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Esperanza Aguirre carga de nuevo contra Rajoy
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Antonio Casado

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Esperanza Aguirre carga de nuevo contra Rajoy

Esperanza Aguirre vuelve a marcar distancias con Mariano Rajoy. Como en la primavera del año pasado, cuando los predicadores del alba le decían tú sí que

Esperanza Aguirre vuelve a marcar distancias con Mariano Rajoy. Como en la primavera del año pasado, cuando los predicadores del alba le decían tú sí que vales, lideresa, y ella se dejaba querer, por el bien del partido, claro, porque con Mariano nunca ganaremos las elecciones.

 

Ahora no es lo mismo. Sus costaleros mediáticos están en retirada y ella jura que no aspira al liderazgo del PP. Si acaso, a ser alcaldesa de Madrid en un futuro lejano, pues el futuro próximo ya está escrito en su anunciada intención de seguir al frente de la Comunidad.

Sin embargo, no deja de sorprender la necesidad que ha sentido de no perder un minuto en hacer pública su última discrepancia con Rajoy. Cuando ella había anunciado el voto negativo de Madrid al nuevo sistema de financiación autonómica, el jefe ordenó la abstención en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Aguirre quedó en evidencia, pero la orden era de obligado cumplimiento para todas las Comunidades gobernadas por el PP y no pudo eludirla. Su consejero votó con la nariz tapada, “por disciplina de partido”, dice.

Ojo por ojo. Ahora es ella la que quiere dejar en evidencia a Mariano Rajoy al asegurar en la plaza pública, reino de pregoneros y charlatanes, que se ha equivocado de medio a medio al impedir un “no” alto y claro al modelo propuesto por el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Luces y sombras

No se trata ahora de valorar dicho modelo, con sus luces y sus sombras, sino de constatar la anómala persistencia de las malas relaciones entre el líder y la baronesa. Un clásico de la política nacional venido a menos con el afianzamiento del marianismo. Eso parecía, gracias a las cantidades industriales de paciencia consumidas por el político gallego. Se impone mirar detrás de las apariencias a través de la entrevista concedida por Esperanza Aguirre a El Mundo en su edición de ayer.

La baronesa con mayor facturación electoral del PP ataca de nuevo. Zapatero y Rajoy, a partes iguales, en el punto de mira de la presidenta madrileña. Lo de Zapatero es normal, aunque incurre en un contrasentido, al acusarle de asfixiar financieramente a esta Comunidad porque “siempre quiso ganar a toda costa en Madrid” (¿?). Dicho sea de paso. Lo que no es normal es que tome el megáfono para acusar al presidente de su partido de cometer un error, de ser incoherente, de dejarse manejar por Javier Arenas, de provocar un serio desgaste al PP por no deshacerse de Luis Bárcenas y de no tratar por igual a los “barones” del partido. “En Génova nunca han puesto la mano en el fuego por mí”, se lamenta.

No parece el ejemplo más acabado de la dirigente leal y disciplinada en la que ella se reconoce al explicar que asumió disciplinada y lealmente las instrucciones de su partido para abstenerse en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (órgano mixto Gobierno central-Comunidades Autónomas) sobre el nuevo modelo de financiación.

En su partido pensarán algunos que si la posterior explicación del voto de Aguirre consistía en poner a parir a Mariano Rajoy, casi mejor que la hubieran dejado ir, una vez más, a su aire.

Esperanza Aguirre vuelve a marcar distancias con Mariano Rajoy. Como en la primavera del año pasado, cuando los predicadores del alba le decían tú sí que vales, lideresa, y ella se dejaba querer, por el bien del partido, claro, porque con Mariano nunca ganaremos las elecciones.