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Rajoy, de Bertín a Évole, no se “rinde”
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José Antonio Zarzalejos

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Rajoy, de Bertín a Évole, no se “rinde”

Ha dispuesto a la organización como el general Custer al Séptimo de Caballería y él va a dar la batalla personal como la está dando Sánchez

Foto:  Rajoy será entrevistado por Jordi Évole el próximo domingo, día 3 de abril.
Rajoy será entrevistado por Jordi Évole el próximo domingo, día 3 de abril.

“Yo no me rindo” clamó Rajoy en un mitin previo a la Semana Santa que ha disfrutado en Doñana. Vamos a ver cómo logra sobreponerse a un estado de opinión muy extendido según el cual el presidente del PP tiene que tomar las de Villadiego. Él ya ha dicho que continúa y que piensa, además, encabezar las listas populares en el caso de que se celebren comicios el 26 de junio. No ofrece Rajoy atisbo alguno de duda o de decaimiento. Ha dispuesto a la organización como el general Custer al Séptimo de Caballería y él va a dar la batalla personal como la está dando Sánchez.

Y para demostrar que su determinación es radical, reinicia el curso con una versión corregida y aumentada de su ya sorprendente entrevista televisada en la casa de Bertín Osborne. Fue en diciembre del pasado año, pocos días antes de las elecciones. El cantante andaluz se quedó “encantado” y anunció que pensaba votarle porque “Rajoy es muy brillante”. La audiencia del programa de TVE batió records: logró el 23% de cuota de pantalla y 4.300.000 espectadores. Un éxito que Rajoy se propone incrementar con Jordi Évole el próximo domingo, día 3 de abril. Se dejará entrevistar por el catalán en su programa 'Salvados' de La Sexta.

En principio, un hombre como el presidente en funciones, tan poco dado a la exposición mediática, parecía incompetente para charlar amenamente con Bertín Osborne y, sin embargo, sorprendió a propios y extraños con una conversación que a muchos gustó. Irse ahora a terreno 'enemigo' (La Sexta es el medio por excelencia que recibe todas las invectivas del PP), con un entrevistador que pretenderá hacerse con unos cuantos titulares extraídos a la contra, en un contexto que no es precisamente amistoso, querría decir que Mariano Rajoy está a por todas en términos personales y políticos, aunque sus posibilidades reales de éxito final sean muy reducidas.

El fracaso a Rajoy le ha embravecido. Reclamarle su marcha le ha motivado. Da la impresión de que ha llegado a un estadio de su vida política en que le merece la pena jugárselo a las 10 de últimas. El no rotundo al gran centro diseñado por Ciudadanos y el PSOE es inapelable e irreversible, y de ahí que el presidente del PP sepa que su única y última oportunidad consiste en prolongar su liderazgo esperando que de unas nuevas elecciones salga una oportunidad, como el conejo de una chistera. Este tipo de comportamientos es típico de personalidades introvertidas y huidizas como la de Rajoy.

Su única y última oportunidad consiste en prolongar su liderazgo esperando que de unas nuevas elecciones salga una oportunidad, como el conejo de una chistera

En el PP -y Rajoy lo sabe- no hay mecanismos para hacerle saltar de la presidencia y no hay -esto quizá sea lo más importante- ni un solo dirigente emergente que consiga un mínimo consenso para sustituirle. El marianismo ha alcanzado sus últimos objetivos porque ha conseguido que todo el partido responda a la imagen y sea a semejanza de su líder. Un líder que carece de los atributos habituales de los que pasan por tales -carisma personal, empuje político, feracidad ideológica, hiperactividad y empatía-, pero que maneja con habilidad los resortes de la resistencia en el poder.

El mejor situado era y es Albert Rivera y el peor, con diferencia, Rajoy

Paralelo al proceso de formación de Gobierno -tan improbable- discurre otra competición personal que es la de los líderes del PP y del PSOE. Sánchez, hasta ahora, parecía haber salvado el pellejo, incluso con holgura. Se ve, sin embargo, que una parte del PSOE, mantiene reservas insuperables a su liderazgo. Iglesias parecía un campeón en Podemos y, también sin embargo, su arrogancia cuartea su carácter indiscutible -¿cuándo hablará Errejón?-. El mejor situado era y es Albert Rivera y el peor, con diferencia, Rajoy, con un horizonte más problemático que ningún otro.

Ahora, el gallego, toreramente, se va a La Sexta, al programa “Salvados” -que suscita tantas adhesiones de los espectadores como malhumores de la comunidad periodística-, con un Évole que le está esperando a porta gayola. La pugna será interesante, pero ya la tiene ganada el presidente en funciones. Porque por una vez -y quizá ya con poco que perder- ha optado por la audacia. No es que enfrentarse a Évole sea un acto de heroísmo -resultaría importante que 'Salvados' nos contase el 'making-of' de la entrevista, el tiempo total, los tramos editados-, pero demuestra que a Rajoy le queda algún que otro arresto. O sea, que no se “rinde”.

“Yo no me rindo” clamó Rajoy en un mitin previo a la Semana Santa que ha disfrutado en Doñana. Vamos a ver cómo logra sobreponerse a un estado de opinión muy extendido según el cual el presidente del PP tiene que tomar las de Villadiego. Él ya ha dicho que continúa y que piensa, además, encabezar las listas populares en el caso de que se celebren comicios el 26 de junio. No ofrece Rajoy atisbo alguno de duda o de decaimiento. Ha dispuesto a la organización como el general Custer al Séptimo de Caballería y él va a dar la batalla personal como la está dando Sánchez.

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