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¿Por qué Ibarretxe junta las elecciones vascas con las gallegas?
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Antonio Casado

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¿Por qué Ibarretxe junta las elecciones vascas con las gallegas?

Un año después del 9-M (generales), la clave electoral reaparece en la agenda política. Nos esperan dos meses de campaña hasta los comicios gallegos y vascos,

Un año después del 9-M (generales), la clave electoral reaparece en la agenda política. Nos esperan dos meses de campaña hasta los comicios gallegos y vascos, con un pequeño respiro antes de recuperar esa clave ante las europeas de junio. Si en este país la política ya es barata de por sí, la contaminación añadida con la pugna electoralista la convierte en algo tóxico. Pero es lo que hay. De entrada nos comemos el coco por descubrir los motivos de Ibarretxe al hacer coincidir las elecciones vascas con las gallegas en la misma fecha (1 de marzo). Como si fuera una jugada maquiavélica del lehendakari para descolocar a sus adversarios y obtener ventaja.

Amén de ver a Ibarretxe incapaz de forzar la mente hasta ese punto (nunca el aranismo dio tanto de sí), la coincidencia es irrelevante, más allá de los inconvenientes logísticos que puede plantear a los dos grandes partidos nacionales. Mientras PSOE y PP deben cubrir los dos frentes, a los nacionalistas vascos les sobra uno. Da igual. Las nuevas tecnologías, los medios de transporte, la  movilidad geográfica y funcional, harán el milagro de los panes y los peces.

¿Y los mensajes?, ¿También se podrán intercambiar con la misma fluidez? Hay quien atribuye la coincidencia a un malsano propósito del PNV: provocar un enfrentamiento PSOE-PP respecto a eventuales contradicciones entre un discurso para electores gallegos y otro para electores vascos. No veo por qué. La apuesta por un Gobierno comprometido con la Constitución sirve en los dos casos. Y ese será, o debe ser, el discurso central del PSOE y también del PP.

Sin embargo, el PP puede sentir la tentación utilizar la alianza de Pérez Touriño con los nacionalistas gallegos como admonición de que Patxi López va por el mismo camino. Ya se han oído voces en el PP señalando a su principal adversario político, el PSOE, como gran perjudicado por la coincidencia de estas dos elecciones autonómicas al no poder decir lo mismo en Galicia que en el País Vasco. Espero que el PP no apure ese argumento porque, sabiendo Rajoy que en ningún caso se repetirá un Gobierno PSOE-PNV como en los tiempos de Rosa Díez, le haría el juego a Ibarretxe y perjudicaría la causa común de acabar con la hegemonía nacionalista.

También se rastrean las intenciones de Ibarretxe en relación con la crisis económica, cuyas consecuencias se empiezan a notar en el tejido industrial vasco. La coincidencia con otras elecciones distrae la crítica a la gestión del “tripartito” (a efectos económicos y fiscales, Euskadi ya es independiente), o la diluye en la crítica a la gestión del Gobierno central. Tampoco es razón de peso para hacer coincidir las vascas con las gallegas porque, en todo caso, le estaría otorgando al PP la exclusiva de la crítica simultánea al Gobierno Zapatero y al Gobierno Ibarretxe, en el País Vasco, en Galicia y el resto de España.

De hecho, Ibarretxe se lo ha puesto en bandeja al PP. Y no por hacerle regalos al PP, aunque joroben al PSOE. Así que tampoco está ahí el motivo de su inesperada decisión de juntar elecciones vascas con gallegas. No nos devanemos la cabeza buscando razones ocultas. Simplemente, tocaba. Después de aprobar los presupuestos el pasado lunes y poner en marcha su plan reactivador (612.600 millones de euros en ayudas a pymes, autónomos y construcción de infraestructuras),  no tenía sentido esperar más. La coincidencia es irrelevante. No orienta votos hacia un lado u otro.

Un año después del 9-M (generales), la clave electoral reaparece en la agenda política. Nos esperan dos meses de campaña hasta los comicios gallegos y vascos, con un pequeño respiro antes de recuperar esa clave ante las europeas de junio. Si en este país la política ya es barata de por sí, la contaminación añadida con la pugna electoralista la convierte en algo tóxico. Pero es lo que hay. De entrada nos comemos el coco por descubrir los motivos de Ibarretxe al hacer coincidir las elecciones vascas con las gallegas en la misma fecha (1 de marzo). Como si fuera una jugada maquiavélica del lehendakari para descolocar a sus adversarios y obtener ventaja.