Las elecciones europeas ni nos motivan ni nos sacan de pobres

Las elecciones europeas ni nos motivan ni nos van a sacar de pobres pero la precampaña ha empezado a hacer mucho ruido. Frases hechas, lugares comunes, ocurrencias verbales. Y nada dentro, para qué vamos a engañarnos. Un ejemplo: la sesión de control al Gobierno de ayer por la mañana en el Congreso. La portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, a la vicepresidenta, Fernández de la Vega: “La solución a la crisis será social, pero no socialista”. Réplica de la vicepresidenta: “A ustedes les crecen los bigotes y las facturas impagadas”. Así no vamos a ninguna parte. Si este va a ser el nivel de la campaña ante la jornada del 7 de junio me sorprendería una participación superior a la mitad del censo electoral en España.

 

Lo último es la lista de candidatos del PP, que se ha hecho esperar, al margen del ya cantado número uno, el ex ministro Jaime Mayor Oreja, porque la sombra negra de la operación Gürtel cubría y sigue cubriendo a un clásico en el Parlamento Europeo. Me refiero a Gerardo Galeote, que se cae de la lista a última hora tras una conversación privada con Mariano Rajoy. La decisión se ha tomado de común acuerdo entre ambos y es la correcta.

Un gran partido político, como es el PP, no puede correr el riesgo de ver imputado judicialmente a uno de sus candidatos en vísperas de la jornada electoral. Simplemente por el riesgo, aunque de momento la Fiscalía Anticorrupción no haya visto motivos. La Fiscalía, no, pero seguro que los adversarios políticos de Rajoy hubieran encontrado motivos para colocar en el mercado electoralista detalles incómodos que constan en la investigación policial-judicial de la trama empresarial de Francisco Correa y sus conexiones con administraciones del PP.

La otra novedad reseñable de la lista europea del PP es la exclusión del periodista Luis Herrero. Previsible y totalmente lógica. Lo contrario hubiera sido visto como una afrenta a sus compañeros. En este partido nadie hubiera entendido la continuidad de un eurodiputado que hace gala de su discrepancia con la línea política marcada por la dirección del PP elegida en su último congreso nacional.

En la otra acera política, los socialistas juegan a marcar distancias aprovechando que el Pisuerga americano pasa por Obama. O sea, Zapatero como versión europea de las ideas del nuevo presidente de EEUU, según el espíritu del manifiesto electoral aprobado por el Comité Federal del PSOE del sábado 18 de abril. Está bien traído pero se ve que la demoscopia se come los contenidos de tan audaz comparación. Claro que Aznar era a Bush lo que Zapatero es a Obama, pero este tipo de ocurrencias nos alejan de los asuntos que realmente importan a los electores.

En ese sentido, acierta Mayor Oreja, el número uno del PP, cuando afirma que estas van a ser las elecciones de la crisis económica. Es la principal preocupación de los españoles, cuando da su peor cara; la de los cuatro millones largos de parados, en porcentajes que doblan la media europea. Y, en base al mismo argumento, se va por las ramas el ex ministro López Aguilar, número uno del PSOE, cuando apuesta por una etérea “Europa social” para crecer mejor. Más social, puede, pero no más socialista, le respondió el PP ayer por la mañana.

Y con estos juegos de palabras nos vamos acercando a la macroencuesta del 7 de junio para conocer  la relación de fuerzas entre el PSOE y el PP en su acotada lucha por la Moncloa.