos). Una medida que ya había aplicado con éxito en 2008 contra el marco alemán. Para ello el banco central se comprometía a utilizar su balance hasta donde fuera necesario, vendiendo divisa local y comprando activos denominados en euros u otras monedas.

Suiza Renta fija