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Javier Pérez de Albéniz

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El pasado lunes, mientras bajaba de la despensa un palé de polvorones de cara a las Navidades, se desprendió una astilla que se me clavó en

El pasado lunes, mientras bajaba de la despensa un palé de polvorones de cara a las Navidades, se desprendió una astilla que se me clavó en el ojo derecho. Me acerqué al ambulatorio, y resulta que la sanidad madrileña estaba en huelga. ¡Vaya inconveniente! Tras ser vendado de manera impecable por los servicios mínimos, me senté a ver el Telediario (TVE) con el ojo izquierdo, por aquello de enterarme de los motivos de tan inoportuno conflicto laboral. En el minuto 16 comenzaron a hablar de la presentación del primer tomo de las memorias de José María Aznar, tema de enorme importancia social al que dedicaron casi cuatro minutos (3:56). Poco después, informaron de la huelga en la sanidad madrileña: dos minutos y veinte segundos, en los que estaba incluido un magnífico videoclip realizado por el Partido Popular en el que cuentan cómo doña Rosa intenta pagar con tarjeta de crédito al médico que le acaba de atender por sus mareos. “No, hombre no, esa tarjeta no… la de siempre”, le corrige el doctor.

La privatización es el ejemplo perfecto del fracaso de la política, de la ineptitud de unos políticos que cuando ceden el control de servicios fundamentales están reconociendo su incapacidad para gestionarReconozco que la primera parte de la biografía de Aznar es fascinante, y que sus teorías sobre el comienzo de la Guerra Civil en 1934 resultan impecables. “Mi legado”, resumió el expresidente durante la presentación del libro en Antena 3. Pero lo cierto es que me interesan mucho más los planes de la Comunidad de Madrid para privatizar la gestión de seis hospitales y 27 centros de salud. ¿Necesitaremos la Visa para ir al médico? En la calle la gente ya habla de medicamentazo (exclusión de más de 400 productos de la financiación pública), de copago (en función de la renta y para los pensionistas), de usuarios de prótesis y sillas de ruedas que deben pagar el 10%, de inmigrantes sin tarjeta sanitaria que solo serán atendidos en urgencias… ¿Será cierto que un ciudadano de 27 años, con una minusvalía grande, dependiente al 100%, no tiene derecho a sanidad si vive con sus padres?

La privatización es el ejemplo perfecto del fracaso de la política, de la ineptitud de unos políticos que cuando ceden el control de servicios fundamentales están reconociendo su incapacidad para gestionar. Si para solucionar los problemas del país se ven obligados a entregar el manejo de los grandes asuntos a empresas privadas, ajenas a la política, parece evidente que no hemos votado a las personas correctas. Votemos a las empresas…

En esas cosas estaba yo pensando el martes cuando, al abrir el árbol de Navidad para ir colocando con tiempo las luces y las bolas, me metí sin querer una rama en el ojo izquierdo. Al hospital. Como seguían en huelga, me atendieron de nuevo los servicios mínimos: introdujeron los despojos en la cuenca, me pusieron un parche y chutando para casa. Con el maltrecho ojo derecho me puse a ver la televisión, y para mi sorpresa apareció entre tinieblas un nuevo videoclip promocional, en este caso de nuestro otro gran partido: militantes de base del PSOE piden perdón. ¿Perdón? Sí, “por no haber actuado a tiempo, por haber agachado la cabeza, por haber permitido 'la paciencia infinita con los bancos', por no haber sido valientes, por haberte fallado”.

Tuerto del ojo izquierdo, y con el derecho tumefacto y empañado por las lágrimas provocadas por tan emotiva grabación socialista, me levanté para coger un pañuelo. La mala fortuna me llevó a tropezar con la caja del belén. Desequilibrado, me trastabillé con las luces del árbol. A causa del traspié pisé una barra de turrón de Jijona, que me hizo resbalar sin control, como una peonza, hasta caer de cabeza por el balcón. Entre todos me mataron…

El pasado lunes, mientras bajaba de la despensa un palé de polvorones de cara a las Navidades, se desprendió una astilla que se me clavó en el ojo derecho. Me acerqué al ambulatorio, y resulta que la sanidad madrileña estaba en huelga. ¡Vaya inconveniente! Tras ser vendado de manera impecable por los servicios mínimos, me senté a ver el Telediario (TVE) con el ojo izquierdo, por aquello de enterarme de los motivos de tan inoportuno conflicto laboral. En el minuto 16 comenzaron a hablar de la presentación del primer tomo de las memorias de José María Aznar, tema de enorme importancia social al que dedicaron casi cuatro minutos (3:56). Poco después, informaron de la huelga en la sanidad madrileña: dos minutos y veinte segundos, en los que estaba incluido un magnífico videoclip realizado por el Partido Popular en el que cuentan cómo doña Rosa intenta pagar con tarjeta de crédito al médico que le acaba de atender por sus mareos. “No, hombre no, esa tarjeta no… la de siempre”, le corrige el doctor.