Es noticia
Los aspirantes al trono de la Moncloa se cruzan en TV
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Los aspirantes al trono de la Moncloa se cruzan en TV

Para Pérez Rubalcaba viene a ser un intento casi desesperado de motivar a los desalentados ex votantes socialistas que figuran en el 31%  de indecisos desvelado

Para Pérez Rubalcaba viene a ser un intento casi desesperado de motivar a los desalentados ex votantes socialistas que figuran en el 31%  de indecisos desvelado por el CIS. Para Mariano Rajoy será un ‘pase de mí este cáliz lo antes posible’. Aquí tiene el candidato socialista la única oportunidad clara de cruzarse con su adversario sin que se le escurra. El líder del PP, en cambio, lo ve como un penoso trámite de obligado cumplimiento en esa eternidad de trece días que faltan hasta el momento de la verdad.

Así nos acercamos al debate televisado de esta noche entre los dos principales aspirantes al trono de la Moncloa. Todo encaja en una lógica electoral que augura la victoria de Rajoy sin bajarse del autobús. Ese será el handicap de Rubalcaba, obligado a jugar con blancas contra alguien mentalizado para evitar el oleaje y arriesgar lo menos posible.

Por tanto, el candidato socialista intentará por todos los medios provocar, desestabilizar, sacar de quicio a su adversario, si realmente está dispuesto a pelear por lo que quiere, como dice el estandarte electoral de Rubalcaba. Y lo hará mediante el consabido recurso a la carta bajo la manga. No con el manual de campaña.

Es dudoso que Rubalcaba consiga sorprender volviendo a presentar las Autonomías gobernadas por el PP como avanzadillas de la demolición del Estado del bienestar. O apelando por enésima vez al desenlace ideológico de la crisis

Me explico. Es dudoso que consiga sorprender volviendo a presentar las Autonomías gobernadas por el PP como avanzadillas de la demolición del Estado del bienestar. O apelando por enésima vez al desenlace ideológico de la crisis. La insistencia ya ha generado las correspondientes réplicas argumentales venteadas hasta la saciedad en la precampaña y en lo que llevamos de campaña oficial.

Por lo dicho con anterioridad sobre la estrategia del PP, es seguro que volveremos a ver al Rajoy parco en propuestas y generoso en buenas intenciones. No tiene necesidad de meterse en líos. En la agenda de actos previstos hasta el 20-N, el debate televisado de esta noche tal vez sea el único acto programado de la campaña que no se quedará en evento aclamatorio o celebración anticipada de una victoria electoral.

Por lo tanto, es a Rajoy, quien tiene todas las de ganar, al que le toca averiguar por dónde vendrá el ataque del que tiene todas las de perder. Por eso ha montado guardia con sus asesores a lo largo de los últimos días, con el encierro de ayer domingo, mientras Rubalcaba alternaba una concentración previa al debate con un mitin multitudinario en Valencia.

En cualquier caso, a ninguno de los dos les cuadra el juego sucio. Un golpe en el bajo vientre como el de Miguel Sebastián a Ruiz Gallardón, aspirantes a la alcaldía madrileña en 2007, es impensable entre Rajoy y Rubalcaba, que mantienen una excelente relación personal y siempre se han dispensado un trato político muy respetuoso.

Para Pérez Rubalcaba viene a ser un intento casi desesperado de motivar a los desalentados ex votantes socialistas que figuran en el 31%  de indecisos desvelado por el CIS. Para Mariano Rajoy será un ‘pase de mí este cáliz lo antes posible’. Aquí tiene el candidato socialista la única oportunidad clara de cruzarse con su adversario sin que se le escurra. El líder del PP, en cambio, lo ve como un penoso trámite de obligado cumplimiento en esa eternidad de trece días que faltan hasta el momento de la verdad.