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Garzón no prevaricó ni filtró, pero nadie le va a pedir disculpas
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Antonio Casado

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Garzón no prevaricó ni filtró, pero nadie le va a pedir disculpas

En la polvareda por el terremoto de Moncloa y las procesiones de Semana Santa se perdió el auto del Tribunal Supremo que pone en su sitio

En la polvareda por el terremoto de Moncloa y las procesiones de Semana Santa se perdió el auto del Tribunal Supremo que pone en su sitio al juez Garzón. El sitio que le corresponde, no el que le asignan sus enemigos sindicados. Ni filtró ni prevaricó, nos dice en un auto perfectamente razonado la sala de lo penal del alto tribunal. No es la primera vez que las instituciones le paran los pies al PP en relación con este magistrado. Ya lo habían hecho antes la Fiscalía, el Consejo General del Poder Judicial y el propio Tribunal Supremo. Nuevo fracaso de este partido en la búsqueda de atajos para retirar al juez del ‘caso Gürtel’, que implica a cargos públicos y dirigentes del PP a escala regional y nacional, a la espera de los pronunciamientos de los Tribunales Superiores de Madrid, por un lado, que ya se ha declarado competente en la causa, y de Valencia, por otro.

 

 Es decir, el juez ya está fuera del asunto, pero ¿cómo se le va a resarcir después de la campaña denigratoria de la que ha sido objeto por parte del PP y sus terminales mediáticas? “¿Cómo se les va a resarcir?”. Esa es la pregunta que se hacía Mariano Rajoy cuando, a principios del mes pasado, se supo que la Fiscalía no veía indicios de imputación para el tesorero y senador Bárcenas,  y el eurodiputado Galeote. “Algo habrá que hacer cuando los ciudadanos han visto sus nombres en los periódicos y luego resulta que no han hecho nada”, decía el líder el PP cuando arreciaba la campaña de desprestigio contra el magistrado para lograr su inhibición.

La osadía del PP en este asunto llegó a escenificarse en una asombrosa bronca del diputado Federico Trillo, voz cantante del partido en el asunto que nos ocupa, al presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, en la primera comparecencia parlamentaria de éste ante la Comisión de Justicia. Como el CGPJ no había encontrado motivos suficientes para expedientar a Garzón por la famosa cacería con el entonces ministro de Justicia, Fernández Bermejo, Federico Trillo tuvo el malicioso atrevimiento de preguntarse en voz alta: “¿Es que el CGPJ también es un poder impune, como Garzón?”.

Pues, no. El juez también está sometido al imperio de la ley, como se demuestra en este auto de la sala de lo penal del Tribunal Supremo que archiva la última querella del PP contra el magistrado por haber seguido investigando el caso Gürtel cuando habían aparecido indicios delictivos en aforados. Podía y debía hacerlo, nos dice ahora el alto tribunal. Además, respalda la resolución que impedía la personación del PP y, de paso,  niega que Garzón haya filtrado datos del sumario.

El auto lo conocimos el martes pasado pero sin la  resonancia de  las gravísimas acusaciones que se han ido vertiendo alegremente contra la persona y el fuero de un juez en el ejercicio de su función jurisdiccional. No ha merecido ninguna glosa por parte de los dirigentes del PP. Sólo las generales de la ley en boca de Mariano Rajoy. Acata la decisión del Tribunal Supremo y añade sin solución de continuidad: “Pero el juez Garzón no es imparcial”. Muy firme no parece la fe de don Mariano en el Estado de Derecho, qué le vamos a hacer.

Clamoroso silencio político y, por supuesto, informativo,  en los medios afines. Inesperado apagón de la doctrina sobre la presunción de inocencia tan aireada por unos y otros, mientras se tendía un piadoso manto de estiércol sobre Garzón y otro de complicidad política sobre presuntos corruptos con carnet del PP. ¿Quién va a pedir disculpas a Garzón por haber puesto en duda su honorabilidad como magistrado la Audiencia Nacional?

En la polvareda por el terremoto de Moncloa y las procesiones de Semana Santa se perdió el auto del Tribunal Supremo que pone en su sitio al juez Garzón. El sitio que le corresponde, no el que le asignan sus enemigos sindicados. Ni filtró ni prevaricó, nos dice en un auto perfectamente razonado la sala de lo penal del alto tribunal. No es la primera vez que las instituciones le paran los pies al PP en relación con este magistrado. Ya lo habían hecho antes la Fiscalía, el Consejo General del Poder Judicial y el propio Tribunal Supremo. Nuevo fracaso de este partido en la búsqueda de atajos para retirar al juez del ‘caso Gürtel’, que implica a cargos públicos y dirigentes del PP a escala regional y nacional, a la espera de los pronunciamientos de los Tribunales Superiores de Madrid, por un lado, que ya se ha declarado competente en la causa, y de Valencia, por otro.

Baltasar Garzón