Es noticia
Cazado Bermejo, el PP redobla el acoso contra el juez Garzón
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Cazado Bermejo, el PP redobla el acoso contra el juez Garzón

Y ahora, a por Garzón. Esa parece ser la estrategia del PP. O la de su ala más dura. Se confirma con la presentación de una

Y ahora, a por Garzón. Esa parece ser la estrategia del PP. O la de su ala más dura. Se confirma con la presentación de una querella por prevaricación contra el juez del caso “Gürtel” (trama empresarial que pagaba comisiones a cambio de contratos). La cuenta atrás la había anunciado el responsable del PP en asuntos de Justicia, Federico Trillo. Sin embargo, no habíamos detectado ese mismo celo acusatorio en el presidente del partido, Mariano Rajoy, cuando ayer en la radio se limitaba a pedir a Garzón, ya reincorporado al Juzgado después de su paso por una clínica, “que sea cuidadoso y respete a la gente”.

En este tramo final de la campaña electoral, sobre todo en Galicia, veremos además una contraofensiva socialista sobre los marrones del PP (corrupción y espionaje) y la lucha por la sucesión de Mariano Rajoy. Los escándalos que salpican a cargos municipales y autonómicos del PP, con el morbo incluido de la “tercera copia” de Garzón, se habían perdido en la polvareda del caso Bermejo hasta la caída del ministro. Pero la retirada de ese blanco fijo altera la situación. Bermejo como pretexto ya no está. Mala noticia para la gente de Rajoy. Y para los sinvergüenzas que, dentro de su partido, aprovechaban la cobertura de la cacería contra el cazador.

El dato consta en todos los análisis sobre la marcha de Bermejo. Por su función liberadora del discurso del PSOE. Y por el achique de la capacidad defensiva del PP. U ofensiva, si nos atenemos a que la mejor defensa es un buen ataque. Los dos periódicos que a derecha e izquierda vienen polarizando las opiniones desde que estallaron los escándalos del espionaje en Madrid y la operación “Gürtel”, coincidían ayer en señalar el punto de inflexión que marca la salida del ministro Fernández Bermejo. El más afín a Zapatero hablaba de “clavo ardiendo al que se agarraba el PP para intentar escapar de sus escándalos de corrupción y espionaje”. El más afín al PP (decir que es el más afín a Rajoy sería mentir), constataba que “el PP había encontrado en él –se refiere a Bermejo- un filón con el que contrarrestar la investigación sobre la corrupción que afecta al partido”.

Es decir, los dos vienen a reconocer que la caída del ministro reduce la capacidad de maniobra electoral del PP. Y, por tanto, amplia la del PSOE. A aquel le queda proseguir la cacería contra el otro cazador de las fotos, el coprotagonista de la conjura de los venados, a riesgo de que la gente sesuda de este país –oiga, todavía queda-, le acusen de disparar no contra Baltasar Garzón sino contra el fuero de un juez en el ejercicio de su función jurisdiccional. De momento, el Consejo General del Poder Judicial –ya era hora- advirtió ayer de que velará para que prevalezca el respeto a la independencia del juez, Su vicepresidente, Fernando de Rosa, nada sospechoso de afinidad socialista, tuvo ayer el honorable gesto de pedir disculpas por haber sugerido que Garzón podía estar incurriendo en una conducta prevaricadora.

Si, a pesar de todo, Rajoy y su gente siguen viendo en Garzón a un “juez socialista” empeñado en una “causa general” contra el PP, que se presta a ser instrumentalizado para destruir a un partido, que imputa a cargos públicos sin ser competente para ello, que retransmite en directo un sumario secreto y que aprovecha las cacerías para conspirar, está en su derecho de presentar esta querella por prevaricación anunciada para esta misma mañana. Pero está corriendo un grave riesgo si la confirmación de los supuestos delictivos que afectan a cargos públicos del PP demuestra que el problema no era Garzón. Cuestión de tiempo.

Y ahora, a por Garzón. Esa parece ser la estrategia del PP. O la de su ala más dura. Se confirma con la presentación de una querella por prevaricación contra el juez del caso “Gürtel” (trama empresarial que pagaba comisiones a cambio de contratos). La cuenta atrás la había anunciado el responsable del PP en asuntos de Justicia, Federico Trillo. Sin embargo, no habíamos detectado ese mismo celo acusatorio en el presidente del partido, Mariano Rajoy, cuando ayer en la radio se limitaba a pedir a Garzón, ya reincorporado al Juzgado después de su paso por una clínica, “que sea cuidadoso y respete a la gente”.