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La fuerza expansiva de ETA, glosada por Garzón
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Antonio Casado

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La fuerza expansiva de ETA, glosada por Garzón

Los mismos perros con distintos collares. Dígalo Garzón o su porquero. Los mil y un ropajes de ETA para conseguir por las buenas lo que nunca

Los mismos perros con distintos collares. Dígalo Garzón o su porquero. Los mil y un ropajes de ETA para conseguir por las buenas lo que nunca dejó de intentar al mismo tiempo por las malas: la independencia de Euskal Herria como unidad de destino en lo universal. Desde la vieja KAS hasta la más reciente D3M. Siempre formando parte del mismo entramado terrorista, según doctrina ya sentada por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en septiembre de 2008.

Ese es el contenido del auto de procesamiento contra cuarenta y cuatro dirigentes de la llamada izquierda abertzale (nacionalismo que acojona), dictado ayer por el polémico titular del Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional. En sus 583 páginas se encuentra el más riguroso historial de la fuerza expansiva de ETA y sus numerosas operaciones de camuflaje político para eludir la acción judicial desde que el Estado decidió limitar o prohibir su presencia en los procesos electorales.

No confundir con la aplicación de la Ley de Partidos Políticos. El auto de Garzón, derivado del sumario 4/08-D, se inspira en el Código Penal. El supuesto es integración en organización terrorista, por el que son procesados 44 dirigentes de Batasuna, PCTV (Partido Comunista de las Tierras Vascas) y ANV (Acción Nacionalista Vasca). Las actividades de estas tres organizaciones ya habían sido suspendidas por la vía penal. Una de ellas, Batasuna, además, ilegalizada por el Tribunal Supremo en marzo de 2003 en aplicación de la Ley de Partidos.

Dejemos al margen las cuestiones técnicas. Se trata de valorar el auto de ayer como una dosis de recuerdo para saber con quienes nos jugamos los cuartos. Aunque sólo sea para poder replicar al obispo de San Sebastián, monseñor Uriarte, que en vísperas de las recientes elecciones vascas y en contra de lo dispuesto por los tribunales, dijo que no era buena noticia la exclusión legal de las dos listas vinculadas a ETA. O a los dirigentes del PNV, que aún insisten en que el resultado de las elecciones del 1 de marzo es fraudulento, por la franja de votantes que se quedaron huérfanos de las opciones inhabilitadas.

Entre los cuarenta y cuatro procesados se encuentran dirigentes del nacionalismo radical tan conocidos como Joseba Permach, Rufi Echevarría, Pernando Barrena, Juan José Petrikorena y la actual alcaldesa de Mondragón, Inocencia Galpasoro. Otros, como Arnaldo Otegi, ya están procesados por el mismo delito pero en distinta causa (abril de 2008). Todos ellos en razón de sus responsabilidades en Batasuna, PCTV y ANV, las tres últimas pantallas de ETA que lograron el acceso a las instituciones autonómicas o locales.

El auto deja claro que esas tres organizaciones, lo mismo que otras como Euskal Herritarrok, Ekin, Xaki, Haika, Jarrai, Gestoras, Askatasuna, etc., son o han sido satélites de la banda terrorista que “complementan el terrorismo ejecutado por ETA”, conforme al viejo principio de la distribución de funciones con unidad de fines y bajo la misma dirección. “No se entienden las unas sino las otras”, dice el auto sobre dichas organizaciones.

Muy oportuno recordarlo en medio del acercamiento López-Basagoiti, previo a la constitución del nuevo Parlamento vasco, para concertar las grandes líneas de la normalización democrática: compromiso real de hacerle la vida imposible a ETA y exclusión de las cuestiones identitarias de la agenda política. Los dos partidos centrales de nuestro sistema político, juntos frente a las tentaciones segregacionistas y el abominable terrorismo de ETA. Ojalá no se tuerza.

Los mismos perros con distintos collares. Dígalo Garzón o su porquero. Los mil y un ropajes de ETA para conseguir por las buenas lo que nunca dejó de intentar al mismo tiempo por las malas: la independencia de Euskal Herria como unidad de destino en lo universal. Desde la vieja KAS hasta la más reciente D3M. Siempre formando parte del mismo entramado terrorista, según doctrina ya sentada por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en septiembre de 2008.

Baltasar Garzón